Lágrimas de sangre
Parte 1
La historia de victoria stons
Soy Victoria Stons, tengo 18 años, vivo en Transilvania; mi familia murió hace mucho, mi madre Lady de Stons la asesino cruelmente un vampiro y mi padre Héctor Stons se obsesiono en la búsqueda de este vampiro, tiempo después murió de tristeza y desesperación; cuando yo apenas tenía 13 años.
Toda mi vida he estado apegada al trabajo duro y las enseñanzas de mi padre sobre este, es por esta razón que sigo con vida, no soy la más rica de acá pero por lo menos tengo con que comer y sobrevivir cada día, para empezar contándoles mi desgracia les empezare diciendo que todo empezó el 4 de agosto de 1478 cuando iba a recoger frutos al bosque; mientras recogía todos los frutos que me encontraba avance mi camino sin tener idea de adonde me dirigía, después de un rato me percate que no sabía dónde estaba, era evidente que me había perdido; en las entrañas del frio y oscuro bosque ya había anochecido, era muy tarde para regresar a casa, todo este asunto me empezó asustar mucho, miraba por todas partes pero no sabía en donde me encontraba, no podía reconocer nada, nada me era familiar, de un momento a otro los lobos empezaron aullar, empecé a sentirme observada, ese sentimiento incómodo se hizo más y más fuerte, era espantoso, tenía miedo y no sabía cómo reaccionar ante eso, jamás me había sentido de esa manera, un arbusto a mis espaldas se empezó a mover sorprendiéndome, por un momento pensé que podría ser un cazador, quizás se le había hecho tarde y aún se encuentra realizando su trabajo, pensé que esa idea podía ser posible, me tranquilice mientras avanzaba cuidadosamente hacia aquel arbusto, pensando absurdamente que me iba a encontrar alguien que me pudiera ayudar, pero no fue así, para mi desgracia uno de los seres al que más temía apareció, un enorme lobo, era el más grande que yo había visto, con una mirada desgarradora y llena de odio, no parecía un lobo común y corriente, tenía rasgos de estos pero no era un lobo común, era más un combinación entre un hombre y un lobo.
-¡Dios! ¿Qué es esta bestia?- Exclame mientras intentaba quitármelo de encima, mientras luchaba desesperadamente para que no me matara apareció un hombre alto, pálido, tenía enorme colmillos que salían de la comisura de sus boca y uñas muy largas, quede sorprendida ante aquella presencia, era muy apuesto y cautivador, el enorme lobo se quitó de encima mío y se acercó hacia el hombre, yo aproveche para quitarme de allí y alejarme de ellos, estos dos fenómenos empezaron a luchar entre sí, no sé por qué razón quise separarlos, era una idea estúpida, pero nadie puede contradecir al destino, me acerque intentando detenerlos.
-Paren, por favor- grite, sentí una fuerza abismal que hizo que mi cuerpo saliera volando por el lugar, caí al suelo golpeando mi cabeza con una roca la cual había roto mi cabeza, era una herida mortal, lo sabía muy bien, no me podía mover, ni sentir mi cuerpo, mientras agonizaba observe el terrible desenlace de este enfrentamiento, el vampiro asesino de una manera cruel al hombre lobo, desgarrando con sus enormes uñas el pecho del otro, la sangre empezó a caer formando un charco en ese sitio, él me volteo a mirar, se acercó y muy frágilmente me alzo acercando sus colmillos hacia mi cuello, no recuerdo más de esa noche.
A la mañana siguiente desperté tirada en el suelo, la luz del sol se reflejaba en mi cara, desperté con un fuerte dolor de cabeza y supuse que todo había sido una pesadilla, me levante cogí mi canasto lleno de frutos y me encamine de vuelta a casa, al llegar hice de cuenta que nada había pasado, seguí con mi día normalmente, al llegar la noche de aquel día fue donde empezó realmente mi tortura, empecé a sentir un fuerte deseo incontenible por la sangre humana, tenía miedo, mucho, esto jamás me había sucedido y no sabía realmente lo que me pasaba o tal vez si lo sabía pero me rehusaba a creer en lo que me estaba convirtiendo, era doloroso todo lo que me estaba pasando, empecé a transformarme en una bestia, con colmillos, uñas largas, mis ojos cambiaron de color a un intenso rojo, sentí mi sangre arder, abrí mi boca desesperada, intentando gritar, pedir ayuda, pero ningún sonido salía de ella, perdí la memoria de aquella noche.
Un fuerte grito me despertó, me levante realmente asustada preguntándome que estaba sucediendo, me acerque a un espejo de mi casa y note que no me reflejaba en él.
-¿Qué está pasando?- susurre mientras acercaba lentamente mis manos hacia mi boca para comprobar que la transformación de ayer era solo una pesadilla, que mis colmillos a un estaban normales, empecé a tocar mis colmillos note que no había nada fuera de lo común y por un instante me tranquilice, pero al mirar mis manos observe que estaban untadas de sangre, devolví rápidamente mis manos a mi boca y sus alrededores, note que estaban húmedos y viscosos, volví a mirar mis manos las cuales se habían untado aún más de sangre, en ese momento comprendí que nada estaba bien, limpie rápidamente mi cara antes de que alguien más me viera así, me puse una larga túnica con una enorme capota, por alguna razón sentía que cada vez que estaba en contacto directo con el sol mi cuerpo se empezaba a debilitar y sentía lentamente un ardor insoportable, salí de mi casa para ver qué era lo que había pasado y quien había originado ese espantoso grito, fui a la plaza donde se encontraban todos reunidos, me abrí un pequeño campo entre la comunidad, en el suelo de la plaza se encontraba el cadáver de un hombre, el cual estaba totalmente desgarrado y desfigurado, valla sorpresa la mía, mis sospechas eran ciertas, yo había asesinado a ese hombre y me había alimentado de su sangre aun fresca, la cual había sido extraída ni más ni menos que por los enormes colmillos que me habían salido la noche anterior y con mis largas uñas lo había despedazado totalmente, todo el mundo estaba asustado, no sabían lo que le había pasado a ese hombre, al llegar el alcalde, los tranquilizó y dijo que tal vez solo era algún lobo que se había colado al pueblo por la noche y había asesinado a el hombre al encontrárselo, la gente creyó esto alejándose de la plaza, mientras seguían su día normalmente, pero yo sabía que esto no era cierto, el asesino de ese hombre no era un lobo había sido a un vampiro.
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Editado: 12.11.2019