Las Claves Del Indio

LXXIII. SOY TU HIJO

Al final tanto me insistieron, tanto me insistieron, que terminé aceptando que fueran ellos los que invitaran. No con medias lunas, no. Con torta. Estoy comiendo una rica torta, ahora. Pero desde la parte de adentro. Quiero decir, que tengo que comerme un buen pedazo de esta torta gigante desde la parte de adentro, desde sus paredes internas, para abrir un agujerito y así poder respirar. Me falta un poco el aire, porque me encerraron dentro de ella y se les ha escapado el detalle del oxígeno. Estaba muy linda decorada la torta de afuera, con una imagen hecha en azúcar del Indiecito y todo.... Muy linda. Muy logrado el Indiecito. Se nota en la terminación que LOLO lo realizó con amor de coleccionista y que, aparte, domina muy bien su oficio. El me recibió con tanta amabilidad cuando llegué hace un rato acá a La Plata, mi ciudad. Al local del Rey del Dulce, a pocas cuadras de mi departamento... Estuvo tanto o más amable que la primera vez que nos vimos.

También ElTony, que tuvo la gentileza de traerme en su Chevrolet rojo, porque mi auto no andaba. Vinimos con el CORSARIO y JUANO, charlando todo el camino... Todos muy gentiles conmigo... Y acá, oh sorpresa, me esperaba, además del dueño de la confitería y su hija, OQUEDA MENDEZ, que viajó desde Uruguay especialmente para verme. Es una persona de verdad erudita. Sabe muchísimo y no solo del Indio. De muchas otras cosas. Me recibió con una broma: Castigo tarda pero llega..., me dijo. Y ahí nomás, rápido, yo le contesté: "El justiciero”, Correrías, año diez, número ciento dieciséis. Chistes entre entendidos... Por ahí a otra gente esto no le divierte y prefieren ver el programa de Los Tres Chiflados... Nosotros somos distintos. No digo que mejores o peores, eh... Distintos.

Hablando de entendidos: OQUEDA me hizo notar que el monje de “El justiciero”, que primero es sospechado de loco, y después resulta fundamental para dilucidar la intriga, responde al vivo retrato del cura De Agostini. Y otra cosa: en la tapa de “La cola del diablo”, en un tercer plano, aparece el prior de la orden religiosa a la que ingresó el Padrino, regenerado como consecuencia del pacto. Ese prior tiene el rostro de... ¿adivina, quién?, me pregunta OQUEDA con sonrisa pícara.

Pienso en cuán lejos quedo de la profundidad de análisis de este muchacho. Tantas veces me detuve en la portada de “La cola del diablo”, en la curiosidad que la protagonizasen las Pamelitas, y encima con el Indio increpándolas, enojado. Tantas veces examiné la vestimenta de Mandinga, cuyo invariable jaquet y capa de las primeras Andanzas fue reemplazado aquí por elegante traje, gabán y sombrero con pluma, casi se diría un autorretrato del Viejo. Tantas veces contemplé el también inaudito atuendo del Padrino, de hábito franciscano y sandalias como las de su ahijado. Y sin embargo jamás reparé en el detalle que me acaba de comentar el uruguayo. Aunque en mi favor hay que decir que le aporté el dato que descubrí hace poco, el del fraile de “Monaguillo del diablo”. OQUEDA me aplaudió. Me henchí de orgullo.

Me acompañaron a recorrer las instalaciones del Rey del Dulce. Todo muy limpito. Última tecnología. Atrás del despacho de LOLO, donde habíamos tenido nuestra primera charla, hay un salón, con sillones confortables y un barcito con bebidas de todo tipo. Está medio oculto, con una puerta trampa, porque ellos quieren que nadie los moleste cuando se juntan a charlar de nuestro hobby. Ahora, me invitaron a mí a sumarme a esas reuniones. Bah... no sé si a mí o a ELCOVE, porque todavía nos siguen confundiendo, pero ya no me importa. Al fin y al cabo, debe ser cierto que somos el mismo. Y ellos no tienen nada en contra de nosotros, al contrario. Se han divertido mucho con nuestras bromas, me contaron. El salón es inmenso y está íntegramente decorado con posters de tapas de las primeras Andanzas y Correrías, como los que tenía LOLO en la vidriera. Pero lo que se destaca, sobre una chimenea, es un cuadro con la imagen del Tata, en la pose clásica, imponente, con los brazos cruzados sobre el pecho. Las tres plumas de la vincha resaltan en el dibujo, porque el grupo de ellos se llama justamente así: “Las Tres Plumas”. Como el coñac, acoto yo cuando me lo dicen, y todos se ríen de la ocurrencia. También se hallan modificadas las crucecitas del poncho, que acá son cruces gamadas, y lucen mejor que las originales. Lo de ellos es un club de coleccionistas, como el que se le ocurrió a ELCOVE. Y él creía que fue el primero que tuvo la idea... No, esta gente se reúne desde hace un montón de tiempo. Eso fue lo que me explicaron. Cuando venga Vélez se lo voy a decir, si es que puedo abrir un agujerito en las paredes de la torta, para que me escuche.

El presidente del club es OKEDA MENKEZ, que se escribe, como yo pensaba, con dos ka. Y el cargo es vitalicio, porque parece que este muchacho proviene en línea directa de los Egipcios-Tehuelches. Me contó la historia con mucho detalle. Resulta que los Guaraníes tenían una cultura de avanzada, que hacía que preservaran su identidad. Practicaban la eutanasia con los niños que nacían deformes. Al principio se ubicaban en lo que hoy es el Paraguay, pero después bajaron al Uruguay, mientras tanto los Tehuelches, con sus caballos, avanzaban cada vez más hacia el norte. Unos bajaban, otros subían. Así que una noche, calcula OKEDA que en los límites de La Pampa, y hace unos ciento cincuenta años, las dos tribus se encuentran. Como prenda de paz, comparten una fumata de hierbas alucinógenas. Esa noche lejana, porrito va, porrito viene, se funden las razas. Y eso da como resultado que OKEDA descienda, por línea paterna, de los Tehuelches. De ahí su interés por si en alguna Andanzas se contaba esa historia. De ahí también su nick en Mercado Libre, SERTUFILIUS. Pero no hijo de ELCOVE, como yo imaginaba, por sus similares procederes. Hijo –o nieto, o bisnieto, o tataranieto- del mismísimo Elekkasekk, en quien sin duda el Viejo, que lo conoció personalmente, se inspiró para crear al Tata. El uruguayo-Tehuelche me brinda una prueba incontrastable de su origen, al descalzarse y exhibir su descomunal dedo gordo.



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En el texto hay: comic, coleccionista, historietas

Editado: 24.07.2019

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