Sofía.
Odio mi vida.
Bueno no, él odia su vida y más si me tiene a mi cerca. ¿Me duele? Bastante, pero pues qué se le va hacer. Me tiene que aguantar y yo sacar mis instintos de chica linda.
—Señorita Jones y joven Collins —nos llama la maestra—, tendrán que crear un dúo de baile entre ustedes dos. La otra coreografía será todo el grado — escucho quejas y se que muchos no están de acuerdo que Mateo sea el protagonista, porque ni siquiera está en el curso de baile, como muchos de este curso—. Pero Sofía y Mateo tendrán un baile más especial —En otras circunstancias le hubieran discutido a la profesora, pero como es el mejor amigo de Jared, nadie lo va a retar—. Confió en ustedes dos, tienen química —Mateo bufa y la profesora lo mira raro.
¿Por qué me tenía que gustar este tipo?
—Aparte me parece bueno que ustedes y sus hermanos vayan a participar en diferentes áreas. Pablo y el equipo cantarán. Austin y Aitana en los deportes recreativos programados. Aina estará en el puesto de recaudos y ustedes bailando —nos explica, con una gran sonrisa — ¿No es perfecto?
—Si —contesto.
—No —murmura el amargado.
La profesora lo alcanza a escuchar y solo me mira con lástima antes de irse. Como tampoco me la voy a pasar aguantando su actitud, caminó hasta donde está Grace sentada mirándome con una sonrisa.
—Sigue siendo guapo —es lo primero que me dice cuando me siento—. Pese a que sea tan raro y tan misterioso. Ahora que lo pienso bien, creo que es eso lo que lo hace bonito. Porque facciones de un tipo de revista no tiene —se encoge de hombros—. Está muy comible.
—Mira como hablas conmigo de él —ella me saca la lengua y se recuesta en mi hombro.
—No te preocupes, él es el que te gusta —su cabeza gira a otra dirección encontrándose con Javier —. Yo ya tengo el mío — abro la boca para preguntarle, pero ella como sabe que lo haré, se adelanta:—. Por cierto, ¿qué pasó con Patricio?
—Patrick —corrijo, aunque sé que lo sabe perfectamente—. Nada, no hablamos desde ese día que me llamó común y la sombra de mis hermanas.
—Yo creo que todos en algún punto de la vida somos comunes, hasta que llega el momento que enseñamos para qué nacimos. No debe afectarte por eso, sabes que al tener hermanos te la pasan comparando. A mí también me pasa con Chloe, que ella es mejor en la cocina, que en el baile y literal en todo. A nosotros los menores prácticamente nos exigen ser como ellos en lo mejor, pero no es los errores que cometen.
—Me quieres explicar por qué nuestras hermanas saben hacer tantas cosas, nosotras solo sabemos una que otra cosa.
—Por qué siempre fuimos flojas y no nos gustaba ir a cursos de nada, cosa que a ellas sí —Me rio, es verdad.
Mi hermana, Will y Chloe salían todos los fines de semana para hacer algo; se programaban una actividad cada tres meses. Alguno de ellos salía mejor en aquello entonces se le asignaba ser el encargado de eso y así.
—Oye por cierto, ¿qué le van hacer a las gemelas la otra semana? —indaga.
Cierro los ojos, porque ya se llega el cumpleaños de esas dos y es un estrés completo. Si una quiere el pastel verde, la otra lo quiere rojo. Si una quiere estar vestida con ropa combinada, la otra quiere que estén totalmente diferentes. Una que con temática, la otra que normal. Una que comida china, la otra tailandesa. Es un completo caos para estas fechas de noviembre lidiar con ellas. Sumándole a eso, cierta persona cumple en un mes, y por cumplir el veinticuatro de diciembre le ven la cara de tonta; o sea a mí.
—Como tal no hemos hablado, porque con todo lo de Aina teníamos otras cosas en la cabeza. Pero ya supongo que hoy hablamos las cuatros y le pasamos la lista a papá —ella se separa y entrecierra los ojos.
—Aprovechándose del señor Jones —me recrimina. Nos levantamos y decidimos ir al baño a refrescarnos—. Puedes pedirle a tu hermana que te ayude con la coreografía, aparte si se lleva bien con Mateo, pues es mucho más fácil para que lo guíe.
—Si, ayer le conté y le parecía bueno que hicieran estas actividades. Según ella hace años no las hacían —entramos al baño y nos hacemos al frente de los lavados.
—Eso sí es verdad. Chloe me explicó que cuando ella estudiaba, no rebajaban las despedidas de vacaciones.Para ser exactos desde hace tres años con la muerte de Maro —me incomodo un poco por el nombramiento de esa persona. Me echo agua en la cara y con una toalla que ahí en el baño desechable, me secó la cara—. Sofía, se que no me debería meter, pero crees que Aitana si tuvo algo que ver.
—Eres mi mejor amiga, puedes preguntar —aclaro. Salimos del baño y empezamos a caminar otra vez al gimnasio —. A veces no sé qué pensar, es decir, puede ser mi hermana, pero no hay que olvidar que era hace unos años. Se que el tema está muerto para todo el instituto, pero para su hermano mayor, no. Es un tema delicado.
—¿Nunca lo has hablado con ella?
—No, hay cosas que es mejor guardármelas.
—Ese es un gran defecto tuyo, retienes lo que sientes por no tener problemas. Pero, Rubia, no es bueno —me mira con lástima y a la vez tiene razón.
Muchas veces he querido hablar de mil cosas, en especial con las gemelas. Pero dejo preguntas en mi cabeza, que nunca serán respondidas, porque no me atrevo a preguntarlo. Lo de Aitana es un tema que le afecta y decirle que la creó responsable en muchos sentidos no va a ayudar a que se sienta mejor.