Laura Sad

Introducción

Soy el Ángel De La Muerte... O mas bien uno de los tantos que existen. Soy aquel que está pendiente del último respiro que dan algunas personas para llevarme su alma a donde sea que tenga que ser depositada. Mi nombre no importa, y llevo existiendo tanto tiempo que he olvidado cuantos años tengo.

Mi trabajo siempre fue fácil: Sólo tendría que estar con una persona, desde su nacimiento, hasta el día en que ésta, por determinadas circunstancias, tuviese que venir conmigo. Me he llevado tantas almas que hasta ya perdí la cuenta, y se supone que nunca debía sentir amor por ninguno de éstos seres (aunque sea difícil de creer, Los Ángeles De La Muerte, también tenemos sentimientos). Así lo hice, o así traté de hacerlo, pues en los tantos miles de años de existencia nunca sentí  algún sentimiento que comprometiera mi trabajo por alguien, y aunque muchas veces surgía en mi cierta empatía por algunas personas, sin mucha dificultad, lograba reprimir el sentimiento. Pero todo cambió el día en que se me asignó a Laura, de quien vengo a contar ésta historia, sin duda, un ser como ningún otro. Y sí, sé que estoy rompiendo una regla más al hacer esto, pero ¿Qué más da si dejo, simplemente, de existir? Las reglas así son. Ya se me ha perdonado una vez, pero como consecuencia de lo que hice, se me apartó de quien tanto me enamoré. Supongo que ahora que escriba esto, tengo que esperarme "lo peor".




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