L'amour n'a pas des limites

07

Era inicio de semana y yo no podía estar más feliz. La salida del sábado con Justin me hizo sentir muy emocionada, pero también me hizo sentir nerviosa y preocupada porque confirmé que estoy enamorada de él. 

Sé que la edad no importa, pero por donde lo vea, hay una gran diferencia entre nosotros, al igual que muchos obstáculos que podrían darse en el camino.

Si salgo con él tendría que mentirle a mis padres todos los días. Ellos no entenderían que estoy enamorada de alguien mayor que yo por 12 años.

—Hola, Lia –llegó a mi lado Annie–.

—Hola, ¿Qué tal?

—Todo bien –respondió– Pero mejor háblame de tu cita del sábado.

—No fue una cita, solo fue una salida de amigos.

—Ajá, ¿Y por qué te sonrojas? -dijo bromeando-.

—Para nada. Vamos al salón, en el receso les diré todo.

—Okay.

•••••••••••••••••••🌸•••••••••••••••••••

—Y eso fue lo que pasó –dije al terminar de contarles a mis amigos sobre la salida con Justin–.

—Wow, como en los doramas –dijo Fanny–.

—Tampoco tampoco –dije–.

—¿Y ya se te declaró? –preguntó Annie–.

—No –ojalá–.

—¿Y se atrevió a hacerte algo que no querías? –preguntó JoseMa sacando su lado maternal–.

—Para nada. Él se mostró siempre respetuoso –contesté–.

—¿Pero sí hubo beso o no? –preguntó ésta vez Jonhy–.

—¡Que no! –exclamé– No hubo nada físico entre los dos –lamentablemente–.

—Pero apuesto que hubo bastante tensión –dijo Ferni–.

—No, pero... 

—¿Pero...? –dijeron Ferni y JoseMa al unísono al ver que me quedé callada–.

—Puede que haya algo de lo que me dí cuenta –dije nerviosa–.

—¿De qué? –preguntó de nuevo Ferni–.

—Creo que estoy enamorada de él –confesé–.

—Ah, eso. Ya los sabíamos –dijo Annie–.

—Se notaba a kilómetros que eso iba a pasar –dijo Fanny–.

—¿Y estás segura que es amor, Lia? –preguntó JoseMa–.

—Eso creo –contesté–.

—¿Crees?

—Es solo que desde que hablo con él no he dejado de sentirme tan feliz, como llena de vida. Cuando lo veo, me alegro mucho, quiero besarlo y me trata tan lindo.

—No te confundas solo porque te trata lindo –dijo Annie–.

—Lo sé, lo he tenido bastante en cuenta, y él de verdad me trata muy bien.

—Si vas a dar un paso adelante, solo ten cuidado –dijo Jonhy–.

—¿Estás bromeando? No haré nada.

—A ver, Lia. Te gusta el treintón, pero no vas a hacer nada, ¿qué pretendes entonces? –preguntó JoseMa–.

—Nada, precisamente porque ese hombre tiene 32 años. ¿Se imaginan todo lo que puede pasar si yo lo intento?

—Pues no es como si el mundo se fuera a terminar.

—No, pero mi mundo sí. Imagínense si mis papás se enteran que estoy con él. Lo mandan a la cárcel. Además, Imagínense que le confieso a Justin lo que siento por él y me rechaza –dije atemorizada–.

—Pues lo de tus padres lo creo, pero lo de Justin no –habló Jonhy– No lo he conocido aún, sin embargo sé que sí le gustas.

—¿Y cómo sabes eso, amor? –le preguntó Fanny–.

—Porque el día que vino a recoger a Lia vi la cara de Justin al verla. Sé reconocer a un hombre enamorado, cuando lo veo porque soy uno –miró con dulzura a su novia y le dio un beso en su mano. Ay que bonito, mis papis– Por eso siento una muy buena acorazonada.

—Eso es romántico, Jonhy, pero no es como que apliqué aquí. Suponiendo que le gustó a Justin, ¿Crees que él hará algo al respecto? –pregunté insegura–.

—Quién sabe, pero con esa actitud no lo sabrás –contestó–.

—Tiene razón –habló Fanny esta vez– No te quedes enfrascada en el "no", que aunque ya lo tienes, no está mal ir por el "sí". El amor duele, pero es muy bonito, y por más que lo quieras evadir, ya te llegó. No tengas miedo a amar, Lia –terminó de decir para darle un beso en los labios a su novio–.

—Ay, que asco –dijo Ferni– Me va a dar diabetes. 

—Lo dices porque tu crush no te hace caso –dijo JoseMa. Auch, já–.

—¡Oye!, eso duele –dijo y reímos todos–.

¿Debería de intentarlo?...

•••••••••••••••••••🌸•••••••••••••••••••

—Entonces, así fue como terminé viviendo aquí –dijo Justin después de comer un bocado de pollo agridulce–.

¿Adivinen quien está comiendo con su crush? Já, yo.

Quisimos salir de nuevo a comer y de paso platicar. Ciertamente, me debatí mucho en si aceptar su invitación o no, ya que había estado pensando en si mis sentimientos por él son correctos o no.

Cuando por fin acepté, me recogió en la universidad y fuimos a comer a la plaza cristal, esa a la que siempre voy con mis amigos. Y es que realmente es lo más cerca de la universidad para perder el tiempo o ir a comer.

—Está riquísimo esto –comentó– Lia, ¿pasa algo? –preguntó preocupado al verme distraída–.

—¿Eh?, no. Perdón, es solo que me acordé de que tengo tarea –contesté–.

—Oh, okay. Me hubieras dicho, te estoy distrayendo.

—No, tú tranquilo. Mejor háblame de cómo estuvo tu mañana de hoy en la empresa –dije para iniciar de nuevo una conversación–.

Al cabo de una hora, me acompañó a la parada de autobuses como la salida pasada. 

—Adiós, Lia. Avisame cuando llegues a tu casa, por favor –dijo mientras se despedía de mí–.

—Claro. No te preocupes, Justin. Adiós –me despedí también–.

Al llegar a mi casa, me encontré con mis padres sentados en la sala mientras veían televisión. 

Mi madre solo me sonrió y procedió a pararse para darme un beso en la mejilla.

—¿Dónde estabas? –preguntó mi padre seriamente–.

—Estaba en la plaza cristal con mis amigos. Le pedí permiso a mamá –contesté. ¿Y ahora qué trae?–.

—Últimamente has salido mucho con ellos, lo cual es extraño.

—Pero solo son mis amigos, ¿por qué sería extraño salir con ellos? –pregunté extrañada por su comportamiento. No lo veo casi y cuando lo hago se porta así–.

—Porque los ves casi todos los días en la universidad como para salir con ellos en las tardes. ¿Acaso estás viendo a un chico? –soltó de golpe–.



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En el texto hay: romance, edad y amor, amisatd

Editado: 30.08.2024

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