Lazos de Amor

Cap. 49 Descubriendo cosas

 

Anthar estaba al lado de la cama de su padre, pero miraba en forma incesante hacia la de Lily con expresión de preocupación. Esto hizo que Sirius se preguntase qué era lo que preocupaba a su hijo, pero como él no era de los que se quedaba con las dudas, fue derecho al punto. 

  • ¿Y bien? -- preguntó cuando Anthar lo miró
  • Disculpa papá ¿me habías dicho algo? -- Sirius entrecerró los ojos y elevó una ceja
  • Veamos jovencito, algo te preocupa y me gustaría saber qué es, y vamos a ahorrarnos la parte en la que me dices que no sabes de qué hablo.
  • No pensaba decirte eso, papá.
  • Claro, y me demostrarás que no es así diciéndome cuál es el problema ¿no? -- Anthar lo pensó un momento y decidió que lo mejor era decirle la verdad.
  • Lo que sucede es que Lily está molesta conmigo por… algo que hice
  • Y asumo que es algo que no quieres decirme -- pero antes de que el chico dijese nada, él continuó -- En cualquier caso, lo único que tienes que hacer es ir y disculparte por lo que sea que hayas hecho para molestarla.
  • No es tan sencillo papá, Lily no quiere ni que me acerque, no me habla y si lo hace es para insultarme
  • ¡Demonios hombre! ¿Qué le hiciste? -- preguntó considerando que ahora sí era importante saberlo

A Sirius le costaba creer aquello, porque si había alguien que adoraba a su hijo, ese alguien era Lily. De modo que su hijo debía estar metido en un horroroso lío con la pequeña pelirroja para que estuviese sucediendo aquello. Anthar sin darse cuenta, ya le estaba contando lo que había ocurrido con el infeliz cretino, al que casi mata a golpes y la razón para ello, con lo que a Sirius le quedaron claras un par de alarmantes cosas. La primera, que su hijo albergaba sentimientos que no eran precisamente filiales por su prima, y la segunda, que el muy necio ni cuenta se había dado. Lo alarmante de la situación era que conociendo la seriedad de Anthar, reaccionaría del mismo modo estúpido que estaba reaccionando Jason, y por otra parte, dudaba que Lily le prestase mucha atención, ya que si bien era cierto que Anthar era sumamente formal en casi todas las áreas de su vida, el casi en el que no lo era, era precisamente en lo tocante a chicas. De modo que, con su historial, estaba difícil que Lily le prestase alguna atención.

  • Escucha hijo, yo también le habría roto el alma al infeliz, pero el problema es que las chicas no suelen tomarse bien eso
  • Júramelo -- dijo él en un tono irónico idéntico al suyo, pero Sirius lo ignoró
  • De modo que lo mejor que puedes hacer es pedir perdón
  • ¿Padre, qué parte de que no quiere ni que me le acerque no has entendido?
  • Entendí todo, pero si no insistes no adelantarás mucho. Tú eres uno de los que mejor la conoce, tráele lo que le gusta, dulces, flores, lo que sea

Anthar conocía esa rutina, pero no estaba muy seguro de que aquello funcionase con Lily. Sin embargo, salió de la sala y envió un urgente mensaje su tío George, se sentó a esperar y un rato después una lechuza se posaba frente al chico con su encargo. Anthar sonrió, desató el paquete y llenando sus pulmones de aire, entró de nuevo. En ese momento sus tíos estaban con Lily, pero él igual caminó con decisión hacia la cama de ella. En cuanto la pelirroja vio que se acercaba, arrugó el entrecejo y se preparó para despacharlo.

  • Lily, tienes todo el derecho del mundo a estar enojada conmigo, porque sé que soy el mayor de los imbéciles y sería imposible haberme portado peor -- reconoció colocando sobre sus piernas la enorme caja de Plumas de Azúcar que era su golosina favorita -- Sé que no merezco que me perdones, pero si no lo haces me resultará imposible seguir respirando, y te juro que voy a morir de tristeza, mi chiquita.

Harry y Ginny miraron a Anthar con los ojos muy abiertos, no por lo que había dicho, porque todos estaban acostumbrados a la particular forma de hablar de él, sino por el cómo lo había dicho, ya que ambos fueron conscientes del enorme sentimiento que había impreso en cada sílaba. Albus que estaba un poco más allá, al escucharlo sonrió con disimulo, pero se acercó y miró a su hermana con atención, y aunque ya no se sorprendió por poder saber lo que estaba pensando, sí lo hizo por los pensamientos en sí. Lily estaba librando una batalla interna entre su terquedad y su deseo de colgarse al cuello de Anthar, porque… ¡Demonios! Pensó el chico. Definitivamente aquel infeliz tenía mucha suerte y ni cuenta se había dado. Aunque no estaba muy seguro que ser el amor de su hermana fuese en realidad una suerte, porque con el carácter que se gastaba la menor de los Potter, ya Anthar podía darse por muerto si hacía tonterías.

  • Bueno, estoy de acuerdo en que eres un imbécil titulado, pero tampoco quiero que mueras por mi causa
  • ¿Chiquita… eso quiere decir…?
  • Que por ahora no voy a atacarte, necio

Anthar apartó sin ninguna consideración a un todavía muy sorprendido Harry, y abrazó a Lily con tanta fuerza que casi la deja sin aliento.

  • Óyeme, aún necesito respirar -- se quejó ella
  • Lo siento, chiquita, perdóname -- dijo mientras sujetaba su rostro entre las manos y la miraba -- No tienes idea de las horas que viví, tenía tanto miedo de perderte -- le dijo y ella vio un sospechoso brillo cristalino en los grises ojos




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