CANCIONES TRISTES

— No te encontraba por ningún lado, tío, y pensé que te habías marchado.

— ¿Qué demonios fue lo que hicieron con mi hijo? ¿Qué han hecho con Karîm todos estos años?

— Nadie más que tú y mi padre hicieron de él con tantas mentiras la persona que es hoy. Él siente mucho odio y mucho dolor por haber vivido engañado toda su vida.

— Él no solo llamó asesina a su madre. Estuvo a nada de golpearme. No intentes convencerme de que todo eso es normal. Todo lo que hicimos fue por protegerlo siempre.

Negando con la cabeza y cruzando los brazos, Gina Alicia al frente dio unos pasos.

— No vuelvas a repetir que mi hermano perdió la razón. Él padece lo mismo que padecía mi madre y toda la vida tú y tu esposa se lo han negado. Incluso se lo ocultaron. Agrégale a eso, factores naturales de la verdadera sangre que corre por sus venas. Sé que lo que menos deseaba mi padre en este mundo era que su único hijo varón se le pareciera en lo más mínimo. Y sé que tú has hecho de todo para cumplir esa voluntad. Criaste a mi hermano con tanta sobreprotección que lo convenciste de ser un inútil y un débil. Lo alejaste de toda su esencia y de su verdadera familia.

— Yo lo traje de regreso tal y como debía ser.

— Lo trajiste con engaños. Y nos engañaste a todos. Puse a mi hermano en esta mansión como un simple chofer. Lo convertí en guardaespaldas de su hermana pequeña. Y todavía existe algo mucho más grave que tú sabes bien y no hace falta que te diga. Han causado demasiado daño, tío. Daños irreversibles.

Gina Alicia respiro profundo por un par de segundos.

— Si te sirve de consuelo, mi hermano también está molesto conmigo. De hecho, está molesto con todos. La única que lo contiene es Aurorita. ¿Pero sabes qué? A pesar de todo, me siento llena de satisfacción al ver a mi hermano en el lugar que verdaderamente le corresponde, porque al fin y al cabo nadie escapa de su verdadero destino y mucho menos de los lazos de sangre. Estos años le sirvieron a Akins para aprender a lidiar con la realidad. Él aprendió a valerse por sí mismo, a defenderse y a entender que su lugar está aquí con nosotras, sus hermanas. Su verdadera familia.

— ¿Qué nombre dijiste? Repite el nombre que acabas de decir. Repítelo… —vociferó Khaleb Hafez sacudiendo a Gina Alicia—

— ¿Cuál nombre? ¿Te refieres a Akins? Gregg Akins es su nombre ahora. Karîm Hafez ya no existe. Él murió. ¿Lo olvidas?

Khaleb Hafez soltó a Gina Alicia tomándose de la cabeza.

— Esta tiene que ser una pesadilla. ¿De dónde sacaron ese nombre para él? ¿Acaso tu madre lo anotó en algún lugar? ¿Lo dejó escrito en alguna carta y tú la encontraste? ¿Es eso?

— ¿De qué estás hablando, tío? No sé a qué te refieres.

— Mientes.

— No lo hago. ¿Por qué me preguntas eso? Mi hermano necesitaba una nueva identidad y Louis Wieber se encargó de todo

— ¿Louis Wieber? No puede ser posible. ¿De dónde sacó ese agente aquella identidad? Alguien tuvo que habérselo contado.

— ¿Contado qué, por Dios? No comprendo lo que estás diciendo.

— Ese era el nombre que Paula había escogido para su hijo, pero solo dos personas lo sabían aparte de tu propia madre. Tu padre y yo. Nadie más. Nadie…

ANTIGUA CASA DE KETTWIG

— Aún no es el momento y lo sabes. Tú serás el jefe de ese operativo, por lo tanto, tienes la potestad de decidir en qué momento llevarlo a cabo.

— ¿De qué potestad hablas? Ya no tengo nada de eso. No puedo detener a Akins y menos ahora que Gina le entregó el mando absoluto de todo. Él tiene ahora todo el poder que ella poseía. Ese chico hace lo que quiere y no escucha a nadie.

— Pues ingéniate para recuperar la autoridad que poseías. No intervendrán Portoscuso sin tu potestad. Tú lo decidirás en cuánto recibas la señal que necesitas.

— ¿Cuál señal y de quién?

— Regresa a Essen y espera.

— De nuevo tengo que esperar. ¿Piensas que ha sido fácil para mí esperar 3 años para que al final lo pierda todo? He aguantado demasiado estando en Jeju-Do. Mis ex oficiales ahora se encuentran al servicio de Akins. Están metidos en la mansión y tanto él como Gina están enterados absolutamente de todos los movimientos por medio de los rastreos ¿Crees que será fácil para mí lidiar con las voluntades de tus…?

— Suficiente… Ya deja de quejarte. Tienes absolutamente todo a tu disposición, Wieber. Si el problema para ti es que tus ex oficiales ya no se encuentren a tu disposición, olvídalos. Para tu operativo tú tendrás a todos los hombres que quieras a tu disposición. Incluso tendrás de tu lado a Bojdan.

— ¿Bojdan? ¿Ese camaleón? Es un delincuente informático que desde hace años debería estar tras las rejas.

— Mmm… ese mismo que alguna vez colaboró incansablemente día y noche para dar con tu paradero y pudieras volver con tu verdadera familia. Wieber, escucha… yo no te habría involucrado en nada con lo que no pudieras lidiar. Eres experto en todo esto, pero has perdido un poco la confianza en ti mismo. Cómo sea, tendrás que recuperarla. Ahora vete y no vuelvas a molestarme con tonterías que tú puedes resolver solo.