Las hijas del Dolor

Capítulo 2

¡Esperen!, les digo a mis padres antes de cerrar la puerta de la casa: ¿Qué significa el Hexagon en mi apellido?

Mirándome sorpresivamente me preguntan: ¿Moriste recientemente?

(Cierran la puerta de la casa y le dicen a mi hermana que valla a su habitación a jugar)

Con sorpresa ante su pregunta, les digo que sí y ellos me dicen: Hace mucho tiempo una joven misteriosa hiso un trato con Dios, prometiendo que todos sus herederos cargarían con los pecados de la humanidad, mientras ella pueda seguir reencarnando en cada una de sus vidas con sus recuerdos almacenados en su alma de la anterior vida. Luego de hacer el pacto ella se casó con un Ángel y tuvieron mucha descendencia, a los hijos de esa descendencia se apellidaban Hexagon, por el hecho que tenían seis habilidades únicas más la habilidad de que no podían ser asesinados por las Hijas del Dolor.

¿Hijas del Dolor?, pregunto.

Ellos me responden: Si, son las descendientes de los llamados 7 pecados capitales y comparten sus nombres. Nuestro deber como familia era combatir contra ellas. Pero en este mundo pacifico nadie hasta hoy las había encontrado. Pero tu hijo mío has sido el primero en mil años en toparte con una de ellas.

Yo no quiero combatir con ellas, yo quiero vivir una vida pacífica.

(Agarro mi bicicleta y me voy)

Vuelvo a aquella casa y golpeo fuertemente en la puerta.

Una voz se escucha diciendo: ¡Ya voy!

Abre la puerta nuevamente Elaine y me pregunta: ¿Tú quién eres y a que vienes aquí?

Respondiéndole con firmeza: Sé que aquí habita Lilith y que todos los que habitan con ella, inclusive los que vendrán son magos.

Elaine sorprendida por mi afirmación me responde: ¿Tu como sabes eso?

Una voz al fondo habla: Dejadlo pasar parece que tenemos un interesante y perspicaz invitado. No parece que se avecine con hostilidad.

Abren la puerta y un señor vestido elegantemente al fondo de la habitación me sonríe y me pregunta con su grave voz: ¿Eres un Hexagon no es así, joven?

Con respeto que se merece le respondo: Así es, he vuelto aquí porque he muerto aquí a manos de Lilith y sin saber el ¿por qué?, yo simplemente quería invitar a salir a Lilith.

El señor me observa detenidamente y me pregunta: ¿Tu intención no era asesinarla?

Respondiéndole: Absolutamente no, inclusive ahora que se la verdad no pienso seguir el juego que el destino o mi familia quiere que siga.

El señor sonríe y me dice: Confiare en ti momentáneamente, pero si hieres a mi ama, desencadenare cada infierno sobre ti.

(El señor se da media vuelta y procede a retirarse)

Sin saber lo que acaba de pasar, pienso que no le pregunte su nombre a aquel señor y desde el fondo de la habitación me responde: Muy pronto lo sabrás.

(Sorprendido y asustado, me dispongo a esperar que ocurran los eventos que debían ocurrir)

(…)

Elaine: ¡Atención, la joven Lilith se hace presente ante ustedes!

(Comienza a bajar de la escalera principal)

(Todos se callan y se arrodillan ante ella)  

Exceptuando yo; sigo su mirada desde que se hizo presente en la sala principal.

Ella sorprendida me pregunta: ¿Cómo te llamas?

Yo tomándola de las dos manos (suavemente) le respondo: Soy Carlos Hexagon, pero eso no importa ahora, lo que sí importa es que soy inmune a la magia y a la muerte.

Ella asustada por mi declaración me dice susurrando en mi oído: ¿Has venido a matarme?  

Respondiéndole: No, solo quiero salir contigo e ir por un destino diferente al que fueron mis antepasados. Quiero liberarte del título “Hija del Dolor”.

Empujándome y riéndose me responde: Ya por mucho tiempo lo he intentado, ¿qué tienes tú de especial para decir eso?

(Risas de fondo)

Elaine con autoridad dice: Por más de mil años la Casa de Lilith no había tenido problema con los de tu clase. No permitiremos que te involucres con nuestra joven ama. No puedes morir y eres inmune a la magia, pero si te podemos torturar sin matarte. Debiste pensar en ello antes de venir aquí. Estas rodeado por todos nosotros, ¿Qué puedes hacer?

(Se congela el tiempo para todos a excepción de Lilith, yo y una figura sombría al fondo de la habitación)

Desde el fondo de la habitación una voz gruesa nos grita: ¡Dense prisa a escapar de aquí, esta habilidad no durara mucho!

(Tomo la mano de Lilith y nos alejamos de la casa, en dirección a la mía)

Sobre la bicicleta le pregunto a Lilith: ¿Quién era aquel señor?  

Ella sorprendida me responde: ¿Qué señor?, ¿No fuiste tú quien paro el tiempo?




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