-Si te quedaste dormida significa que las cosas van bien… y dime a cuantas chicas mataste- dijo Arnold viéndome con una ceja alzada
-Bien no están pero vamos avanzando y pues talvez solo fueron… tres- dije en un susurro pero vamos son las sombras claro que lo escucharon
-Estás loca mara, Maciel y Melany aún no matan a nadie, pero con tres adelantaran una reunión con el consejo- reprendió Arnold
-En mi defensa diré que eran de las putas privadas de Javier y que estaban planeando Separarnos, yo solo iba por uno, pero ellas me provocaron y pues, soy débil- dije haciéndome la inocente-
-Bien no importa de todos modos esto tenía que pasar y pues así es mejor si todas las manadas son atacadas sospecharan de algún infiltrado, esperemos sus reacciones mañana y nos vemos en el consejo ahora volvamos- dijo Melany
-Chicas…- dijo Maya- lo extraño mucho- todas nos abrazamos y nos permitimos llorar… solo esta vez
Luego de eso no despedimos y fuimos cada una a su manda pues aunque no lo queramos estas ahora son nuestras manadas, al llegar Javier aun duerme y el sol ya casi sale, me quite la ropa, y me acose nuevamente con Javier, coloque mi cabeza sobre su pecho
-No sé qué suceda mañana, solo espero que esto no nos separe- me quede dormida se siente tan bien, su cuerpo es tan grande que me cubre por completo y me hace sentirme segura
Siento algo húmedo en el cuello y sé que es Javier, luego baja a mis pechos, se detiene a darle atención a cada uno de ellos y luego vuelve a besarme
-Me podría acostumbrar a esto- dije sonriendo, pero aun con los ojos cerrados
-Créeme que yo también- dijo con la voz ronca, es mi momento abrí los ojos y una Javier recién bañado me observa con una enorme sonrisa
-Lástima que a ti no te guste compartir la cama con una sola mujer- dije levantándome para ir al baño, pero él me atrapo del brazo
-Mara sabes que es difícil, son las costumbres- dice con cara de súplica, me siento en sus piernas y lo beso lentamente, luego su cuello y su piel reacciona a mi tacto
-Dime Javier ¿ellas te hacen sentir lo mismo que yo?- pregunto y el niega le doy más atención a su cuello y entre besos le digo- entonces piénsalo, me perderás por antiguas tradiciones las cuales puedes cambiar…- coloco mis manos a cada lado de su cara y lo hago verme a los ojos- yo no seré una más… si quieres que sea para ti, tú también tendrás que ser solo para mí- le doy el último beso y me voy al baño
Me tomo mi tiempo para bañarme, al salir no veo a Javier por ningún lado, así que me dedico a secar mi cabello, luego lo veo entrar se ha bañado y cambiado
-Jalia trajo tu ropa- dijo dejándola sobre la cama- quieres acompañarme a dar una vuelta por la manada-
-Claro- digo y le dedico una de mis mejores sonrisas y en su rostro se dibuja una hermosa sonrisa
El sale de la habitación, y yo me coloco la ropa cuando ya estoy lista bajo y lo veo en la cocina esperándome para desayunar, el me ofrece asiento pero yo me siento en sus piernas, iba a hablar pero una señora nos sirvió el desayuno, cuando ella se fue me observo fijamente
-¿Qué paso?- dije llevando un poco de fruta a mi boca
-Nada- responde y coloco el tenedor con fruta frente a su boca, el solo sonríe y lo toma, coloca una de sus manos sobre mis piernas y la otra en mis nalgas y en esa posición os quedamos hasta que terminamos de comer
Luego de eso él me toma de la mano y salimos a dar una vuelta por la manda las personas que nos ven nos observan sorprendidos, otros no tanto, recorrimos la manada y es casi como papa describía la nuestra en la antigüedad, pero luego con la tecnología y otras cosas nuestra manada era la mejor, me siento triste, extraño a papa y a mi manada, mis hermanas
-Mara ¿Qué pasa?- pregunta Javier, no me di cuenta que entramos al bosque y una lagrima corre por mi mejía, le me abraza y me siento segura cuando abro los ojos veo que estamos cerca de donde están los cuerpos, pero también escucho ruidos, me concentro y no está lejos, el olor de los guardias y de Jalia
-Nada solo que extraño mi manada- digo y trato de elevar un poco la voz para que Jalia sepa que estoy cerca -“aun no”- escuche que dijo, luego escuche golpes y quejidos y creo que Javier los escucho porque se tenso
-Ven mara- dijo llevándome hacia el lado contrario
-espera ¿Qué pasa?- le pregunte haciéndome la inocente, me detuve y el trato de jalarme, escuche un “ahora” de Jalia apenas audible pero ya que nosotros estamos más entrenados podemos escucharlo
-Nada vamos- dijo tomándome de la mano, yo me detuve de golpe