DIEZ

Las cosas no habían acabado para Sara, ya que había roto los principios de la agencia que por cierto tenía las mejores protecciones debido a que sus dueños eran miembros aristócratas y políticos.

No solo lograron eludir a la justicia sino que denunciaron a la joven Sara por calumnias e injurias, y como pago por su delito solicitaron su primer hija mujer, solo así quedaría saldada su gran deuda moral para con dicha agencia.

Por supuesto que los Archer se negaron aludiendo que era esclavitud y eso, por cierto, es ilegal. Debido a ésto, el juez le impuso una multa muy alta.

Por supuesto que la pagaron, pero la agencia no se quedaría de brazos cruzados después de la alta traición de la joven Sara.

Pero se tomarían su tiempo para actuar. Así cuando la muchacha estuvo listo para dar a luz mediante la cesaria, uno de los doctores que la atenderían era miembro de la agencia.

Sara dió a luz a hermosos melizos identicos a su padre Nick. Uno era una niña pero el otro un niño.

Pero la agencia de chicas perfectas no perdona jamás, por lo tanto se cobró venganza con la bebé  matándola asficiada.

Sabían que jamás les pasaría nada gracias a las influeyentes protecciones que tenían. Así hicieron saber a Sara que nadie viola los principios de la magestuosa agencia.

Nick y Sara tomaron la muerte de su pequeña de formas diferentes. Mientras que el rubio era consciente de la inmunidad que tenía esa nefasta agencia, decidía planear su propia venganza. Pero Sara no lo soportó y su cordura se quebró.

Por tal razón tuvieron que internarla en un psiquiátrico temporalmente. Nick no la dejaba un solo segundo. Tenía que proteger a su amada esposa y a su bebe al que le pusieron de nombre Anthony.

El señor Archer, por el momento, se ocupaba de indagar sobre esa agencia aprovechando sus contactos cuando aún pertenecía a la clase baja. No se quedaría de brazos cruzados tampoco.

Sara no soportaba más, solo quería morir pero el amor intenso de Nick y la existencia de Anthony la mantenían en éste mundo.

- Tranquila mi amor, todo estará bien - le decía Nick abrazandola con dulzura - Nuestro hijito te espera en casa ¿sabes?

- Nick...ellos mataron a nuestra niñita...por dios - Sara lloraba amargamente en sus brazos - Fue mi culpa dios mío.
- No Sara, no fue tu culpa. Nada de ésto es tu culpa. Tú eres una victima más.

Sara se perdió en los brazos de su amado llorando amargamente, lo necesitaba con desesperación intensa.

Y el rubio no la abandonaría por nada del mundo. Cuando se calmó, llamó a su padre.

- Papá, dime ¿tienes lo que te pedí? 
- Así es hijo. Te mandaré toda la información ahora mismo.
- Gracias papá.
- Solo ten cuidado.
- No te preocupes.

Cuando colgó habló con el psiquiatra quien le informó de los progresos de Sara. En breve le darían el alta. Con esas buenas noticias se alejó del psiquiátrico.

Fuera la oscuridad lo envolvió con su frío y oscuro manto. Su mirada reflejaba odio total.