Las Ruinas de Cassandrea

Cap. 36 Tercer año

 

Cuando llegaron a Hogsmeade estaba lloviendo, de modo que antes de bajar, Altair detuvo a Anette.

  • Tú ve hacia los carruajes, mademoiselle, que nosotros nos ocupamos de las niñas

Ni siquiera esperó a que ella dijese nada, sino que alzó a Virgine en brazos al mismo tiempo que Ben hacía lo propio con Nadine. Cassander había sujetado las manos de los gemelos Black antes de que saliesen corriendo, y Sandy había sujetado a Rigel. Después de saludar apresuradamente a Hagrid y dejar a los niños en los botes, Cassander y Ben tomaron los brazos de Sandy y corrieron hacia los carruajes.

  • Este papelito de niñero no me convence mucho  --  se quejó Cassander mientras recogía su cabello después intentar en vano escurrir el exceso de agua
  • No podría estar más de acuerdo contigo  --  dijo Altair  --  aparte de la inconveniente posibilidad de pescar una inoportuna pulmonía, está el hecho de que acabamos de arruinar nuestras túnicas y tenemos un lamentable aspecto.
  • Parecen unas señoritas  --  se burló Ben
  • Que a ti te preocupe tan poco tu apariencia, no significa que los demás debamos sentir el mismo desprecio por las nuestras  --  dijo Altair

Sandy y Ben rieron, porque esa era una discusión inútil, aquellos dos eran los seres más maniáticos con sus aspectos, mientras que Ben siempre tenía un aire de encantador descuido que enloquecía a las chicas y hacía que deseasen alisar sus cabellos o enderezar su corbata, algo que generalmente hacían Cassandrea y Oriana, pero apenas ellas se daban la vuelta, él se la aflojaba de nuevo, porque sentía que aquello seguía siendo una soga atada a su cuello que le impedía respirar con corrección.

Cuando el carruaje se detuvo a las puertas del castillo, tanto Cassander como Altair gimieron internamente, porque la lluvia se había convertido en un diluvio. Ben se quitó la capa y se la colocó por encima a Cassandrea, porque, aunque estaba mojada, serviría para protegerla un poco más, la ayudó a bajar y tomándole la mano corrieron hacia las escaleras. Entraron al comedor y cuando llegaron a la mesa, todavía Altair y Cassander iban quejándose.

La ceremonia de selección dio inicio y después que Neville llamase a Nicholas Abernaty y a Timothy Bentley que resultaron ser un Slytherin el primero y un Ravenclaw el segundo, todos prestaron atención.

  • Black Potter, Rigel Alexander  --  llamó Neville

Ya los alumnos sabían que había en la escuela tres portadoras de aquellos dos apellidos juntos, pero siendo que todas eran chicas, se giraron con curiosidad y vieron avanzar hacia el banquito a un jovencito que en ningún caso habrían esperado que fuese a primer año, pero mientras los chicos se fijaban en eso, las chicas solo veían que era muy apuesto y guardaba más parecido con los gemelos Prewet que el hermano de éstos, ya que Rigel era el vivo retrato de su padre con excepción de los ojos que eran verde esmeralda como los de su madre y su abuelo Harry. Como cabía esperar, Rigel fue enviado a Gryffindor y se desató el griterío en aquella mesa, pero éste fue silenciado cuando escucharon que llamaban a otro Black.

  • Black Weasley, Jean Louis

Aquella era otra combinación que conocían bien y no gustaba nada a los caballeros, porque el portador de la misma era una amenaza. Sin embargo, pronto comenzarían a preguntarse quién era peor, porque las niñas lanzaron una exclamación ahogada que parecía haber sido ensayada cuando vieron avanzar al gemelo. Sin duda era entendible, porque los gemelos Black habían heredado de su madre la belleza sobrenatural de ésta, ambos poseían el mismo cabello rubio platino y los mismos ojos azul inmensidad.  En el caso de Minerva y madame Hooch, abrieron los ojos en forma desmesurada e inadvertidamente murmuraron: Louis Weasley. Estaban todos tan distraídos que ni cuenta se dieron que el sombrero lo había enviado a Gryffindor hasta que el chico se puso de pie y avanzó hacia la mesa que prorrumpió en aplausos. No obstante, si ya la población masculina estaba lamentándose, quisieron suicidarse en masa cuando llamaron al siguiente.

  • Black Weasley, Jean Paul

El gemelo avanzó con la misma seguridad que les era característica a aquellos niños que habían nacido y crecido en un ambiente de protección y confianza. En el caso de Jean Paul tampoco hubo sorpresas y el escándalo en la mesa de los leones era ensordecedor.

Un momento después quienes prestaron la máxima atención fueron los chicos de la familia cuando escucharon a Neville.

  • Malfoy Goyle, Sue Ellen

Aunque la mayoría de los alumnos miraba a los niños cuando caminaban hacia el banquito, lo hacían con más curiosidad que interés salvo que fuesen portadores de apellidos muy importantes como eran los casos anteriores y el presente. No obstante, cabe suponer que el peso de unas miradas que iban más allá de la simple curiosidad o interés, hicieron que Sue Ellen girase la cabeza hacia la mesa de Gryffindor y ninguna de las miradas que recibió fue de simpatía, pero para asombro de la totalidad de los presentes, la niña fue enviada a Gryffindor y no a Slytherin, lo que desató la inmediata indignación de las serpientes y la perplejidad de los leones que tardaron algunos segundos en asimilar aquello y en darle una bienvenida apropiada a la niña.




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