Lágrimas de una mujer desesperada.

CAPÍTULO V: PRIMER ENCUENTRO COMO PAREJA, CON SORPRESA INCLUIDA

Cuando logras comenzar una relación tan ansiada, es tan grande la sensación de felicidad que nunca puedes llegar a imaginar todos los pasos que has de dar para volver a encontrarte con esa sensación.

Pasan los días y Alma y Lucas no hay ni uno solo que no hablen, por internet,
Por teléfono, por donde sea, pero necesitan ese contacto constante entre ellos.
El amor y el cariño que sienten entre ellos, les impide el hecho de no estar unidos, por fin, Alma se siente feliz, vencedora de haber logrado lo que tanto quería, el amor de Lucas.
Esa sensación de felicidad va creciendo día a día dentro de Alma y espera impaciente que llegue el momento de poder abrazarlo y besarlo con todo ese cariño y amor que tiene por Lucas.
Solamente faltan unas horas para tan esperado encuentro, Alma está tan nerviosa que lleva toda la mañana mirando su armario, repleto de ropa, y aún no ha decidido del todo que ponerse, si con una cosa se ve demasiado sexy, con la otra demasiado seria… Hasta que ¡Por fin! Casi a la hora de la comida, consigue encontrar algo que realmente le guste para esa gran tarde, esa gran cita con su amor.
Después de comer, se arregla, solo quedan un par de horas para ese encuentro y está cada vez más y más nerviosa, termina y decide bajar al sitio donde ha quedado con Lucas.
Allí, impaciente y nervioso, la espera sentado en un banco de la calle, Lucas,
Va guapísimo, o eso le parece a ella.
Nada más verla, Lucas se acerca a toda prisa, para abrazarla y besarla, lo que ella aun no ve es lo que el muchacho tiene escondido bajo su camiseta, en la espalda.
Nada más darse cuenta, le pregunta, y él le da su regalo, acompañado de un dulce beso que la llena de dulzura, de amor y de felicidad. Es un peluche, a Alma, le fascinan los peluches, no sabe como se lo ha adivinado llevando juntos apenas unos días y eso le hace aun más feliz si cabe.
Tras darle el regalo, Alma y Lucas, se deciden a ir a merendar a un centro comercial que hay cerca de donde están y que a ella le gusta mucho, es muy tranquilo y acogedor.
Cuando terminan de merendar, están tan bien y a gusto juntos, que empiezan a darse cariño, a través de besos y caricias mutuas, no se pueden resistir, hasta que un vigilante de seguridad del centro comercial, viendo el espectáculo público que la pareja está montando, decide echarles de allí.
Pero ambos continúan, fuera, en un foto-matón que hay justo en la puerta del centro comercial, entregados a la subida de temperatura que sienten ambos, hasta que finalmente les vuelve a echar de allí, el mismo vigilante de seguridad, ya que el foto-matón pertenece al centro comercial.
Muertos de la risa deciden marchar a la parada del autobús e irse a otro lado, como quien dice, con la música a otra parte, mientras esperan al autobús, siguen riéndose a carcajadas y aumentando su temperatura, algo que creen que es algo normal, perteneciente a su edad.
Ya en el autobús, de camino a su destino, comienzan a darle un poco de rienda suelta a su pasión, Alma se muere de la vergüenza, pero aún así no puede evitarlo y se rinde a todo lo que el joven le ofrece, lo quiere tanto que no puede negarse a soltarse la melena.
Una vez llegados a su destino, Alma y Lucas, comienzan a buscar un sitio, un poco apartados del mundo donde poder terminar de darle rienda suelta a su pasión, el cual encuentran enseguida.
Pero este suceso no puede llegar a su final, ya que para Alma es su primera vez y es incapaz de aguantar el dolor, aún así lejos de enfados, deciden ir a pasear por allí y continúan con sus risas y sus carantoñas.
Ya comienza a anochecer y Alma debe marchar a su casa, aún es joven y a sus padres les da miedo que esté sola hasta tarde en la calle, siempre hay peligros y mucho más en el barrio en el que ella vive.
Por lo tanto, Lucas, decide acompañarla hasta la boca de metro más cercana a su casa, ya que acepta sin pegas, que de momento no se diga nada a la familia de que están juntos, para evitar ningún tipo de problemas con nadie.
Entre mimos y cariños, se separan, prometiéndose volver a verse el fin de semana siguiente para volver a estar envueltos entre todo ese amor que se tienen el uno al otro.
Nada más subir a su casa, Alma, incluso arriesgándose a una regañina de sus progenitores, le llama para decirle que ha llegado bien y darle las gracias por lo feliz que ha sido durante la tarde a su lado, ha sido la tarde más maravillosa de su vida, no cabe en sí misma de tanta dicha y felicidad y le gustaría contarle a todo el mundo todo lo que siente y todo lo correspondida que cree que está.
Tras colgar, recibe un SMS de Sergio, ya empieza a cansarse de sus mensajes, aunque sea solamente para preguntarle por su estado y directamente ni le contesta, apaga el móvil, cena y acto seguido se acuesta.
Aunque sigue en estado de ensoñación y felicidad, no puede evitar sentirse agotada, ha sido un día muy largo, con muchas cosas vividas y necesita descansar.
Lo que no sabe es que solo, tan solo, es el primero de muchos días largos, y de los últimos tan llenos de felicidad, de los que vivirá durante muchísimos años.




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