Las cosas que nunca le dije (y probablemente no le dire)

Especial n°6: "You look perfect tonight..."

 

Ed Sheeran- Perfect.

No tiene sentido redactar todo lo que fue este último año.

Sinceramente creo que fue el peor de todos.

El cambio que sentí para año nuevo fue de verdad, de alguna manera mi corazón comenzó a crearse un escudo lentamente, con cada noticia o mejor dicho, no noticia, que me llegaba de vos.

Casi llegando al comienzo de la recta final decidí que debía dejarlo ir, y de alguna u otra forma iba a hacerlo.

Para comenzar, iba a separarme de su lado, así que P iba a sentarse conmigo.

Y así fue, y así empezó todo.

Nunca lo vi quejarse por eso, es más, creo que estuvo complacido… comenzamos a hablar menos, casi nada, hasta que en algún punto ambos nos convertimos en dos compañeros y nada más. Dos personas que solamente hablaban cuando era necesario.

No obstante, el sentimiento seguía ahí, siempre que podía lo observaba y me preguntaba cómo fue que llegamos a esto, si alguna vez yo realmente le llegué a importar de verdad.

Algunas veces me devolvíala mirada y era como si tuviera una lucha interna sobre qué hacer, y esperaba pacientemente, pero se decantaba y todo seguía igual.

Y yo no iba a ir por él, ya no.

Decidí dejar de escribir estas notas, no tenía nada que contar y por ende nada por sentir, nada para decirle.

A mitad de año me enteré de que su relación terminó, el primer tiempo se veía triste pero no tanto como alguna vez llegué a esperar que estaría si eso sucedía. Aun así las ganas de ir a consolarlo no faltaban, pero me obligaba a quedarme en mi lugar.

Y el tiempo pasó, cada que lo miraba, lo encontraba haciendo lo mismo, y parecía arrepentido, las luchas internas más fuertes, sin embargo apartaba la mirada, no quería otra ilusión. Había tenido suficiente de ello.

Por lo que de esta manera llegamos al presente: la graduación.

El final de todo.

A pesar del cambio radical que tuvo lo “nuestro”, el día en que practicamos la entrada, yo no sabía en que había quedado eso después de todo, pero resolvió mi duda posicionándose a mi lado y fingiendo que entrabamos juntos.

Así que eso hoy mismo iba a hacerse realidad.

Nerviosa bajo del auto con cuidado de no enganchar el vestido en ninguna parte, al final me había decidido por uno de color bordo, largo… me había quedado enamorada de él apenas lo vi y para que yo me decida…

La plaza luce hermosa con las luces que iluminan cada rincón del lugar, el cielo está completamente despejado y es lo último que miro antes de comenzar a dirigirme hacía el lugar en donde se encuentra la mayoría de mis compañeros.

Una traffic iba a salir desde este punto y todos juntos íbamos a llegar al lugar donde todo acabaría.

Lentamente y tratando de no terminar en el suelo a causa de mis zapatos, llego y recibo el cumplido de mis amigas, devolviéndoselos, por supuesto.

Inevitablemente lo busco con la mirada. Las miles de veces que lo imaginé usando traje no le hacen justicia a la realidad frente a mí. Realmente creo que podría babear, pero me obligo a retener esos impulsos naciendo en mi interior y me centro en sus ojos, los cuales me recorren de arriba abajo y me regala una sonrisa torcida que hace que mis piernas se vuelvan gelatina.

Nuestra mutua evaluación se ve interrumpida cuando vemos que algunos ya comienzan a subir al vehículo, por ende hacemos lo mismo. Un nudo de nerviosismo se instala en mi estómago en el instante en que tomo asiento a la espera de comenzar a viajar hacia nuestro destino. El silencio interrumpido muy pocas veces por pequeños susurros de alguna parte del habitáculo, no ayuda.

Mientras observo los autos pasar, cientos de escenarios sobre lo que podría suceder apenas ponga un pie dentro del salón pasan por mi mente y en ninguno de ellos salgo favorecida. Eso no ayuda tampoco.

Cuando la traffic frena, noto como las luces del salón se apagan y el nudo en mi interior crece a pasos agigantados. Siento que si me levanto, voy a caer, o tal vez lo haga bajando del vehículo, o podría vomitar lo poco que logré engullir en la merienda.

Los varones descienden primero y a medida que su pareja va haciendo lo mismo, se van acomodando para entrar. Cuando lo hago, él está esperándome y me sonríe mientras me ayuda, nos ubicamos en la puerta y pacientemente aguantamos a que digan nuestros nombres.

Veo como su mano tiembla y recuerdo todas las veces en las que nervioso por la entrega de la nota de una evaluación, le sucedía lo mismo. Así que por primera vez me permito cubrir la mía con la suya.

Nuestro turno llega e ingresamos escuchando el coro de aplausos de todo los presentes. Luego la entrada termina y la fiesta da inicio.

***

El postre acaba y todos se dispersan a la espera de que otra ronda de baile se haga presente, y en una de esas noto como se acerca al DJ y le dice algo al oído.

Sin tratar de hacerle mucho caso, me acerco a la mesa de mi familia y me siento a charlar con ellos, cuando el encargado de la música dice: “y ahora comenzaremos con una canción lenta para que las parejas de egresados que entraron juntas disfruten, y como no, cualquier pareja que quiera sumarse a ellos”



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En el texto hay: tristeza, amor, amor adolescente

Editado: 20.11.2020

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