Cuando los demás habían desaparecido, Vivian aferró a J.B contra su pecho mientras escuchaba las voces de los Aurores dando órdenes, supuso que estaban transmitiendo las que habían recibido de los que acababan de marcharse y esperó con paciencia a que el Auror designado por Bill fuese por ellos. Sin embargo, y para su sorpresa, quien se presentó fue una chica y no David Wiler a quien ella estaba esperando.
Pero Vivian olvidándose de dónde estaban la miró con desconfianza, y más aún después de lo que acababa de ocurrir. La chica entendió su temor y dirigiéndose a la puerta llamó a alguien. Inmediatamente entró Andrew Baddington, un Auror bastante mayor a quien Vivian sí conocía. Conversó rápidamente con la joven y luego se acercó a Vivian.
Después de eso, Vivian se mostró más dispuesta a seguirla y fueron trasladados de inmediato al Castillo.
Ginny y Fleur, que sí conocían a Daviana, corrieron hacia ella en cuanto la vieron aparecer con Vivian y J.B, pero cuando Ginny vio a su nieto el alma se le fue a los pies. Desde que J.B tenía alrededor de dos años, no había vuelto a llorar nunca, ni siquiera cuando se cayó de la escoba y se rompió el brazo y la pierna, de manera que, al ver las pequeñas esmeraldas veladas por las lágrimas, Ginny sintió que un grueso nudo le impedía no solo hablar, sino respirar también. Se arrodilló y el niño soltando la mano de Vivian se refugió en los brazos de la pelirroja, mientras Fleur y Luna miraban a las dos mujeres sin atreverse a preguntar.
Aunque en cierta forma aquello podía ser considerado buenas noticias, ya que si habían salido era porque tenían la localización de Brenda, por otra parte, seguían pensando en los llorosos ojos de J.B.
Daviana se retiró y fue a reunirse con sus compañeros. Si bien Inverness contaba con los mejores y más poderosos hechizos de protección, ninguno de ellos estaba dispuesto a dejar nada al azar, razón por la cual había una orden no escrita y todos los Aurores que eran entrenados en los escuadrones de defensa la conocían, pero había uno especialmente dispuesto para ello. De modo que en cuanto se dio el alerta de amenaza, este grupo de Aurores se alistó y apenas Joseph dio la orden salieron para Inverness.
Cuando los niños fueron llevados a Inverness e instalados en el cuarto de juegos, aun todos tenían cara de susto y era lógico, pues se trataba de la primera vez en sus vidas que ocurría algo así, y teniendo en cuenta que los mayores no superaban los ocho años y que no tenían idea de lo que estaba ocurriendo, no habían reaccionado en ningún sentido. Cuando se había presentado Anthar y se había llevado a J.B, todos querían ir con él, especialmente los dos pares de gemelas, y en el caso de Lorena y Loriana, Cassander, Altair y Ben hicieron sus mejores esfuerzos para tratar de tranquilizarlas, porque aquellas criaturas habían heredado la misma forma de reacción de su madre, de manera que desde que Anthar se había llevado a J.B, habían entrado en crisis. Por su parte Sandy y Becky hacían lo que podían por consolar a Daniela y a Arkania que, si bien no tenían el escándalo de las Potter, sí lloraban en desesperado silencio.
Aunque les habían advertido que no saliesen de allí, Cassander tomó la decisión de que alguien debía ir por uno de los mayores, ya que estaban teniendo muy poco éxito con las niñas, así que Aydan que era uno de los expertos junto con los gemelos Black en burlar cualquier vigilancia, salió en busca de alguna de sus tías y ciertamente ninguno de los dos Aurores que estaban apostados en el pasillo lo vio.
Unos minutos después regresaba Aydan en compañía de Silver y Abi, y mientras Silver se encargó de las gemelas Potter, Abi lo hizo de las gemelas Black. Unos minutos después subieron Victorie, Sara y Roxanne y se quedaron con los niños también.
Jason y Jeremy, los más rápidos del grupo, habían sido los primeros en llegar hasta donde estaba Brenda, pero cuando lo hicieron habrían dado cualquier cosa porque nadie más lograse llegar. Jason se abalanzó hacia Brenda y le dolió el corazón, pero ignoró las heridas externas y se concentró en evaluar el estado de sus órganos, estaba en ello cuando escuchó a Jeremy.
Lily y Anthar que habían llegado junto con Albus, imaginaron las posibles razones para que Jeremy estuviese intentando impedir el paso de Al y contuvieron el aliento. Pero a pesar de las buenas intenciones de Jeremy, detener a Albus era prácticamente imposible, de modo que se hizo a un lado para dejarlo pasar tanto a él como a los que habían venido llegando.
Lily y Grace ahogaron un grito mientras Anthar sujetaba a su esposa que por un momento había perdido la estabilidad, y en los rostros de todos y cada uno de los que iban entrando se reflejaba el mismo horror. Albus se había quedado clavado al piso sintiendo que una mano helada apretaba su corazón y que otra se cerraba alrededor de su garganta impidiéndole respirar.
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Editado: 27.06.2023