Sofia.
Edward era un pilar para esta familia, era la persona con la cual podías confiar profundamente, sin problema a que te juzgará. Te regañaba y te aconsejaba. Mi hermano era una hermosa persona y con errores —Muchos—. Pero lo fue todo.
Para papá y mamá él llegó de sorpresa. Y una gran sorpresa, quien a sus 18 y 20 años espera ser papá o mamá, nadie está listo para esa responsabilidad que un hijo conlleva y menos a esa edad. Pero juntos pudieron con esa responsabilidad y luego de cuatro años la vida los sonrío con otro hijo, es ese caso Layla, luego yo y las gemelas. En conclusión Edward fue su reto.
Mi hermano era muy, pero MUY coqueto y pícaro. Se llevaba bien con la mayoría de personas, tenía un paciencia de padre y señor. Cuando se enojaba ya era porque no podía más y todo había llegado a su punto. En su niñez nos tuvo a Layla y a mi como compañía, porque casi no alcanzo a compartir esa parte con las gemelas. En su adolescencia, era un rebelde que quería tener el mundo en sus manos, menos mal que tuvo a papá el estricto para corregirlo y guiarlo de buena manera.
Todos los cinco nos llevábamos bien, y se que Edward era como nuestro héroe. El hermano favorito, nunca fue grosero —. En ocasiones era la excepción—. Más que todo cuando tuvo novia, era como si no le interesaramos. Lo bueno es que Layla estaba ahí para nosotras y en parte era más fácil porque era mujer.
Mi hermano era el orgullo de la familia, el reto de mamá y papá, el campeón, el héroe, el consentido, el enamorado. Era tantas cosas juntas. Que me da ganas de todo al recordarlo, frustración porque Edward siempre tuvo claro a lo que se iba a dedicar, rabia al saber que esa noche salieron ambos sabiendo que papá les dijo que no salieran y dolor por saber que a los 20 años se fue del mundo.
Si antes todos esos sentimientos los sentía, ahora son el doble, todavía no creo lo que nos confesó Layla una semana atrás. Mi hermano tenía todo para ser grande, pero llega alguien —.Que no sabemos quién—. Le arrebató todo, nos arrebató a crespitos.
A nuestro hermano.
Y ahora recordar a mamá duele todavía más, recordar a Iveth, es recordar la casi perfección de madre, es recordar el porque siempre teníamos una sonrisa en nuestro rostro, el por qué éramos la envidia de los vecinos, de las personas, todo.
Es como una pesadilla, hace días que nos lo confesó, pero para mi es algo irreal. Lo que me da curiosidad y mucha rabia, es desde cuando averiguó esto, desde cuando tiene ese secreto. Se que le atormentaba —O le atormenta— Primero porque ese lugar al que van, no es algo típico es Layla y lo otro es porque fue la única que estuvo con ellos esa noche. En sus últimos momentos.
— Mateo me pidió el favor que te dijera que fueras a ensayar — cierro los ojos cansada, mi cuerpo pide un descanso y eso que todavía faltan tres días para la actividad — ¿Nada qué pone de su parte?
— Ese Collins no es de los que cambia de la noche a la mañana, me sigue odiando a morir. No se como no ha aprovechado la clase para asesinarme — ella se ríe, pero noto que no está bien — ¿Qué te pasa?
— Nada, ve a ensayar.
— Te conozco Grace.
— Desde la semana pasada, Chloe no se ha estado quedando en casa. Solo llama, escuche anoche a mamá hablando por teléfono y era Chloe, lo se porque la estaba regañando. Que porque la casa no era un hotel al cual ella iba cuando se le diera la gana.
Hago una mueca y la abrazó.
>> No me gusta la idea que se vaya de la casa. Desde que volvimos de casa de tus abuelos, no hemos hablado, ni la he visto.
— Grace, sabes que tu hermana no estará para ti siempre
— Pues debería —se cruza de brazos.
— Debes entender que ya está haciendo planes con Tadeo y están escalando los siguientes pasos.
— Pero yo soy más importante, por qué dejarme a un lado.
— Tu me dejas a un lado por Javier — le recuerdo, cuando está con él, se le olvida el resto — entonces entiendela.
— Pero si muchas veces le canceló a Javier, por estar con ella. — iba a seguir discutiendo y hacerla entrar en razón. Pero un sonido contra la mesa, hace que me alarme.
— ¿Hasta qué horas me toca esperarla? — tras sus gafas observó su claro enfado — Porque si te molesta hacer esto, sabiendo que faltan pocos días. Avisa y yo ese día no me aparezco por acá.
— Mira Collins, cuidado como le hablas a Sofía, ella me estaba ayudando a algo , deja de ser tan imbécil — él se queda callado y se da la vuelta.
Tomo mi mochila dónde está el uniforme y me despido de Grace, camino rápido para alcanzarlo. Sonrió, por lo menos no fue capaz de hablarle mal a Grace. Fue brusco como me lo dijo, pero también sé que odia este trabajo que le dieron.
Lo miro de reojo y viajó a hace una semana, cuando abrió esa puerta. Tuve miedo y él se puso como un loco, pero descargó su rabia en otras cosas, como caminando rápido y pateando unos botes de basura. Solo me dijo que por mi bien, no volviera ese lugar y que esperaba que eso quedara entre los dos. O sea hubiera sido un secreto entre ambos, si el chismoso de Jared no se va de lambón con mi hermana.
— Escuche que van a viajar para navidad a Nueva York — empiezo a entablar una conversación. Desde el cumpleaños de las gemelas, no hemos vuelto a hablar con tanta naturalidad.
— Si, mis hermanos van — responde seco, como siempre.
— ¿Tú, no? — pregunto antes de entrar al salón y él se adelanta unos pasos.
— Odio a mi padre, odia a toda esa familia — su confesión me deja helada.
Odia a su padre... ¿Quién odia a la persona que te dio la vida?
— Bueno, todos a sus posiciones — dice la entrenadora.
Paso con esas palabras todo el ensayo y se que él lo sabe. Pero como no, me alegra que empiece abrirse a mi, pero no que me diga eso.
¿Qué te han hecho?