Las Doncellas de la Torre

3

Rapunzel se levanto muy de mañana, junto al sol que comenzaba a entrar por el tragaluz del techo, mismo que sólo permanecía abierto durante las calurosas noches de primavera. Miró a Cassandra, quien estaba acostada dándole la espalda; por su respiración tan tranquila supuso que seguía dormida.

Intentando no mover en exceso el colchón, la rubia se puso de pie y bajó a la cocina dispuesta a preparar un desayuno especial de cumpleaños, porque no sólo celebraban eso sino también el ser libres al fin. 

Pero mientras batía la harina y los huevos, para hornear pastelillos, la invadió un sentimiento de tristeza por no haber respondido las dudas de Cassandra sobre el mundo exterior; no es que no pudiera recordar, es que no quería recordar.

Rapunzel sabía que antes de su nacimiento sus padres vivían en un reino  diferente a en el que había crecido, y  dicho reino había sido azotado por la hambruna obligando a su padre a robar comida para su esposa embarazada.

Recordaba vagamente el dulce rostro de su madre explicarle que habían tenido que mudarse para sobrevivir y afortunadamente en el nuevo reino, donde Rapunzel nació, su tía Willow tenía conocidos que les ayudaron a posicionarse hasta convertir el apellido Tremaine en uno de los más importantes.

Rapunzel suspiró y se obligó a seguir horneando, no era momento para pensar en eso. Vertió la mezcla y metió la bandeja en el horno de ladrillos.

— ¿Será buena idea ir a casa al salir de aquí? — se preguntó en voz alta sin siquiera meditar sus palabras.  ¿ En verdad quería regresar con personas que no la habían buscado en estos últimos diez años?

Los pasos de Cassandra bajando la escalera de madera sacaron a Rapunzel de sus pensamientos y se dirigió a ella para abrazarla.

—¡Feliz cumpleaños! — gritó al apretarla entre sus brazos, a lo cual Cass no se opuso, pero tampoco regresó el abrazo, algo bastante normal en ella — Te tengo una sorpresa... bueno en realidad todavía no está lista, pero no tarda.

— De acuerdo — sonrió Cassandra mirando el horno y el entusiasmo de Rapunzel —¿Traigo agua para el té?

—¡Sí, irá perfecto con los pastelillos!— Cassandra asintió y salió para ir al pozo.

Cuando Cassandra regresó a la cocina se encontró a Rapunzel nuevamente pensativa, tan sumergida en sus ideas que ni siquiera notó el retornó de la otra joven. 

—¿Raps?— preguntó al tocarle el hombro, haciendo que la rubia se sobresaltara.

—¡Oh, perdón! Sólo...sólo estaba pensando —repuso algo nerviosa.

—Lo noté— dijo sarcástica mientras vaciaba el agua en la tetera para ponerlo a calentar. Cuando buscaba entre los frascos para ver con que hacer el té suspiró pesadamente, sabía que debía preguntar que tenía tan distraída a Rapunzel; estaba por hacerlo cuando la rubia habló primero.

—Cuando mañana salgamos, quiero decir de acuerdo a la carta esta noche se podrá romper el hechizo, pero... Te quedarás conmigo...¿Verdad? — Cassandra se quedó estática con una botella llena de canela en la mano.

—Por supuesto ¿Qué sería de la una sin la otra? — abrió el frasco de vidrio para tomar una vara de canela y arrojarla a la tetera —Juntas podremos buscar a mi padre.

—¿Qué...?

—Bien, "buscar" no es la palabra más adecuada tal vez, porque quien traiga el Artefacto sabe donde está y nos lo dirá, pero sabes a lo que me refiero podríamos perdernos un poco en el enorme mundo exterior.

—Pero el Calavera debe estar atracado en un muelle muy lejano, suponiendo que no está en alta mar ...o en medio de la nada en una exótica isla tropical.

— Le podemos pedir a Pete y Stan que nos lleven— dijo como si fuera la cosa las obvia del mundo, pero Raps torció la boca —¿Entonces qué quieres hacer?

— Buscar a tu papá está bien, pero... el pueblo está más cerca...pensaba en ir a buscar...— la rubia no terminó de hablar, se le atoraron las palabras en la garganta.

Ambas se quedaron calladas, mirándose y contemplando que cada una tenía distintos planes, pero a pesar de esto querían estar juntas y compartir sus planes con la otra. Los minutos pasaron y el grito de la tetera fue lo que rompió el incomodo silencio.

Los pastelillos estuvieron listos, al igual que el té y se sentaron a desayunar.

—Supongo que efectivamente el pueblo está más cerca, igual allí podría conseguir un mapa y víveres para el viaje— dijo Cass algo desanimada antes de dar una mordida a su panque.

A pesar de que irían al pueblo Rapunzel no se alegró. "Podría" no "Podríamos" había dicho Cassandra  ¿Acaso se quería ir sola? 

"¡No!" pensó Rapunzel "No dejaré que nos separemos tras salir de aquí".



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En el texto hay: rapunzel, universo alternativo, disney

Editado: 17.08.2021

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