Había una vez, en una tierra muy lejana, una joven mujer quien era muy bien conocida por ser la más hermosa del reino. Con su rizada melena negra y ojos verdes era la envidia de cuánta mujer la veía y la perdición de cada hombre que se atrevía a posar los ojos sobre ella; su nombre...nadie lo sabía así que todo el pueblo la llamaba: Gothel.
Entre los muchos varones, presos de sus encantos, se encontraba el mismísimo rey, llevándola a convertirse en la amante real.
Lo que su incauta víctima ignoraba era su verdadera naturaleza corrompida por la magia negra que la había convertido en un potencial peligro. Afortunadamente entre la corte había un mago que , tras ganarse estar entre los más allegados del rey, comunicó a su majestad el peligro inminente que Gothel representaba no sólo para el matrimonio real, sino para la corona y el reino.
El pobre y enamorado hombre no creyó sus palabras, sin embargo la reina sí y mandó a construir en secreto una torre donde poder encerrar a la bruja.Pasado el tiempo la torre estuvo lista y con ayuda del mago la reina tendió una trampa a Gothel para llevarla al lugar y una vez dentro fue apresada por un hechizo de sangre que la mantendría dentro toda su vida.
Un hechizo de sangre no era sencillo de romper, pero si de evadir, lo único que necesitaba era un hombre que le ayudase. La reina, consciente de ello, se encargó de esparcir el rumor de que una malvada y despiadada bruja que devoraba hombres habitaba en el bosque.
Decenas de años más tarde la leyenda seguía viva y nadie tenía las agallas para adentrarse en la espesura del bosque; nadie excepto un temerario pirata que venía de lejanas tierras con una encomienda de la Reina Malvada.