Cap. 41 Amistad
El día del cumpleaños número nueve de Alba y catorce de las gemelas Black, y después que todos las habían felicitado, Sander sostenía una discusión con su padre en el comedor.
- ¡Vamos papá! -- estaba diciendo el gemelo -- Ya somos mayores de edad, así que creo que somos perfectamente capaces de cuidar de nosotros mismos
- Sander, ya hemos discutido esto antes -- dijo Jason con paciencia
- Entonces debo concluir que no confías en mí ¿no?
- Ni en mí -- agregó Ben
- Pues que no confíes en mí es casi entendible -- dijo Altair -- pero te aseguro que hay varios que diferirían de ti en cuanto a mi capacidad para ponerlos fuera de combate
Jason gimió internamente y se preguntó por enésima vez por qué sus hijos y sus sobrinos tenían que ser tan condenadamente obstinados. Ya se estaba preparando para que el desayuno le cayese muy mal, cuando Lyra apareció a su lado.
- Ya basta, Cassander Zavier, Jason Benjamín haz el favor de sentarte y tú no abras la boca, Altair Eugene -- dijo mirándolos a los tres
Sander compuso mala cara, Ben detuvo su furioso ir y venir, y Altair supo que tendría que guardar toda su artillería o su tía se lo cobraría muy caro.
- Esta no es una cuestión de confianza y creo que les hemos demostrado en más de una oportunidad lo mucho que confiamos en ustedes, pero ya les hemos explicado cómo están las cosas y no es un secreto para ustedes que nuestra familia por alguna razón que desconocemos, es uno de los blancos principales de éstos desquiciados, así que dejen de atormentar a Jey. Si tanto interés tienen en ver a esas lindas damitas, tienen dos alternativas, o aceptan la escolta que se les asigne o las invitan a venir aquí y no se discute más este asunto.
Aunque Lyra sabía perfectamente lo que estaban pensando los tres, todos habían aprendido que era mal asunto hacerla enojar, de manera que se cuidaron muy bien de mantener sus bocas convenientemente cerradas. Todos conocían de sobra el mal carácter de Jason, pero de la manera más absurda, también sabían que no había en el mundo individuo más consentidor que aquel, con la posible excepción de Sirius que siempre estaba dispuesto a secundar las aventuras más disparatadas. No obstante, cualquier posibilidad que hubiesen tenido con Jason, quedó anulada con la intervención de Lyra, porque, así como sabían lo anterior, también sabían que hacerla enojar a ella era muy mal asunto y podía reportarles pésimas consecuencias.
Unos minutos después comenzó a llegar el resto del clan y se armó el alboroto, pero en cuestión de minutos la leche, el cereal, las rebanadas de pan, la mermelada y todo aquello susceptible a ser comido había desaparecido, de modo que cuando entraron al comedor Albus y James no quedaba nada.
- ¡Vaya! -- exclamó James -- Si algo no podemos decir, es que tengan problemas de apetito -- después de eso se acercó a sus hijas y les hizo un comentario maligno mientras les quitaba una rebanada de pan -- Si siguen comiendo así, pronto sus escobas no las sostendrán
- Lo que te haría muy feliz, Jamie -- dijo Lorena
- ¿Y a mí por qué? -- preguntó el muy necio en opinión de Albus y de Jason que habían identificado con rapidez el tono maligno de su sobrina
- Porque así todos esos guapos chicos que van tras nosotras dejarán de hacerlo -- dijo Loriana
James se atragantó con el pan y miró a sus hijas con horror para gran satisfacción de éstas.
- ¿Tienes algún problema, Jamie? -- le preguntó Oriana en tono inocente
Sin embargo, James estaba mirando en forma decididamente asesina a los varones del grupo.
- ¿Qué se supone que hacen ustedes, cuerda de cretinos?
- Apunta para otro lado, Jamie -- dijo Aydan
- Si tú tuvieses que cuidar de las dulces niñas, te aseguro que a estas alturas estarías en San Mungo -- apuntó Ben
- Verás tío, contestando a tu pregunta -- comenzó Altair, y Jason pidió misericordia a los cielos -- repartimos el tiempo lo más equitativamente posible, pero ten en cuenta que son nueve dolores de cabeza nuestras y ocho que nos endilgaron ustedes, así que no resulta tan fácil, pero aún así nos esforzamos, y si te molestaras en leer las notas de McG, te darías cuenta de los muchos infelices que se las han visto con nuestras varitas. Por otra parte, buena porción del tiempo también las adorables niñas nos envían a la enfermería por lo anterior. Sumado a todo esto -- ya a esas alturas Jason y Albus habían cerrado los ojos rogando que se callara -- y como comprenderás, también tenemos que ocuparnos de nuestras propias necesidades, es decir, tenemos que comer, dormir, y la más importante de todas, atender a las lindas señoritas que figuran en nuestras agendas, de modo que como verás, estamos bastante ocupados -- finalizó con su habitual descaro
- Y como verás también, algo tan grosero como estudiar no figura en sus apretadas agendas -- dijo Arkania con acidez
Posiblemente James estaba pensando en sacudir a su sobrino, pero en ese momento hizo su entrada Sandy que venía del brazo de Sirius.
- Buenos días, familia -- saludó la niña y se acercó a su padre
- Buenos días, bebé -- dijo él y sonrió mientras ella lo besaba y le quitaba un trozo de manzana
- ¡Ah! Y hace su entrada su majestad -- se burló J.L.
- Si quieres masacrar a alguien, inténtalo con ella -- agregó Axel mirando a James que aun parecía a punto de golpear a alguien
- ¡Deja de decir estupideces, Axel Adrian! -- exclamó Jason con ira
- ¿Estupideces? -- preguntó Jean Paul -- Mi querido tío Jey, creo que deberías… -- pero fue dolorosamente silenciado por Sandy
- Eso debería convencerlos -- dijo J.B.