El blanco de la nieve por fin envolvía completamente a Orange.
Todos sus habitantes estaban emocionados por la temporada tan pacífica que se acercaba, ellos decían que el invierno era bueno, ya que — aunque fuese frío para ellos — la criatura se quedaba encerrada en las ruinas, dándoles un descanso para pasear tranquilamente por los alrededores.
Pero, para Demon y Joe el invierno no traía buenas noticias, además de que la excavación se vería pospuesta a causa de que nevase continuamente, la temporada invernal traía consigo malos recuerdos para ambos. Recuerdos que preferían no recordar, pero por la época era algo inevitable, ya que fue justamente por esas fechas en las que la abuela de Demon murió. No era un gran misterio, no era algo que se considerara atroz.
"Una gripe, una muy fuerte" habían dicho los doctores aquella vez hace algunos años.
Pero para Demon y Joe, había sido atroz y deprimente. Por esas fechas donde nevaba, la abuela de Demon lo llevaba a patinar al lago cercano a Orange, se divertían tanto que a veces se quedaban a acampar a las orillas de este.
Pero hubo una vez, cuando Demon tenía 12 años, en la que su abuela amaneció con una tos espantosa y un gran dolor de garganta. Y a partir de allí, se vino abajo.
Por eso es que Demon, mientras caminaba hacia el bosque lucía tan enfadado.
— Nieve— dijo molesto mientras trataba de caminar sin hundirse— lo que faltaba, que hubiera nieve.
Pasados unos minutos de riguroso trabajo por parte del chico, logró entrar al bosque donde, gracias a los árboles, había poca nieve en algunas partes del suelo.
Pero, algo captó la atención del chico.
Había alguien debajo de un árbol ohana, era una chica, según lo que pudo apreciar.
Pero no fue el hecho de que la chica estuviera sola en el bosque lo que lo sorprendió, sino el hecho de que fuese... la criatura.
Se movía perezosamente, hasta que lo vió.
En ese momento, Demon se quedó de piedra.
No supo qué hacer, si correr y gritar o por el contrario acercarse. Ninguna opción le pareció apropiada, así que se quedó quieto.
Orne, por su parte lo admiró, ella ya había visto a algunos muchachos a lo largo de su vida, pero el chico que estaba viendo no se les comparaba. No porqué fuera guapo, aunque debía admitir que lo era, sino porqué no huyó, no la veía con temor o pavor. Pudo distinguir el cómo la miraba porque ella había sentido aquello al verlo, era curiosidad.
Ambos estaban curiosos ante la presencia del otro.
Pero Orne recordó que estaba escondiéndose de la verdadera criatura, recordó que no podía acercarse a aquel chico o lo pondría en peligro, así que le sonrió y le dijo:
— Adiós— y se alejó corriendo lo más rápido que pudo.
Demon no le respondió.
Sólo sonrió ante su descubrimiento.
La criatura no era más que una chica, una muy rara chica.... pero muy hermosa también... o eso le pareció a Demon.
Cuando al fin pudo respirar correctamente y coordinar sus extremidades para no caerse, siguió con su pequeño viaje.
¿A dónde se dirigía?
A las ruinas...
A las ruinas de Orne.
Editado: 06.02.2021