Me voy a ahogar en este profundo mar,
En un mar de llanto. No sé como pude confiar
En algo tan fugaz que iluminó mi cielo,
¿Cómo iba imaginar que todo iba a ser fugaz?
Era una noche oscura, similar a esta.
En la que yo estaba en el cielo, pensando en una princesa.
Esa princesa, era fugaz...
Como la estrella que acababa de pasar.
Su nombre, extrañamente, era estela.
Y yo soñaba mucho, con ella mi lucero.
Una noche como ésta, pasó una estrella.
Y sin pensarlo mucho, le pedí un deseo.
Ese deseo, inmediatamente se cumplió.
Y pude ver a mi princesa con un dulce resplandor.
Se acercó a mi, con una tierna sonrisa.
¡Maldita sea, no sabia que las estrellas morían!
Me acerqué a darle un abrazo,
Mas para mí, que para ella,
Se notaba muy feliz, mi hermosa princesa.
Pero noté que no podía sostenerla...
Era cálido, real. No entendía que pasaba.
Me puse a llorar, acepte que estaba muerta.
Que esta vida es temporal,
Como la estrella que acaba de pasar.
Dentro de mi mar, ya no pude verla más.
Entonces desperté, de un estúpido sueño.
Tan real, tan temporal...
En donde andaban juntos,
Mi estrella y la fugaz.