Las Cosas Que Nos Dijimos Mientras Nos Hacíamos Los Dormidos

Ansiedad

Es como un cuchillo clavándose lentamente en mi pecho

La habitación se hace pequeña poco a poco

Una torrente negra se apodera de mi cabeza:

¿Soy lo suficiente? ¿Qué malo hay en mí? ¿Por qué no me escribe o llama?

El cuchillo hace presión sobre mi pecho una vez más.

La habitación se reduce un poco más...

¿Y ahora?

Siento que se me dificulta la respiración... ¿cómo lo controlo?

No puedo... y mis emociones están fuera de control. Lloro.

Lucho, 

lucho,

lucho contra mi propia mente...

Respiro,

respiro... 1, 2, 3, 

respira...

La habitación se agranda y la presión se detiene por unos segundos, 

Pero el cuchillo sigue ahí... 

Clavándose de vez en cuando por mi pecho, impidiendo sanar la hérida,

degustando la carne abierta y no sé hasta cuándo.

Lucho, respiro y no sé hasta cuándo.



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En el texto hay: poesia, primer amor, textoscortos

Editado: 15.03.2023

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