Austin.
Siempre me catalogaron como el hombre que jugaba con las mujeres.
Equivocados estaban, no jugaba con ellas. Sabían como era, sabían que Austin Collins no estaba disponible, que el amor era un tema delicado, algo que todos sabían.
Bueno, hasta que llegamos a sus vidas. Hasta que yo llegue a la de ella.
Mis sentimientos en un inicio fueron los de tener sexo, nada más. Pero fue pasando el tiempo, nuestras bromas, su manera de conectar conmigo siempre fue increíble y por eso me arriesgue.
¿Cómo salió? Mal.
Después dicen que porque no creo en el amor, pero cómo hacerlo cuando hacen eso. Las películas nos decían que siempre el chico era quien hacía daño. ¿Yo lo hice? Puedo asegurar que no, trate que muchas cosas que decían de ella no me afectarán, no afectarán lo que teníamos y que pasó.
Ella fallo.
Me mintió y me usó.
Las mujeres también pueden ser las malas, ella lo es, todos los son.
En mundo es una hipocresía y yo soy un ejemplo de eso.
Odie a mi hermano, sin darme cuenta que él sí tenía motivos por los cuales odiarme. Ame a mi padre, pese a que era la verdadera sombra y culpable de tantas cosas malas. Ahora quisiera odiarlo, pero no lo logró.
En mundo y su hipocresía, diciendo que aman. Nadie ama, es falso, el amor es falso. Solo nos metemos en la cabeza el hecho de tener a alguien para que nos soporte, alguien con quien nuestro cuerpo conecte y nos sintamos a gusto, pero nada más. Es solo que tenemos miedo a quedarnos solos, que nadie logre amarnos, lo hacemos por lo que dice la gente, nada más.
Empiezo a creer a que un árbol siente más. O a lo mejor estoy equivocado, las únicas y verdaderas hipócritas son las Jones.
Las que nunca debieron llegar a nuestra vida.
O por lo menos ellas dos, no.
Ni ella a la mía.
Tengo miedo, pero esta vez a volver a sentir.
Y si antes se quejaban de cómo era, ahora ninguna otra se meterá en mi corazón, porque ya no se puede.
Para Austin Collins, el amor muere justo ahora.
Para su padre y para ella.
No más.
El amor no existe.