Adeline POV.
—Por favor Soph, solo te pido que seas civilizada. Lo menos que quiero es estar involucrada en un escándalo cuando no tengo ni tres horas de llegada a la ciudad. —Le dije a Sophia mientras entrabamos a la pista de hielo donde el equipo de Hockey del Boston College, es decir, El Boston College Eagles hacia su práctica los lunes, miércoles y viernes.
—Tranquila Adeline solo quiero aclarar un pequeño tema con Mike—Ella que iba frente a mi, se volteo, quedó frente a mí y me dijo —Te prometo que esto será súper rápido y nos iremos, te contare todo lo relacionado a lo que está pasando con él y luego podré darte la bienvenida que mereces —Me sonrió y siguió su camino a donde se supone que debería estar Mike.
Comencé a seguirla y maldije entre dientes al notar el frío que estaba haciendo en el lugar, claro, no sin antes arrepentirme de haber dejado mi sweater tirado en el carro y haber bajado solo con una camisa de tirantes blancas.
Restándole un poco de importancia, me apresure a seguir a Soph a paso rápido y en mi mente cuestionando, qué coño fue lo que ocurrió con Mike.
Mike y Soph han sido novios desde hace dos años, ellos se conocieron en el primer año de la universidad y todo parecía marchar bien, por lo que se me hace totalmente confuso lo que esta pasando, ya que Soph en el camino solo se limitó a decir: "Las cosas están raras, necesito aclarar ciertas cosas"
Esperemos que no ocurra ningún crimen hoy, en este lugar—Pensé.
Sophia y yo hemos sido mejores amigas desde hace una década atrás, vivíamos en Wisconsin, Washington DC.
Estudiamos juntas en el colegio, pero por poco tiempo ya que Soph se vino con sus padres a vivir a Boston.
El dia de su despedida, hicimos un pacto de amistad el cual nos prohibía terminantemente durar más de un día sin establecer comunicación una con la otra, lo habíamos cumplido al pie de la letra durante muchos años y ahora, luego de la muerte de mamá no había tenido que pensarlo dos veces para simplemente huir y venirme a vivir con ella.
Mamá...
Aún me parecía mentira pensar en que ella estaba muerta, pero el recuerdo de dos disparos que sonaron en seco e impactaron en su pecho mas haberla visto caer de la silla en el Café Deluxe al aire libre en Wisconsin, se encargaban de recordarme que no era mentira.
Mamá había muerto.
Yo había estado ahí.
Yo no había hecho nada para detenerlo.—
Solo podía pensar ella, en cuanto la extrañaba y cuánto odiaba a mi padre.
Él era el responsable de todo lo ocurrido, él y sus negocios sucios habían arrastrado a mi madre a la muerte, es por eso que preferí huir... Huí para evitar que ese destino me alcanzara a mí, huí para no verme más involucrada en esa vida aun y cuando las palabras de papá al salir de casa seguían resonando en mi cabeza...
"Anda y juega a la vida feliz y despreocupada Adeline... cuando te necesite que será más temprano que tarde, iré por ti... y ahí no podrás huir de tu destino, el destino que te corresponde por ser una Brown "
Sentí como volvían a empañarse mis ojos e iba a arrancar a llorar cuando sentí algo mojado contra mí y espabile mis pensamientos.
-Lo siento, lo siento, ¡DIOS! Soy un tremendo cabrón— Se lamentó la roca contra la que choque.
Levante mi vista y el entornó sus ojos y frunció el ceño en un gesto de preocupación.
— Dios, lo siento, de verdad. Se que te llene toda de gaseosa y que probablemente dañe tu atuendo y querrás matarme, también sé que soy alto, musculoso, fuerte y a la velocidad que venía el impacto del choque pudo haberte lastimado, pero por favor... No llores — Dijo a una velocidad extremadamente rápida y con un tono lastimero, pero poco modesto cuando hizo referencia a su físico que resultó por ocasionarme soltar una carcajada que lo desconcertó totalmente.
— No es nada— Intente tranquilizarlo—Yo solo venia un poco distraída, fue mi culpa en realidad. — Le hice un gesto con mis manos para restarle importancia a lo que acababa de ocurrir.
Cuando el chico finalmente volvió a respirar, se relajo un poco y quitó la cara de espanto que tenía, volvi a reír, y en ese momento caí en cuenta de que no había aun apreciado como era debido al chico que tenía frente a mí.
MADRE MIA
El tenía un uniforme de Hockey el cual le sentaba de maravilla ya que resaltaba su cabello castaño entre oscuro y claro el cual lucía despeinado. Sus ojos marrones brillantes, las facciones de su cara bien marcadas y unos labios rosados regordetes que en ese segundo, esbozaron una sonrisa.
— Tu verdadera distracción a partir de ahora que me conoces, será pensar en lo caliente que soy.— Comentó mientras pasó la mano por su cabello despeinandolo un poco mas, y me lanzó una mirada baja bragas guiñandome el ojo.
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Editado: 16.08.2018