Samantha.
Estoy algo emocionada por la reacción de Scar al bajar del avión y no soy la única, logro ver a Milo algo nervioso, pero en ningún momento suelta la mano de mi amiga. Verlos me pone muy feliz y me da esa fe para todavía creer en el amor. Sí, apenas tengo diecinueve años y me queda una vida por delante pero nunca tuve ese amor adolecente y nunca lo tendré. Pronto empezaré la universidad y empezaré la vida adulta, pero… ¡oye! Una escritora me enseñó que mejor son los amores universitarios así que me queda algo de esperanza… o eso creo.
Salgo de mi ensoñación gracias a la voz de una de las aeromozas, nos informa que pronto aterrizaremos.
— ¿Milo? Ya quiero quitarme esto —la voz de mi impaciente mejor amiga llama mi atención.
—No seas aguafiestas, Scar —le dice Luci, aunque sabe que ella no la escucha.
Mi atención se centra en los pasos delicados de una de las aeromozas. —Ya pueden bajar, jóvenes.
Dicho eso soltamos nuestros cinturones. Los primeros en salir del avión son Gus, Sebas y Jasón. Sí, de último momento llegó él junto a su novia Éster. Que no me cae para nada bien y sin mencionar que siempre me mira con molestia.
Me quedo aun lado de Milo mientras él agarra a Scar, guiándola a la salida. Yo agarro mi pequeño bolso junto al de mi amiga.
Sé lo mucho que se alegrará al darse cuenta donde estamos.
Ya al salir de la cabina que nos conduce hacia el aeropuerto caminamos a la gran pantalla donde salen las imágenes de los lugares turísticos de donde estamos y al lado de esta podemos ver a los chicos mientras se toman algunas fotografías.
Milo camina hacia ellos y deja a Scar delante de la pantalla, justo en eso momento pasan una imagen con el nombre del lugar, le quita la pañoleta y Scar parpadea algunas veces, después que su vista se ha aclarado abre los ojos de par en par.
—No es cierto —dice mirando atentamente la pantalla.
— ¡Sorpresa! —gritamos todos al mismo tiempo, ganándonos algunas miradas por parte de las personas que van pasando.
—Bienvenida a la ciudad de la moda, hermanita —habla Jasón acercándose a ella.
—Jasón, viniste —lo abraza, soltando algunas lágrimas.
Ver esta escena tan emotiva hace que se me escapen algunas lágrimas.
—No me perdería nada de esto —se separa de ella y deja un beso en su frente—. La idea del viaje fue de Sebas, pero la de venir aquí fue de Milo y Sam.
Scar me mira con ese lindo brillo en sus ojos. Daría mi vida solo para que esos lindos ojos color jade no pierdan ese brillo.
—Gracias —inquiere Scar, abrazándome—. Tenía miedo cuando esta sorpresa te implicaba a ti.
Le doy un fuerte abrazo.
—No hay de qué, estamos para servirle, su majestad —hago una reverencia y ella me imita, riéndose.
Y entonces mira a su novio y corre a sus brazos.
—Nos dará diabetes —dice Gus al ver que ellos se besan.
Niego divertida.
Esto será una gran aventura.
****
Sebastián.
Su felicidad siempre será algo hermoso de ver.
Cuando el viaje vino a mi mente en ese mismo momento lo descarté, no lo creí apropiado para todo lo que había pasado. Pero entonces se lo comenté a Sam y ella dijo que era una excelente idea y que se lo comentaría a Milo.
Y aquí estamos, en la ciudad del amor. Estoy nervioso porque aunque me disculpé con Scarlett, siento que debo hacer algo más. No estuvo bien mi reacción y lo admito, por eso quiero hacer algo más por ella.
Mis padres me dieron el dinero suficiente para planear algo.
—Vamos, debemos salir de este lugar —anima Sam, mientras se coloca en medio de Milo y Scar, instándolos a salir del lugar.
Caminamos a la salida y en el estacionamientos nos espera una hermosa ban, que gracias a Jasón se pudo alquilar hasta que regresemos a nuestro país. Subimos a ella y el chofer empieza a montar nuestro equipaje.
—Estoy muy feliz. Gracias, chicos —inquiere Scar—. Son los mejores.
Milo empieza a servir champagne y me tiende una copa, la acepto. Alzo la copa, haciendo que los demás lo hagan.
—Brindemos, por un viaje inolvidable.
—A disfrutar porque ya comenzaremos con el estrés de la universidad —cuestiona Gus, haciendo que todos riamos.
La ban empieza andar, pasamos el viaje hasta el hotel riendo y charlando. Veo como Scar empieza a señalar algunas cosas por la ventana con una gran sonrisa, hablando con Milo y este le responde gustoso.
Haré lo que sea para que tenga esa sonrisa siempre, porque es la hermana que nunca tuve.
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Editado: 04.06.2024