Una hora de una lucha que parecía de nunca acabar, pero gracias a la destreza de nuestros hombres y las armas hemos ganado sin muchas bajas solo heridos y muchos hombres cansados, aun alertas volvemos a la cueva, mientras ellos descansan nosotros nos encargamos de ocultar por completo su rastro, cuando hemos terminado regresamos, todos están sentados formando una rueda, Arnold está al frente con el seño fruncido, al entrar todos posan su vista en nosotros, por la cara de Arnold supongo que ya saben que la mayoría somos mujeres y pueden sospechar quienes somos, vamos a un lado de la pared, en realidad esta cueva la encontró papa hace muchos años y la acondiciono para una emergencia así, no es la gran cosa pero tiene lo necesario
Cada uno toma un lugar diferente entre las sombras, yo recuesto mi cabeza en la pares y pienso en papa, ¿que estarán haciendo con el en este momento?, ¿Por qué se lo llevaron?, ¿Qué quieren de nosotros?
-¿y ahora que hacemos Beta?- pregunta Jalia una de nuestras mejores guerreras
-esperar, relájense… estaremos bien- responde recostando la cabeza a la pared, cada uno de los hombres y mujeres de la sala toman una postura mas relajada pero aun se ve la preocupación en sus rostros
A lo lejos puedo escuchar que alguien se acerca, con pasos pesados, todos se ponen alerta pero Arnold les dice que se calme que solo es una sombra, pero todos desconfían pues no es nada silenciosa como acostumbramos serlo, una persona vestida de negro entra cargando un cuerpo con un saco en la cabeza y el cual no deja de moverse, Malina tiro el cuerpo al suelo, el cual solo se quejo
-lamento la tardanza, no lograba encontrarla- dijo y muchos la vieron con curiosidad pues de todos es a la que mas pueden reconocer por su vos
Arnold y Jalia la tomaron por los brazos y la encadenaron a la pared, quitaron su capucha y la mayoría se quedaron sorprendidos al verla, Perla, aunque de Perla no tiene nada es una puta que se acuesta con todo lo que se mueva, se fue de viaje hace un año y no sabíamos nada de ella, Jalia le quito la venda de la boca
-Arnold… ¿Qué pasa? ¿Qué están Haciendo?... suéltenme- dijo tratando de soltarse, pero todos solo la observábamos
Camine hacia ella de mi tobillo saque un pequeño estuche con muchas agujas de plata, me coloque mis guantes y tome cada una de ellas y las clave el sus brazos, pecho, abdomen, piernas, muslos y pies, con cada una de ella me tome mi tiempo y grito mucho cuando las movía pues al ser plata queman la piel, aunque sean muy pequeñas si las se utilizar pueden causar mucho dolor
-Tú le diste a él alfa Adonis información de nuestra manada- con uno de mis dedos empuje un aguja de si brazo hasta que toco su hueso, haciéndola gritar- quiero saber a quién más le diste información-
-Yo no he dicho nada… Lo juro- empuje otra aguja hasta su hueso
-No debes jurar en vano… otra vez Perla, ¿le dijiste al alfa Adonis sobre las sombras?- ella no respondió, así que empuje otra de las agujas, con la cuarta se retorció, con la quinta lloro y pidió piedad, con la sexta se desmayo pero Maciel la despertó de inmediato haciendo que volviera a llorar
-Está bien, lo siento… si lo dije al alfa Adonis, pero no fue nada importante, solo la información que todas las manadas manejan… lo siento, por favor… suéltenme, no lo vuelvo a hacer- lloro y todos la vieron con desprecio, pues primero es la lealtad a la manad y con eso nos puso en riesgo a todos
-¿A quién más le diste información Perla- pregunto Arnold pero solo lloro y no respondió, clave otra aguja y otra, y otra, y otra, su cuerpo convulsiona por el dolor
-ya basta, por favor… no fue mi intención, lo juro, me amenazaron con matarme, me preguntaron que día la manada estaba desprotegida, y si sabia algo sobre las sombras… no dije nada… lo siento… en cerio lo siento mucho- dijo llorando y vi el enojo en cada uno de los presentes
-Está bien Perla, puedes descansar- saque cada una de las agujas de su cuerpo y antes de que dijera algo Maya corto su cabeza
-Algún otro traidor que desee una muerte rápida- dijo Maciel pero nadie respondió- después de vernos no tendremos piedad con los que decidan traicionarnos, y sufrirán hasta el último momento de sus vidas- pero todos continuaron firmes en su lugar- bien porque esto me estaba asfixiando- todos lo veían sorprendidos pues Maciel se quitó su capa con pose de diva, nada parecido a la voz de hombre que tenía hace un momento y pues claro todos sabían que al hijo menor del alfa le gustan lo hombres, pero aun así no salían de su asombro-
-Deja el drama Maciel, esto es serio, no podemos arriesgarnos tanto- dijo Maya quitando su capa y tomento lugar al frente de la sala donde estaba Maciel y Arnold- ahora que saben que las sombras existen y quienes somos no tendremos piedad, la vida del alfa y de toda la manada está en riesgo- mientras ella hablaba cada una de las chicas quitaba de la capa y tomaba su lugar