Las Chicas Perfectas

TREINTA Y UNO

Pasaron seis años en los cuales la familia Archer vivió felíz y sin inconveninente. Los niños eran muy felices junto a sus padres.

Anthony heredó las habilidades oscuras y ágiles de su mamá volviéndose así su mejor y único discípulo. Aquello lo hacía muy parecido a ella, fue por eso que Sara decidió entrenarlo en ese oscuro arte de la destruccción de vidas ayudándolo a desarrollar increíbles habilidades como ser poder moverse en las sombras.

Aunque a Nick no le gustaba nada que su hijo se vuelva un asesino prácticamente ninja debido a que trabajaba en las sombras, sabía que nada podría hacer al respecto. Aquellos entrenamientos unieron más a la mamá Sara y a su hijo Anthony, sintiéndose mutuamente más unidos que nunca.

Anthony disfrutaba aquello a más no poder, ya que Sara era su querida mamá y sentir que se iba pareciendo a ella al menos en algo lo hacía muy feliz. El niño era muy habilidoso en el arte ninja de pasar desapercibido entre las sombras.

Ana, por el contrario, no heredó ninguna habilidad así. Era como su padre Nick, una persona normal. Lo mismo sucedía con su hermanito Ismael que tenía seis años. Era una hermosa niña pero nada más que eso y el pequeño además de ser hermoso le gustaba el mundo de los videojuegos.

Sin embargo ambos hermanos mellizos iban al gimnasio donde eran entrenados por Lucy a diario. Era importante que mantengan un buen físico los dos.

Nick solía pasar la mayor parte del tiempo en su trabajo alejado de su familia. Pero no de Sara, quien durante las noches lo hacía cumplir con su deber de esposo. Deber que a él le encantaba por cierto.

El amor de ambos iba en continuo aumento con el correr del tiempo. Cada tanto el rubio solía alejarse de su trabajo para pasar tiempo junto a su amada familia y en especial junto a ella, su querida esposa.

La organización de Las Chicas Perfectas había pasado al olvido, logrando así poder vivir tranquilos. Nick se sentía en paz al creer que su amada esposa y su hijita Ana estaban muy bien protegidas.

Pero tal como lo dijo el hombre, seis años atrás, él sería quien se iba a ocupar de los Archer como venganza por destruir su negocio. La organización tuvo que transformarse, adaptarse a un nuevo negocio llamado Servicio Perfecto.

Pero en escencia era lo mismo. Secuestraban chicas de otras partes y las transformaban en perfectas mediante intensas torturas. Para luego venderlas en otras ciudades a mayores costos.

Él esperó a que en verdad estén confiados para atacar. Esa noche Nick salía de su despacho y se dirigía a su auto, había trabajado muchisimo y necesitaba descansar junto a su familia.

En el camino Dylan, uno de sus amigos, se le acercó con su acostumbrada sonrisa.
- Dylan - dijo Nick - Hola amigo ¿qué haces por aquí?

Sin dejar de sonreír, Dylan lo atacó con una pistola eléctrica que no solo lo paralizó sino lo noqueó.

- Vine a secuestrarte...amigo 
-¿Qué....haces....Dylan?

Dylan lo sujetó y lo arrastró al interior de una oscura limousina donde aquel hombre los aguardaba. Subieron y el vehículo se puso en marcha.

En el interior de la limousina antes de desmayarse, Nick pudo ver a su secuestrador.

- Nick - dijo Dylan - te presento al dueño de la organización Las Chicas Perfectas, su familia creo tan brillante agencia - el pelinegro seguía sonriendo - Tú lo conoces ya que curó a tu esposa Sara aquella vez. Adam, por supuesto que no es la primera vez que lo vez.

- No, no lo es- dijo Adam saliendo a la luz para mirarlo con dureza y odio - Nos portabamos como amigos, efrctivamente yo curé a Sara cuando apareció en el burdel. Me aseguré que esté sana físicamente.

-¿Adam? ¿Por qué? 
- Las Chicas Perfectas es un negocio familiar y tú lo hechaste a perder. Sara me rechazó en el pasado y le pedí a mi padre que se ocupara de ella. Por eso mató a su familia y la secuestró a ella.

-¿Qué dices?
- Sara jamás debió decirme no a mí, su vida sería diferente y su familia seguiría viva. Ahora no me interesa ella, salvo desintegrarla. Le regalé seis años de felicidad, eso es bastante ¿no crees?

Las burlistas carcajadas de Adam irritaron al rubio, mientras Dylan sacaba un arma de su tapado y lo apuntó con ella en su cabeza.

-¿Por qué haces ésto Dylan? 
-Por dinero Nick, Adam paga como los dioses.

- Morirás aquí y ahora Nick - Decía Adam felíz - Y entregaremos tu cadaver a Sara, luego desapareceremos para siempre. Amé arruinar las brillantes carreras de dos de tus amigos.

- No se saldrán con la suya malditos - decía Nick desesperado.

- Irina nos espera con Anthony en el aeropuerto - prosiguió Adam - Es mi mejor amiga, y por supuesto Anthony es el hijo favorito de Sara. Mi intención es que enloquezca a más no poder. Así tus otros dos hijos quedarán en la calle.

Nick no podía creerlo, sus peores enemigos estuvieron todo el tiempo a su lado. En esos momentos pasaba una estrella fugaz, y pidió como deseo una segunda oportunidad.

- Matalo Dylan
-Como ordenes Adam

Dylan disparó a la cabeza de Nick quien caía muerto en esos instantes. Los dos abandonaron la limousina con el cuerpo de Nick y una nota para Sara.

Luego se dirigieron al aeropuerto donde un avión los aguardaba.  Anthony estaba dentro amordazado. Irina sonrió con placer. Una vez dentro, el avión se perdió en el aire.

Cuando Sara vio el cadáver de su amado con la nota donde le informaban que la organización, además de arrebatarle la vida a Nick desaparecía con Anthony, su hijo favorito, lanzó un desgarrador alarido al aire al tiempo que su mente se quebraba en mil pedazos. Ésta vez sería para siempre.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.