Las Jones.

7. El vecino odioso.

 

Estoy aquí arreglando a la tonta de Aitana que tiene la cita con Austin

Sofía.

Estoy aquí arreglando a la tonta de Aitana que tiene la cita con Austin. La verdad no entiendo que se trama mi hermana, ella no es alguien de invitar a un chico a salir y más cuando hace pocos días venía con esto de que Austin es un tipo de tener a metros.

—Espero sorprenderlo — Está mirándose en el espejo de mi habitación. Tiene una falda escocesa, una blusa de tiras blanca y unas sandalias negras. Su cabello lo peine en una trenza francesa con unos cuantos mechones afuera.

—Te ves hermosa —pongo mis manos en sus hombros y le sonrió —. Solo aplícate un labial suave y un poco de máscara de pestañas.

—Esta bien —Sale de mi habitación dejando todo un desorden.

Al contrario de ella y de Aina no tengo nada que hacer, solo quedarme haciendo mis tareas —cosa que no me apetece para nada —. También descubrí que no tengo amigos, aparte de Grace no tengo a nadie más, porque Patrick no cuenta.

Tomo mi teléfono y busco en contactos el número de Santiago. De verdad me llevo muy bien con él y no en el plan de gustarme, es guapo sí, pero no es mi tipo, pero como amigo funciona perfectamente.

Yo¡Hola!

Espero pacientemente y luego de unos minutos me responde.

Santi: ¡Hola, Sofia! ¿Cómo estás?

Yo: Bien, algo aburrida, ¿ tú?

Vuelve a demorarse un poco y mientras espero veo que mi cuarto es un asco. Mi cama está sin hacer y hay ropa tirada en el piso. De un momento a otro veo que abre las ventanas de enfrente, pero no es Elena si no Mateo. Este abre las cortinas negras que hay y sin notar mi presencia se da la vuelta saliendo de la habitación.

Lo comparo con el mío y pena me da. Este está ordenado, tiene un clóset negro, una cama perfectamente tendida, una mesa de noche, un escritorio también con todo organizado y su habitación es de color verde. Mientras mi habitación es de color rosa, un escritorio y una mesa con mi televisor.

¿Será la habitación de Mateo o Elena?

Reviso el mensaje reciente.

Santi: La verdad estoy liado con mis tareas, empecé desde temprano y el balcón me sirvió en un principio, pero ya no.

La última habitación es la más grande y bonita, en esta casa es el único cuarto decente, porque se mantiene perfectamente organizada y por nada del mundo se puede ver sucia, o si no se arma la tercera guerra mundial.

Santi: ¿Te apetece salir?

YoLa verdad ni la de rogar me voy a ser.

Santi: *Emoji de risa* En cinco estoy fuera de tu casa.

Le respondo que está bien, voy a mirarme al espejo y no voy tan mal; con unos shorts negros, unas zapatillas blancas y una blusa sin mangas gris. Últimamente hace un calor insoportable, no me apetece tener jeans.

Cuando estoy a punto de tomar mi bolso y mi celular, me topo viendo al frente y veo que Mateo está leyendo acostado en la alfombra roja, se ve tan concentrado. Tiene sus audífonos puestos, irradia mucho al verlo de esa manera, he descubierto que pese a que tiene amigos, no le quita el hecho que prefiere estar solo. También que ama leer, cada vez que puede lo hace.

Cuando bajo, veo que mi papá está hablando con Santiago. al pie de la puerta

— ¡Papá! —lo abrazó, de seguro acabo de llegar del trabajo.

— Hola, Bie —Me separo y lo miro mal, él por no decirme Barbie, por ser rubia y encima amaba jugar con esa muñeca.

— ¡No me llames así! —gruño y me cruzo de brazos.

—Si, como digas —Me da un beso en la mejilla y se desaparece en la cocina.

—Vamos, Bie —se burla Santiago y camino con él—. Todavía no supero todo esto que Aitana está saliendo con Austin.

—Si te soy sincera, Aitana no es conocida por ser la chica de buscar a alguien o de citas.

—Mucho menos Austin, pero se veía contento y nervioso al salir con tu hermana —Empezamos a caminar por las calles y por fin me doy al trabajo de repararlo.

Su cabello crespo negro está ligeramente despeinado y se le viene un poco a la cara, noto que en su rostro tiene unas cuantas pecas.

—No me mires de esa forma, porque si no te tendré después acosándome —se burla y yo me sonrojo un poco.

—Pobre iluso —Desde hace días tengo una duda, pero no sé si hacerle la pregunta. Pero al ver que en estas semanas nos hemos llevado bien, me arriesgo —¿Tienes novia?

Él me mira divertido a lo que yo ruedo los ojos.

—Es una pregunta seria y no porque me gustes —aclaro. Tomamos una curva para irnos directo a la cafetería.

—No tengo —Su voz sale un poco triste y antes de ponerme de chismosa él continúa —. Hace unos meses terminé con la que era mi novia, llevábamos bastante y para que mentirte sigue siendo difícil.

Al llegar a la entrada de la cafetería vemos a Austin y Aitana sentados en una mesa, se ven muy a gusto hablando, cosa que me hace sonreír.

—Si te cuesta tanto estar lejos de ella, ¿por qué no intentarlo? —preguntó mientras tratamos de escoger una mesa que no esté a la vista de ellos. Cuando vemos una nos sentamos y ellos siguen hablando animadamente, a lo que veo que también Santiago se ha dado cuenta de eso.

—Primero eso—señala a Tana y Austin—, se llama conexión y no me lo pueden negar —dictamina—. Segundo, fue una relación muy difícil desde siempre, compartimos muchas cosas en común, pero a la vez también teníamos muchas diferencias.



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En el texto hay: vecinos, ex novio y mentiras, playboys

Editado: 23.01.2022

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