Capítulo 7

Me levanto de golpe de la mesa y lo miro a la cara. Me voy a ir corriendo pero al salir por la puerta un brazo me detiene.

-Espera, aun no hemos hablado. - dice el viejo que me empieza a dar mal rollo.

-Y no vamos a hablar. Me largo. - doy la vuelta a mi cuerpo para irme pero me sigue agarrando del brazo. -Suelte o me pongo a gritar que me quiere violar. - digo ya con una voz neutra pero con una fuerza que significa que me estoy conteniendo.

Él al parecer lo nota por lo que me suelta el brazo y aprovecho esa oportunidad para darme la vuelta y salir corriendo calle arriba hacia la dirección que llamó hogar, aunque no se sienta como uno.

Cuando empiezo a ver la carretera agrietada de piedra y las luces amarillentas se que he llegado, por lo que paró y recupero el aire. Subo los escalones hasta la puerta de la vieja casa y con sumo cuidado abro la puerta para no ser escuchada. Pero no funciona.

-Veo que ya has llegado. - dice la voz de mi madre. Volteo hacia donde la escucho y la veo sentada en el sofá del comedor con una cerveza en mano y una gran sombra detrás de ella aciendo la más intimidante. - Me han llegado tus notas del Colegio, sabes. No se ni para que vas al colegio, total con esa mierda de notas que sacas. - yo bajo la cabeza y miro al suelo - EN ESTA CASA O ESTUDIAS PARA SACAR MÁS DINERO EN EL FUTURO PARA MANTENER TODO O TE PONES A TRABAJAR ¡YA! - su voz me hace temblar. Juego con mis manos para poder calmarme, pero parece que ella no quiere parar. - TE HA QUEDADO CLARO. - yo no contesto. - QUE SI TE HA QUEDADO CLARO. - grita y en la pared detrás mío oigo como un cristal es reventado y como un  dolor aparece en mi pierna. Asiento sin dejar de mirar al suelo y me voy de ahí rápidamente. Llegó al baño y pongo el seguro, para poder llegar al lavamanos y encender el grifo y lavarme la cara y empiezo a temblar mientras sollozos de la forma más silenciosa que sé. Me mojó la cara y veo sangre en mi pierna pero no me importa. Sigo temblando con fuerza y me quedo en el lavabo apoyada. Levantado la vista para verme reflejada en el espejo. Me veo vulnerable, débil. Y se que si alguien me viera en está situación se aprovecharía para su bienestar.
Poco a poco voy levantado los labios y hago varios intentos de sonrisa mientras que más agua salada de mis lágrimas entran a mi boca.
Cuando logró sonreír siento como una parte de mi se resquebraja por completo.
Mientras sonrió, tiemblo y lloro me voy hacia atrás hasta chocar contra la pared del baño y es ahí donde me resbalo lentamente hacia abajo y donde mi sonrisa es sustituida por dolor, odio y tristeza. La oscuridad me consume lentamente hasta quedarme dormida.

La oscuridad no siempre depende de uno mismo, aveces los demás nos regalan la suya y los regalos no se devuelven, por mala suerte mía.