Autora Victoria_A.A.A:
Esperó que les haya gustado.
Es mi primera historia de sufrimientos y la verdad es que he necesitado sugerencias les pido su completa honestidad y respeto.
Luz...
Cámara...
Acción...
Dicen que las lágrimas pueden producirse de cualquier modo, podría ser de una buena noticia que hasta llorarías por la felicidad que te causará, también está el caso que podría ser una tan terrible que no podrías hallar la manera de superarla. Que ninguna otra cosa te haga vencer ese sentimiento de dolor que acongojan tu alma.
Mi caso sería en este momento de la segunda manera, ya que. Aproximadamente seis años hubo un accidente en mi familia, el cuál hizo que todo cambiara, y ahora nada es igual. Desde los nueve años tengo ese hueco en el pecho, ese tormento de terribles pesadillas que me persiguen, y que no puedo dejar atrás, es como sí nunca escaparé de ellas. Es como si tuviera ataduras que no me dejarán salir de este calabozo.
Me encontraba en una habitación completamente blanca, no entendía la razón por la cuál estaba aquí. Solo era una niña de díez años que quería estar con su familia, me preguntaba ¿Qué mal hice para que me encerraran en este feo lugar? En ese momento solo quería correr y abrazar a alguien, gritar que tengo miedo.
No sabía con exactitud de quién se trataba, solo deseaba superar completamente mi temor. A mi mente solo venían escasos recuerdos de rostros cubiertos con una sombra, que no me dejaba ver las identidades. Sólo deseaba sentirme cuidada y protegida. Y que todo el mal se iría, que estaré bien al superar estas tormentosas pesadillas.
Pero eso no sucedía, aúnque por más intentará cerrar mis ojos y mentalizar que no estaba allí, no se cumplía. Sé me hacía imposible, como si esa parte de mí se hubiese bloqueado. En ese momento de mi vida comencé a pensar que fui abandonada, ya que para mi familia solo fui algo lo cual no sirvió, solo no me podía explicar el porqué me dejaron en este horrible lugar. En la habitación que estaba tocaron la puerta, y de ahí entró una Señora. La cuál no le visualice bien el rostro, solo sabía que llevaba una bata blanca.
-Cómo puedo ver la medicina ya está haciendo efecto-Se sentó en el borde de la cama y me miro-Hola Victoria, ¿Me recuerdas?--Negué seguidamente. Ella asintió con pesar. Me regalo una sonrisa reprimida-Soy la doctora Sol Johnson, de ahora en adelante me encargare de ti, aquí seré tu psiquiatra en esta transición que estas tomando para que te acoples a este nuevo modo de vida.
Yo solo asentí.
-Bueno, ¿Quieres comer algo pequeña? -Me preguntó con entusiasmo y una sonrisa.
Solo asentí sin decir nada.
Me levante de la cama un poco mareada, ella se me acercó dispuesta a ayudarme pero no lo permití, no me gustaba que me tocaran. Ella al parecer comprendió porque no insistió más. Salimos del cuarto blanco y caminamos por el pasillo. Habían personas más grandes que yo estaban por ahí, yo no comprendía porque era la única niña de ese lugar. Fuimos a una mesa que se encontraba en el patio, ella traía las bandejas las cuales había pedido a una señora con red en el cabello.
-Espero que te guste tu desayuno.
Mire que había en el plato y encontré cereal y avena acompañado de un zumo de naranja. Comencé a probarlo lentamente la verdad me estaba comenzando a gustar y si, se podría decir que disfrute el desayuno.
- ¿Te gusta? - Asentí. La doctora. Johnson me regalo una sonrisa.
Ya luego de quedar satisfecha con mi desayuno espere a que la doctora terminara el suyo. Me reacomodé en mi asiento, y observe a las demás personas encontradas a los alrededores. Algunos bailaban, otros hablaban solos, y una que otra mujer cargaba un bebe en los brazos, pero eran como imaginarios ya que no estaban realmente ahí.
-¿Vamos pequeña?--Dirigí mi mirada a la Dra. Johnson y asentí. Nos fuimos en dirección a la que es su oficina.-Puedes acostarte en el sillón pequeña-Obedecí y lo hice.-Bien, Victoria comenzaremos con algunas preguntas y como veo que aún no puedes hablar, intentaremos que cuando es sí, tú asientas-Y la doctora movió la cabeza de arriba a abajo -Y cuando es no, tú niegas -Movió la cabeza de lado a lado -¿Entiendes? --Asentí.
Me recosté en el sofá y ella comenzó con sus preguntas.
Desde ese día no recuerdo haber hablado. Solo hablo en mis pensamientos, no puedo expresarme realmente, en lo recuerdos que tengo no he encontrado aún mi voz. Según mi psicóloga la doctora Johnson, tendré que salir a el mundo y enfrentar todos mis miedo, y ese es el gran problema que tengo, no creo ser capaz de pelear mis propias batallas, aún no me siento lista solo tengo quince años.
- ¿Lista?- Preguntó entrando a mi alcoba la Dra. Johnson.
Ella misma me había tomado como responsabilidad ahora soy prácticamente como su hija adoptiva o algo por el estilo. Yo solo asentí. Todo esto era nuevo para mí esperaba que funcionara y que todo estuviera bien. Una parte de mi decía que al entrar a esa escuela algo en mi cambiaría pero no sabía exactamente si seria para bien o para mal.
- Es ella. -dijo la Dra. Johnson.