Habían quedado en la plaza, por la mañana, como otros muchos Sábados, para revelar algunas fotos y para repasar las ya reveladas.
La plaza estaba vacía, como el resto de calles. La botiga estaba cerrada y la farmacia abriría más tarde. Lo único abierto a esa hora era el bar. El sol calentaba la conversación de Andrés con un asiduo a la barrecha matinal, en la puerta de la entrada. Hablaban de cosas que , por cómo gesticulaban con las manos, no estaban muy de acuerdo. Al momento, Andrés entró y cerró la puerta con indiferencia.
- Que tipo, este Andrés, los tiene bien puestos - dijo Moisés casi para sí mismo.
- Parece una buena persona - murmuró Nart.
- Si, si que lo es, y es muy amigo de tu tío. Está muy preocupado por Ade. Tu padre también es muy amigo de él - le explicó Moisés.
Nart le preguntó qué motivos tendrían para llevarse a Ade.
- No lo sé, no puedo responderte a esa pregunta - aunque Moisés pensó que sería alguien del pueblo.
- Puede ser que tenga que ver con lo que vimos en la mina - se contestó él mismo.
Continuaron hablando de lo importante que fue poner las fotos en el correo, a pesar de que no sirvió para sacar a Ade de allí. No entendía por qué no estaba cuando llegó la Guardia Civil, ¿a dónde se la habían llevado?. Sabían que iban a buscarla. ¿Como lo supieron?. Se volvieron a llevar a Ade, pero las armas si que las dejaron allí, ¿no les dio tiempo a sacarlas?.
- Tal vez pensaron que no las encontrarían -
contestó Moisés, saliendo de sus pensamientos. Había algo que le retozaba en la cabeza, algo que no le cuadraba.
Llegaron a casa de Moisés, directamente subieron a la habitación, donde estaban los revelados. Moisés sacó la caja de la losa, las últimas fotografías reveladas de sus pesquisas, estas se encontraba junto a las últimas de Nart. Las sacó y las puso todas repartidas por la mesa. Las miró una y otra vez, había algo en aquellas fotografías, pero no sabía el qué.
- Échale un vistazo, Nart y dime que ves -
Nart las miró todas repetidamente, sin ver nada que le llamara la atención. Fue él quien las hizo, las había visto un montón de veces, además, fue las que puso en el correo dos días atrás.
Moisés las miraba tocándose la barbilla, pasándose de vez en cuando la mano por la cabeza.
- A ver, cajas, hombres enmascarados, Ade desenfocada, el camino - soltaba una y cogía otra.
- Aquí se ve a dos hombres fumando. En esta, descargan las cajas en los Jeeps - levantó la foto y se la quedó mirando pensativo.
- ¡Blancos!, los Jeeps son blancos. Eso es -
Nart se lo quedó mirando contrariado.
- Sí, blancos, eso ya lo sabemos. Los Jeeps son blancos, Moisés -
Buscó instintivamente con la mirada toda la habitación. Pensaba donde la había dejado. Miró a la derecha, allí solo estaban los archivos. Miró nervioso a la izquierda, donde solo veía una silla con las chaquetas de ellos dos, se fue hacia ella y las apartó.
- ¡Aquí estaba! - gritó eufórico levantando su trofeo.
- Aquí están, sabía que las puse en una caja -
- ¿Qué es, Moisés?, solo hay fotografías en esa caja - le interpelo Nart, mientras el otro ya se había apresurado a sustituir las fotos que había dejado en la mesa, por las de la caja que encontró en la silla.
- Cuando estuve haciendo fotos a los Jeeps, que como cada dos días, bajan o suben, se me pasó por alto que, el Sábado subía una furgoneta en procesión con los Jeeps, a unos metro del último de ellos -
Nart buscó la fotografía de la furgoneta entre las que Moisés había esparcido por la mesa. La levantó a la altura de la vista.
- Podría ser esta, la que vi cuando bajé hasta la nave donde estaba Ade -