3er subperiodo, 4 de Lapus, 8757 GY
Hoy he tomado una decisión que cambiará mi destino para siempre.
Mientras nuestras fuerzas combatían en el planeta Acuarius V, Lyra y yo aprovechamos para tomar una de las naves y escapar. Soy consciente de la gravedad de mi decisión, pero ya no puedo más; la culpa y la vergüenza me consumen, siento asco conmigo mismo, tanto que deseo haber sido cualquier cosa menos un guerrero de la "honorable" raza a la que una vez dije defender.
Hemos cometido tantos crímenes, asesinado a tantos inocentes, reducido ciudades a cenizas y esclavizado a la gente. Tal vez con esta decisión haya deshonrado aún más a mis padres; quién sabe, puede que los ejecuten por mis acciones. Pero ya no puedo seguir siendo parte de esta atrocidad. No más, hasta aquí llega esto para mí.
Con dificultad abandonamos la órbita del planeta. Las armas de los humanos trataron de derribarnos, pero logramos escapar por los pelos. Ahora no sabemos a dónde ir; Lyra fijó curso al sistema Hart, muy lejos de la contienda. Tal vez encontremos un planeta en el cual asentarnos e iniciar una nueva vida fuera de toda esta carnicería.
Lyra está preocupada. No habla, pero puedo ver en sus ojos que el miedo la domina. Ambos estamos tensos, conscientes de los riesgos que enfrentamos y de las posibles consecuencias de nuestras acciones.
He apagado las comunicaciones para evitar que mis antiguos compañeros nos capturen. Sin embargo, existe la posibilidad de que los humanos nos encuentren primero y nos maten. El futuro es incierto, pero la decisión está tomada. Hemos dejado atrás una vida de violencia y destrucción, con la esperanza de encontrar un nuevo comienzo.
Mientras contemplamos el vasto vacío del espacio, me doy cuenta de que hemos cruzado un punto de no retorno. La lucha por nuestra redención y un futuro mejor acaba de comenzar. A pesar del miedo y la incertidumbre, una chispa de esperanza se enciende en mi corazón. Por primera vez en mucho tiempo, tengo la sensación de que hemos tomado el camino correcto.
3er subperiodo, 5 de Lapus, 8757 GY
El viaje ha sido largo y agotador. La vastedad del espacio y el silencio abrumador nos han dado mucho tiempo para reflexionar. Cada día que pasamos navegando hacia el sistema Hart, me doy cuenta de lo monumental que ha sido nuestra decisión de desertar. Hemos dejado atrás todo lo que conocíamos, enfrentándonos a un futuro incierto.
La relación entre Lyra y yo se ha profundizado en este tiempo. En medio del aislamiento y la incertidumbre, hemos encontrado consuelo en la compañía del otro. Hemos pasado largas horas hablando sobre gran variedad de temas. Descubrí que Lyra también lleva una carga de culpa y duda similar a la mía. Ella confesó que había considerado desertar mucho antes de conocernos; pero el miedo y la lealtad a nuestro pueblo la habían retenido.
Lyra me contó sobre cómo siempre había soñado con ser una gran guerrera, luchando por la gloria de nuestra raza. Sin embargo, la realidad de la guerra la había golpeado con una crueldad inesperada. Su valentía no se había desvanecido, pero había sido transformada en una determinación silenciosa para encontrar un camino mejor.
Hemos compartido risas y lágrimas, apoyándonos mutuamente en los momentos más difíciles. A pesar de las penurias, estos momentos juntos han sido un faro de esperanza en medio de la oscuridad. Nos hemos convertido en algo más que compañeros de armas; hemos encontrado en el otro un espíritu afín, alguien con quien compartir nuestras cargas y aspiraciones.
A medida que nos acercamos al sistema Hart, la tensión y la ansiedad empiezan a ceder, dando paso a una tenue esperanza. Sabemos que nuestro destino sigue siendo incierto, pero por primera vez en mucho tiempo, siento que estamos avanzando hacia algo mejor. La decisión de desertar no ha sido fácil, pero cada día que pasa reafirma que fue la correcta.
3er subperiodo, 9 de Lapus, 8757 GY
Estoy sentado en la cabina de control, observando en silencio a Lyra mientras pilota con precisión. La tensión entre nosotros es palpable, y el silencio es pesado como una carga invisible. Cada tanto, intercambiamos miradas que reflejan la incertidumbre y el temor que ambos sentimos.
Pienso en lo que dejamos atrás: mis antiguos compañeros, que me considerarán un traidor, y los humanos, que me verán como enemigo. La nave se sacude ligeramente al entrar en la zona de turbulencia del sistema Hart. Lyra ajusta los controles con habilidad, manteniendo el rumbo. Observo la pantalla de navegación y veo el sistema como un laberinto de planetas y asteroides. Algunos de esos planetas podrían darnos cobijo por un buen tiempo.
Siento una mezcla de emociones: miedo, culpa, esperanza. Sé que he tomado una decisión irreversible. Mi pasado ya no existe; solo queda el presente y la incertidumbre del futuro. La nave continúa su viaje, una pequeña gota en el océano estelar, llevándome hacia un destino desconocido. Estoy solo con mis pensamientos, tratando de encontrar sentido en esta nueva realidad.
A pesar de la tensión, encuentro consuelo en la presencia de Lyra. Sus manos firmes en los controles y su mirada enfocada me dan una sensación de seguridad. Sabemos que el camino por delante no será fácil, pero por primera vez en mucho tiempo, siento que estamos en el camino correcto. La vastedad del espacio se extiende ante nosotros, y con ella, la promesa de un nuevo comienzo.
Editado: 12.12.2024