Mientras tanto Melek estaba en el living mirando todo a su alrededor, cada detalle de la casa de su amigo; se aburrió y se dirigió a la cocina mirando fijamente a su amigo que cocinaba meticulosamente y lo vio en una faceta muy diferente, a ese valiente policía de investigaciones con su arma siempre en la cintura, que representaba esa masculinidad que en ese momento cambia la percepción de Otniel y sentía que no conocía a su mejor amigo, y a su vez él no la conocía, ni mucho menos ese año de torturas que sufrió por la maldita de su cuñada cuando era una niña; quedaron marcas físicas, pero las marcas psicológicas nunca se borrarán en su mente la van a acompañar por toda la vida; se levanta y va a mirar a la cocina de su amigo y está dice:
- Oye... - exclamó Melek curiosa
- Si dime - inquirió Otniel concentrado en la preparación
- Te puedo preguntar algo - exclamó Melek
- Si claro.... - inquirió Otniel con toda naturalidad que siempre lo caracterizó
- ¿Estás feliz que podemos tener la posibilidad de irnos a Estados Unidos? - preguntó Melek un poco inquieta
- Bueno la verdad es bastante prometedor, pero son varios que se postulan para eso - inquirió Otniel reflexivo
- Pero... ¿Tú crees que ganemos? - preguntó Melek un poco preocupada
- Todo puede suceder - con resignación Otniel siguió cocinando los ñoquis que olían bien, igual que la salsa de tomate artesanal con carne como acompañamiento al plato principal, y veía la meticulosidad de su querido amigo no quiso interrumpir su ritual y lo dejo seguir con la comida, después de casi dos horas de preparación finalmente término el plato, Otniel se sentía orgulloso de su obra de arte culinaria, que dijo:
- Está listo - gritó Otniel, poniendo en alerta a Melek y está dice:
- ¿Te ayudó en algo? - le pregunta a Otniel
- Bueno puedes colocar los servicios por favor - inquirió Otniel
- Claro amigo - le sonríe y recoge los vasos y los servicios de la cocina, primero retira las carpetas y fotos de la mesa la limpia un poco; mientras su amigo sirve los platos y hace la ensalada, Melek coloca los servicios y las copas sobre la mesa y el jugo de naranja; busca la ensalada y junto a Otniel ordenaban los últimos detalles para poder sentarse para almorzar, la comida tenía un buen aspecto y un olor exquisito; se sentaron y Melek probó el primer bocado, Otniel estaba expectante ante la respuesta de Melek y dice:
- Esto está rico - exclamó Melek con cierta satisfacción
- Enserio - exclamó con alegría
- Si amigo mio, te felicito ante está obra de arte - le toca el hombro suavemente
- Gracias amiga - sonríe Otniel por el alago por parte de su amiga, esto le generaba cierta confianza
- De verdad tú vas a estar a cargo de la cocina en el año nuevo - sonrió Melek, los jóvenes siguieron comiendo los ñoquis y no hablaron por un buen tiempo hasta que Melek tuvo curiosidad por ciertos aspectos de la personalidad de Otniel y está dice:
- Otniel - se detiene Melek en comer
- Si...¿Qué sucede? - pregunta Otniel un poco intrigado
- ¿Te puedo preguntar algunas cosas? - preguntó Melek
- Bueno... ¿Cuál es tu pregunta? - preguntó Otniel curioso
- ¿Por qué no tienes novia actualmente? - preguntó curiosa Melek
- Bueno la verdad... es que en primer lugar es algo complicado de explicar, pero el gran misterio es que no he encontrado esa persona especial para mi vida.... o ya la encontré, pero jamás tuve el valor de decírselo - exclamó Otniel con cierto aire de misterio que generaba una cierta inquietud en Melek que es dificil de explicar - te puedo preguntar algo Melek Hoffmann
- Si claro... - exclamó con toda naturalidad
- ¿Por qué odias tanto a tu hermano?- preguntó Otniel queriendo saber el motivo principal de ese odio que parece irracional
- Es algo difícil de contar... no porque sea complicado los hechos sino los recuerdos que me generan que todavía no los puedo superar - intentó de explicarle a su amigo para que pudiera saber las sensaciones de aquel recuerdo tormentoso en su vida
- A lo mejor necesitas sacarlo para que puedas sentirte aliviada - inquirió Otniel intentando de colocarse en su lugar
- Es posible, pero no me siento preparada - con cierta resignación, estaba un poco cabizbaja y Otniel no pudo soportar el estado de su amiga y dijo:
- Perdóname... - con cierta culpa por intentar de encajar todo, pero no contempló las consecuencias del hecho que es evidentemente le genera una pena inmensa
- No está bien - comenzó a salirse algunas lágrimas que recorrían su rostro, Otniel jamás se perdonará por esto por el resto de su vida
- Melek no llores por favor... - exclamó Otniel con mucha pena y este se acerca y la abraza tan fuerte, para consolarla y además no podía aguantar ver a su amiga así tan frágil
- No te preocupes... - con un nudo en la garganta intentó de que Otniel no se sintiera el peor ser humano en el mundo
- Lo siento... - exclamó Otniel, dándole un vaso de agua
- Gracias - inquirió Melek, tomó el vaso y lo bebió lentamente, así calmó su garganta y a su vez su espíritu; mientras Otniel la miraba en el proceso de calmarla este pregunta:
- ¿Está mejor? - preguntó con preocupación
- Si - está le sonreía con sinceridad
- Me alegro mucho amiga - Otniel la abraza como un buen amigo que es en realidad, siguieron comiendo con toda normalidad hasta que Otniel recogió los platos y los lavó con suma tranquilidad, a pesar de eso no se dejó de martirizar por la situación incómoda que puso a su amiga; se sentía fatal ante esa situación que no era menor, aunque admite que nunca había visto a su amiga llorar de esa manera, eso debe ser una gran pena en su vida que intenta de olvidar y él como un estúpido preguntando lo que no debe, por mera la curiosidad de alguien curioso; conoce a Melek cuando iba en la enseñanza media, él estaba desde pequeño ahí y ella recién llegó en primero medio era una chica de quince años aunque aparentaba menos edad, de una melena oscura, lisa y larga, le daba un aire de inocencia, y a su vez de fragilidad, sus ojos redondos y de color café, aumentan esa inocencia y esto se agrega con un rostro redondo que le da un aire infantil e inocente, ella se sentó rápidamente al final del salón y la clase continuó normalmente, llegó la hora del recreo y ahí tuvo el valor de acercarse a ella y le dice: