Las aventuras de A-Yang, y los celosos juniors

Capítulo 26

Cuando Xue Yang fue encontrado por esas personas, no pensó que obtendría una familia y un hogar. Había deseado tanto por ello, que ahora, solo pensaba que esto era un maldito sueño.
Encontrarse con esas dos personas, le provocó un sentimiento que no podía explicar. Vivir en las calles lo hizo desconfiado con cualquiera que intentara acercarse a él, sin embargo, con Wei WuXian y Lan WangJi, fue diferente.

No sintió desconfianza, ni miedo. Con ellos se sintió diferente y le gustó sentirse así.
Era la primera vez después de años que algo cómo esto le pasaba. Iba a disfrutarlo, por eso le gusta recordar ese magnífico día.

La mirada que recibió de Wei WuXian después de que lo alejaran de ese hombre, fue reconfortante. Por primera vez, alguien se preocupaba por él.
Ver cómo esos cuatro idiotas lastimaban a su salvador, lo enfermaba. ¿Acaso no estaban felices de recibir el cariño que a él se le fue negado? Parecería que no. Él hubiera hecho de todo con tal de haber recibido un mísero abrazo, lastimosamente, tuvo que esperar mucho tiempo para poder conseguir algo como eso.

Ser enterrado por Wei WuXian fue algo... Interesante. Jamás pensó que un adulto de comportaría de esa manera, y mucho menos, le diría a un niño que más niños crecerían junto con él. Xian-gege era bastante raro.
Fue inesperado recibir tanto cariño y tanta atención. Para él, era algo bastante complicado.

Estaba agradecido con ambos, la llegada de esos hombres a su vida, cambió todo por completo. Sin embargo, su problema era con esos adolescentes.
Era inaudito ver cómo su mayor era tan desprecio por ellos.

En un principio, estaba reacio a entablar algún tipo de relación con Lan JingYi. Xue Yang sabía que el Lan en su momento también despreció los cuidados del mayor.
No obstante, con el paso de los días, fue entablando una especie de acuerdo. Quién diría que JingYi sería tan divertido.
Le gustaba pasar tiempo con el adolescente, era sumamente divertido escucharlo hablar sobre la historia de Lan-ge y Xian-gege.

Mientras estaba en las calles, él siempre había envidiado a esas familias que pasaban a su lado presumiendole algo que siempre deseo tener. Cuando obtuvo lo que tanto anheló, decidió que no lo dejaría ir.

Es por eso que ahora se encontraba preparando algo para aquellos tres. Le había pedido ayuda a JingYi, pero el mayor no quería cruzarse con los demás. Tuvo que hacer uso de sus lágrimas para que, el Lan menos Lan, lo ayudara. 
Ahora le debía un favor a JingYi, pero eso no venía al caso en este momento.

Su broma era algo simple, pero quería que fuera efectiva. Solo necesitaba un momento concreto para poder llevarla a cabo.
Luego les dejaría en claro un par de cosas, esos tres pensarían las cosas dos veces antes de volver a lastimar a su Xian-gege.

Mientras Xue Yang pensaba en su broma, en Yiling se encontraban dos personas. Un joven y hermoso taoísta, junto con una dulce y tierna jovencita. Ambos se encontraban en sus propios pensamientos, aunque eran de cierta manera, similares. 
Ya habían pasado algunos años desde que fueron revividos y, desde que no supieron más nada de Xue Yang.

Por más que intentaran no pensar en el cultivador, había momentos que se les hacía imposible. Sin la presencia de Xue Yang con ellos, las cosas eran más molestas.
El silencio entre ellos era molesto, el no sentir la cercanía de Xue Yang, era molesto. Muy molesto.

—DaoZhang —llamó A-Qing mientras intentaba no pensar en ese maldito bastardo.

—Dime —contestó Xiao XingChen.

—¿Crees qué lo encontremos algún día? —la pregunta de A-Qing se escuchó dolorosamente temerosa en los oídos del taoísta.

—No lo sé, A-Qing —respondió XingChen con pesadez. Él era el que más anhelaba encontrar a Xue Yang a pesar de todo el daño que el menor había provocado.

Sin Xue Yang no sabía que hacer, las cacerías nocturnas ya no se sentían igual. Compartir entre ellos ya no se sentía igual.
Desde hace tres días, comprar dulces ya no se sentía igual. 
Xingchen todavía no entendía, ¿Por qué seguía comprando dulces? ¿Por qué ahora empezaba a tener la esperanza de encontrarse con Xue Yang?

Por más que buscara alguna respuesta, siempre terminaba en el mismo lugar. En su momento, quiso desistir, ya no quería tener a Xue Yang en su cabeza. Sin embargo, comenzó a complicarse con el paso de los días.
Buscar respuestas lo mataba, no tener a Xue Yang le molestaba, que esa mujer esté ocultando algo sobre el menor, lo frustraba.

Un fuerte deseo empezaba a crecer dentro de él. Un sentimiento de posesividad lo recorría lentamente.
Las situaciones que se creaban en su mente, no le ayudaban con eso.
Cada vez que cerraba sus ojos, esa mujer estaba presente en sus sueños con una cruel sonrisa mientras le mostraba distintos escenarios con Xue Yang como protagonista.

Todos tenían la misma imágen, Xue Yang en los brazos de alguien más.
Por más que haya gritado, nada sirvió, siempre terminaba siendo espectador de algo que, no le gustaba para nada.

Ya eran años, años sin Xue Yang. No sabía si estaba vivo, si tenía familia, si se había casado o, si aún seguía asesinando personas.
En algunas ocasiones, intentó regresar con Yu Mei para pedirle explicaciones, pero siempre era detenido por algo.
No lograba entender que era aquello que lo detenía, parecía como algo en su cabeza haciéndole retroceder de su búsqueda, cómo sino quisiera que encontrara a Xue Yang.

Gusu

Las risas de Wei WuXian se escuchaban en todo GusuLan, el Patriarca jamás creyó que su pequeño A-Yang sería tan divertido e inteligente. Le sorprendió bastante que A-Yang haya sido el causante de algo tan grande como una broma.
Sin embargo, mientras él reía, Xue Yang maldecía internamente a todo el mundo.

¿Cómo fue que la broma no funcionó con aquellos tres? No lo sabía, no lo entendía y estaba frustrado.
Se suponía que Lan SiZhui, Jin Ling y Ouyang Zizhen tendrían que estar en el lugar que ocupaba el líder de Yunmeng.
Por más que a él también le parecía divertido, esto no era lo que había pensado.




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