No sabia que los años podían cambiar a una persona, no entendia que los años podían desgarrar tanto el alma, mi alma, mis pecados todo aquello se fue acumulando atreves de los siglos aumentando mi condena, una cadena mas que siempre recordare pero la mas grande y la que marco mi destino, mi camino aquella que sigue atormentándome y no me deja dormir y este empezó en el verano de 1472 después de que desembarcamos en el lugar que alguna vez había llamado hogar, en aquel lugar en donde perdí todo lo que alguna vez había anhelado y al mismo tiempo se encontraba alguien que había extrañado tanto mi dulce Amanda 11 años alejado de ella enviando cartas sin respuesta alguna, quizá era rencor de su parte por haberla dejado en brazos de alguien a quien ella no conocía
-Alguna vez pensaste en volver aquí mi querido Cassius – murmuro Athan detrás de mi mientras yo veía a lo lejos lo que alguna vez había sido mi casa convertida en un montón de ruinas mire de reojo a Athan antes de hablar
-Si cada día desde hace once años me imaginaba aquí y como hubiera sido mi vida si no me hubiera convertido en lo que soy ahora – murmure con cierto desdén mientras caminaba por el viejo pueblo recordando aquellos días de sol el olor de las flores me sentía nostálgico al ver aquellas calles pequeñas casas, extrañaba el cómo se sentía los rayos del sol en mi piel aquella calidez yo a diferencia de Athan y muchos de los nuestros resistía el sol no me importaba quemarme un poco si eso me hacía sentir un poco más normal pero era una regla para nosotros era no salir a la luz del día una regla que mantenía seguro a Athan pero yo la detestaba me sentía en cautiverio a pesar de eso me acataba la misma
El me miro como si comprendiera lo que sentía- es una linda noche para ver a tu hermana Cassius después de tanto tiempo imagino que ella te ha de estar esperando- hablo Athan tomando de mi hombro para reconfortarme
-Puede que ella no haya llegado a extrañarme pero yo si lo he hecho y bastante al igual que tantas cosas de este lugar, por un momento es como si el tiempo no hubiera pasado y estuviera ahí nuevamente recolectando algodón para aquel que alguna vez fue mi monseñor – hable mirando los campos de algodón entrelace mis manos todavía podía sentir las manos callosas de alguien que se había partido el lomo en aquellos campos-
-Me das lastima Cassius el como puedes extrañar aquella vida de carencias me parece mas que despreciable y algo absurda tu hermana creció llena de riquezas sin ninguna carencia criada para ser una dama respetable… no creo que tu hayas podido haberle dado mejor regalo que haberte ido de su vida – comento Athan mientras negaba con la cabeza
-No lamento haberme ido Athan sé que hice lo correcto al marcharme y eso es lo que duele por mas que trate de negarlo yo jamás hubiera podido darle lo que tu le diste… la libertad de elegir, estoy nervioso de volverla a ver después de tantos años y de lo que pueda ocurrir aunque es alentador ver que te preocupas por alguien que no seas tu mismo- bromee antes de entrar a la casa y ver a Abel en la entrada como si nos estuviera esperando mire su rostro como si lo inspeccionara los años habían pasado por el desde la última vez que lo vimos tenia un rostro cansado y leves arrugas por su rostro, pequeñas canas sobresalientes-
-Bienvenidos de nuevo señor Edevane y señor Elter espero que el viaje haya sido placentero- dijo Abel con una cordial sonrisa era la primera vez que me llamaban por mi apellido era nuevo me recordaba al padre que siempre me odio pero aun así me otorgo su apellido
-Deja las formalidades Abel no es la primer ni la última vez que te visitaremos… veo que los años no te han favorecido Abel imagino que once años es suficiente tiempo para considerar mi propuesta de la inmortalidad -insinuó Athan mientras lo abrazaba camine detrás e ellos buscando a mi hermana con la mirada algo esperanzado de volverla haber después de tantos años
-Mi opinión sigue siendo la misma Athan jamás renunciaría a mi vida como mortal más ahora- Abel me miro soltando una sonrisa como si supiera lo que pensara- si buscas a Amanda no se encuentra en casa fue a una pequeña fiesta en el pueblo no tardara en volver si gustas puedes ir al jardín ella suele perderse ahí por un par de minutos admirando las estatuas
Lo mire un tanto aliviado con sus palabras- la esperare ahí si no le moleta espere mucho para volver a verla dudo que pueda quedarme sentado mientras la espero- admití mientras iba hacia los jardines pude escuchar cierto balbuceo de parte de Abel hacia Athan pero mi mente estaba concentrada en otra cosa, miraba hacia el cielo mientras la esperaba aquellos minutos eran una eternidad ahí afuera, planeaba que decirle excusarme de alguna manera por no haber vuelto fue cuando mis ojos la vieron ya no era una niña se había convertido en una bella mujer piel blanquecina pómulos rojizos una cabellera negra y larga cual carbón y ojos azules cual nuestra madre vestida de seda rojo sangre
-Amanda- logre decir no me salían las palabras al verla, ella paralizada ante lo que sus ojos veían se detuvo un par de segundos antes de acercarse me miraba con cierto recelo, enfado quizá
-Amanda es lo único que dirás para eso viniste para recordarme que ni mi propio hermano me quiso- aspecto con cierto enfado- a que volviste Cassius estaba bien si tu presencia me crie sin tu ayuda no te necesito deje de necesitarte hace mucho tiempo si buscabas eso
-Volví por ti por fin pude volver después de tanto tiempo puedo volver a casa puedo acompañarte, no me apartes de tu lado quiero estar presente en tu vida quiero estar ahí cuando te cases o cuando necesites ayuda - hable había algo raro en ella algo que no había notado al principio su olor podía sentir el olor de su sangre como esta viajaba por sus venas como latía su corazón fue cuando lo escuche un corazón demás uno más débil con un golpeteo constante sabía lo que significaba aunque mi mente no quería admitirlo