Amelia se sentía extraña con la compañía de Ángel
– Nunca me imaginé verte aquí, comentó Ángel para romper el incómodo silencio
– Tampoco pensé que fueras tú el hijo de la Sra sol. Respondió.
Se miraron fijamente, Amelia empezaba a sentir una extraña atracción al igual que él, no podía no mirarla, Amelia era demasiado hermosa.
– Lamento lo de tu amiga, haré todo por buscar a...
Ella intervino
– ¿A quién?, Fruncio el ceño – ¿Acaso no está todo claro?, fue violada por ese infeliz, la mato, que más buscarán si ya está muerto. Ella sintió la necesidad de hacer que desistiera, sintió temor pero no lo demostró.
Ángel frunció el entrecejo, la miró con extrañes
– Si, estás en lo correcto, pero hubo alguien que fue testigo y asesino a la vez, no puede quedar libre, la ley nos obliga a investigar. Respondió algo tajante.
Amelia trago en seco, frunció sus labios y asintio ante su respuesta, temia por ser descubierta, pero por otro lado no tenía remordimiento, se sentía bien sentir que hizo justicia por su cuenta, si no hubiera llegado a tiempo hubiera escapado y estuviera libre como si nada.
Su pensamiento fue interrumpido por una pregunta
– ¿Tienes novio Luciana?, Necesitaba saberlo
Amelia lo miró por unos segundos...
– No. Contestó con una sonrisa a medias.
Ángel sonrió, bajo su rostro para que su felicidad no sea descubierta
– ¿ Me acepatarias una invitación a cenar está noche?, Pregunto al tiempo que secaba sus manos con una toalla de mano.
Amelia colocó una sartén en el lava platos, se giro para verlo de frente, Ángel sonrió nervioso
– No pienses nada malo, agregó
– No, no lo estoy pensando, respondió, a simple vista se fijó en pequeños detalles en él – Si, acepto, a las 7 ¿Te parece bien? Es mi hora de cenar.
El rostro de Ángel se iluminó, sus hermosos ojos azules brillaron
–A las 7 estaré ahí. Respondió mirando sus labios delgados.
Amelia asintio, sus miradas se cruzaban haciendo que se sintiera algo incómoda, el chico que estaba frente a ella demostraba interés en su forma de mirarla.
– Esta bien, me estoy quedando en casa de Elisa, nos vemos.
Iba alejarse cuando él la tomó de la mano, la miraba fijamente, rozó su dedo índice en sus labios fue un impulso de su parte, Amelia quedo paralizada, estaba anonada, Ángel sentía ganas la besarla, la respiración de ella empezó acelerar, no supo porqué pero vino a su mente el beso tan intenso de Jhon, fue entonces que deseo que Ángel la besara, cerró sus ojos esperando que el lo hiciera pero el chico policía beso su mejilla, llegó a pensar que si lo haría ella no reaccionaría bien.
Se sintió tonta, sonrió
– Perdón, susurro apenado
– Esta bien, respondió...
David tocaba la puerta del apartamento de Elisa con desespero.
– ¿Porque me ocultaste lo que pudo haberte pasado en el Bar Elisa?, Se apresuró en decir apenas la vio.
La hermosa chica se sorprendió
– Baja la voz Efraín, lo reprendio – Fue todo rápido y muy confuso, la policía está haciendo su trabajo, no hay de que preocuparse ya todo está bajo control, no me pasó nada gracia a Dios
– Nunca más, escúchame bien, recalcó – Nunca más vuelvas a prestarte para las cosas de Ame, Luciana, se corrigió de inmediato – El peligro está en todas partes ¿Lo entiendes?, Nunca había tomado tanto, dijo con extrañes, Elisa lo miraba sorprendida – ¿Dónde está tu hermano? Pregunto dando pasos
– Esta jugando futbol con Dieguito. Respondió
David sonrio, dió pasos a la puerta y colocó seguro, la miraba deseoso, Elisa rasco su cabeza, conoció su intención
– Terminaremos lo que empezamos. Dijo algo jadeante.
Se acercó a ella, tomo su nuca y la besó con pasión, ella lo guió hasta su habitación sin cortar el beso, Elisa tenía mucha más experiencia, David deseaba estar con ella, Elisa no tenía ni la menor idea de que ella sería la primera mujer con la que tendría sexo, bastaba con lo que su padre adoptivo le explicará, para saber como debia hacerlo, solo dejarse llevar de esta hermosa chica.
David quito su blusa y besaba delicadamente su cuello, su busto, se dejaba llevar de lo que ambos se hacían para complacerse, Elisa quito su camisa acariciaba sus pectorales, su cuerpo marcado era notable, se perdió entre los brazos de él, David era más sencillo que su hermano Joel, pero todo los trabajos y entrenamientos eran lo suficiente para mantenerse en forma.
No perdió ni un segundo en acariciar ese cuerpo curvilíneo que lo tenía encantado...
David estába completamente lujurioso sentía tanto placer al igual que Elisa estaba enrojecida jadeaba de la excitación, tomo un preservativo que estaba a su alcance en una mesita al lado de su cama, enarco una ceja al ver su miembro, sonrió apretando sus labios al tiempo que se lo colocó.
Estaba teniendo el mejor sexo de su vida, David no perdía segundos ni detalles...
Ella reposaba en su pecho
– Me encantó Efraín. Fue maravilloso. Su rostro estaba iluminado y sonrojado a la vez
El sonrió dándole un beso en la frente
– Me dejaste, enamorado Elisa, eres demasiado hermosa, miró la hora en su reloj de pulso – Me tengo que ir muñeca.
Ella se extrañó
– Pero, porque ¿A donde vas?, Lo acechó
El sonrió colocándose el pantalón
– No pienses lo malo muñeca, no iré a ningún lado, solo a mi apartamento, ya está por venir Luciana, en cualquier momento entra y ya sabes cómo es.
Exhaló al escucharlo, pensó que haría lo mismo que los otros hombres satisfacerse y luego alejarse.
David acaricio su mejilla
– Eres hermosa, demasiado diría yo.
Elisa bajo su cabeza sintiendo un poco de pena
– Gracias, tu también eres. Muy guapo.
El sonrió
– Adiós preciosa, te veo más tarde...
Salió en compañía de ella, Elisa se cubría la desnudez con una sábana blanca, David le dió un beso corto como despedida, ella cerró la puerta, segundos después daba saltos y pequeños gritos de la emoción, le gustaba mucho David desde el primer día que lo vio.