Durante todo este tiempo en las clases, nada me ha pasado de interesante después del mediodía, y las clases por fin terminan. Me levanto, recojo las pocas moronas que dejamos Alx y yo tras comer de sus galletas por la mañana. Guardo mis pergaminos, me coloco mi bolso y me limito a salir del salón, mientras espero fuera del mismo a Jan y a Kenzie recargados en la pared.
Ambos apresuraron el paso y bajamos al vestíbulo de la zona del colegio donde se encuentran los que cursan primer y segundo año del Tercer Nivel Académico. Mientras hablamos de cosas triviales, noto la presencia de una chica con la misma estatura de Alx, un poco más grande que yo, quizá un de metro setenta, y la muy idiota estrella su brazo derecho contra mi brazo izquierdo… ¡A propósito!
Yo, quien al confrontar a la joven y chocar miradas entre sí, observo que tiene una placa horrible de maquillaje terriblemente aplicado en su rostro, en seguida, mi par de amigos voltean también a mirarla. Nos vamos percatando que aquella es ni más ni menos que Haydee, una ex compañera con la que llevamos algunos altercados y roces con ella desde el tercer año de nuestro Primer Nivel Académico. Al mirarla, no puedo pronunciar palabra alguna, es como si en ese justo momento fuese la causante de una terrible corazonada que ocasionaría un acto perjudicial para todos nosotros si seguimos hablando con ella.
— ¡Hola, Zuri! —Pronuncia tan hipócritamente su saludo — ¡No me importaría hacerte la vida miserable aquí también!
Hartándome de ser siempre una idiota al no darle su merecido en el momento que tuve la oportunidad de hacerlo, tomo fuerzas de mi interior para encararla.
—Por si no te ha quedado lo suficientemente claro, me da igual lo que pienses o lo que digas de mí. No sería la primera ni última vez que vas por ahí diciéndole a la gente, que consideras amigos, que soy una mala persona y una zorra de primera clase.
Ella bufa ante mi comentario, y Jan interviene.
—Tu maquillaje es un asco, amiga.
Algunos alumnos, que ni siquiera sabían de nuestra existencia, junto con ellos Kenzie y yo, soltamos una carcajada sonora que llama la atención de algunos profesores que sólo nos miran con indiferencia, y de alumnos que se acercan a donde estamos.
— ¡Qué gracioso eres, niño con cabello femenil!
— ¿Acaso quieres que contemos algo más de ti, Haydee?, ¿algún otro chiste? —Pregunta Kenzie.
—Tu vida, Haydee- Jan habla.
La carcajada pudo más que nosotros, convirtiendo al vestíbulo en un digno lugar para reírse de la chica más falsa que haya conocido en mi vida… ¡Fue como si Jan hubiese leído mi pensar!
—Además —Alx aparece a mi costado derecho —Deberías dejar de comprar maquillaje natural al por mayor, y busca alguna mujer especialista en el tema. En verdad que lo necesitas amiga.
Haydee, dándose por vencida y aplastada quizá, abre la boca, claramente ofendida y frunciendo el ceño al momento que Alx se expresa así de ella. Da media vuelta y continúa su caminar junto con sus amigas, mientras protesta injurias en bajo tono vocal.
Siempre supe que ella no iba a cambiar, ni siquiera por todo en lo que nos metíamos nosotros tres por culpa de ella durante nuestra estancia junto a Haydee y su increíble y molesto nido de serpientes a los que llamó amigas, compañeras de clase que puso en nuestra contra sólo por el hecho de ver algo en nosotros que a ella no le pareció, pero sobre todo esto… Alx… Alx Liam…
Es la primera vez que alguien sale en mi defensa, que alguien utiliza las cualidades físicas de una persona acosadora para atacarla en lo más profundo de su orgullo, con palabras cargadas de verdad… ¡¿Estoy alucinando?! Lo primero que pensé en ese momento fue que aquel Alx debería ser amigo mío, y no sólo quedarse como mi compañero con el que compartiría butaca y tinta negra o roja durante cierto tiempo en el Colegio.
El único problema con esto, es que yo no tengo el don de la palabra, ni el de la oratoria, ni el de hacer amigos. Mi capacidad de relacionarme desapareció en cuanto conocí a Kenzie y a Jan, los únicos dos amigos con los que me podría sentir a gusto, platicándoles mis sueños e ilusiones, de mirar la puesta del Sol en el barranco del pueblo, de ir los tres juntos a comprar panes y tortillas en la panadería del pueblo, en acudir a cazar animales durante el Festín de la Caza, o con el Día del Viento, en todas las festividades que el pueblo realiza con sumo esmero y para mantener a nuestros Señores contentos. Me siento tan feliz en estar con Jan y Kenzie, aunque no me cierro sólo a ellos dos, pero siento que con ellos puedo liberarme aún más que con otros amigos que podría tener.
Así que, supongo, hacerme amiga de Alx va a ser un poco complicado. Además de generoso y amable, parece frío, callado… distante, quizá. Por alguna razón, tengo la sensación que el chico no se siente del todo cómodo con el Colegio de Tabanta, sobre todo porque, a pesar de haber más de treinta y cinco alumnos en el salón, sólo Sojin y Haneul parecen haberlo conocido con anterioridad.
- Martes, diecisiete del mes Pantera -
La tarde de ayer lo acompañé a su casa justo cerca de la entrada al pueblito Ranji. La verdad es que si llegué a verlo una que otra vez antes de conocerlo mejor en el colegio, puede incluso que también me haya visto antes a mí, pero cuando menos me voy dando cuenta, supe que el chico, al igual que yo, ha vivido en el pueblo desde que era un recién nacido, pero jamás le hablé por mi clara desconfianza que yo tenía en mí.
Editado: 15.10.2021