Cap. 80 En el hospital

Una vez que Hermione abandonó la habitación, Jason cerró los ojos de nuevo, pero no con la intención de dormir, sino de pensar en lo que acababa de suceder, y se preguntó por qué lo había hecho. Tal y como le había dicho a Hermione, habría podido evitar que lo encontrase allí y tenía mil formas para hacerlo, pero había decidido quedarse y volvió a preguntarse por qué.

• Porque eres un cretino arrogante que quiere hacer ostentación de su cuestionable derecho sobre la vida de alguien más
• No es cierto  --  le respondió a la molesta vocecita
• Dame una mejor razón
• Porque… porque la amo y quiero cuidar de ella yo mismo y es hora de que todos lo tengan claro.
• Claro, y por eso era necesario que te dejaras ver aquí por la madre ¿no?
• Y según tú debería esconderme como si estuviese cometiendo un crimen ¿verdad?
• No, pero tampoco había necesidad de incomodarla
• ¿Incomodarla? Solo le dije la verdad, algo a lo que tendrán que acostumbrarse
• Y estás tan convencido de eso que debe ser esa la razón por la que te lo estás cuestionando

Jason abrió los ojos, molesto y con intención de levantarse, pero recordó que Lyra estaba sobre su pecho, de modo que se tranquilizó no sin antes decirse a sí mismo que definitivamente estaba loco por sostener aquellos absurdos diálogos con su supuesta consciencia.

• Hasta que finalmente lo aceptaste  --  escuchó que le decía en tono burlón y decidió que si la ignoraba tal vez dejase de escucharla -- No es probable, pero buena suerte

No contestó nada y luego de un momento más, cuando lo consideró oportuno despertó a Lyra.

• Nena  -- llamó con suavidad  --  Nena, despierta

Lyra abrió los ojos con lentitud, pero cuando vio dónde, cómo y con quién estaba, se incorporó con brusquedad.

• ¡Demonios! Ma va a matarme

Sin darle tiempo a Jason de decir nada, hizo las mantas a un lado y salió de la cama corriendo hacia el baño.  Jason sonrió y se levantó con más calma, caminó hacia el baño y se detuvo en la puerta.

• ¿Necesitas ayuda?
• ¡Jey, sal de aquí!  --  exclamó ella  --  Ma va a venir en cualquier momento y en cuanto te vea…
• Ya es tarde para eso – dijo y Lyra asomó la cabeza por un lado de la cortina mirándolo con los ojos como platos -- No te preocupes, le dije que irías conmigo al hospital  --  agregó con tranquilidad

Lyra no sabía si golpearlo o preguntarle qué había dicho su madre y cómo era que ella no se había enterado de nada, pero en forma práctica terminó de ducharse y cuando descorrió la cortina él seguía de pie en el mismo lugar con una toalla en las manos.

• ¿Lista?

Ella no dijo nada, evitó mirarlo porque él seguía sin nada encima, le quitó la toalla de las manos, se envolvió en ella y caminó hacia la habitación comenzando a vestirse. Jason estaba esperando la avalancha de preguntas, pero como no llegó, decidió darse un baño rápido y cuando salió ya ella estaba completamente vestida y sentada en la orilla de la cama. Él buscó su ropa y mientras se vestía se preguntaba hasta cuándo diferiría ella lo que quería decir.

• ¿Ma está muy molesta?  --  preguntó finalmente mientras él terminaba de calzarse las botas
• Nena  --  dijo poniéndose de pie y sujetando sus manos  --  en primer lugar no hay razón para que lo esté
• Jey…  --  pero él le colocó un dedo sobre los labios
• En segundo, creo que le dejé suficientemente claro que te amo y que de ahora en adelante yo seré el único responsable de ti
• ¿Le dijiste eso?  --  preguntó ella con los ojos muy abiertos
• Sí 
• ¡Jey, es mi madre!
• Y tú eres mi mujer, y…  --  soltó una de sus manos mientras mantenía sujeta la otra  --  serás mi esposa tan pronto como eso sea posible  --  agregó deslizando un anillo en su dedo

Lyra miraba el anillo con expresión de estupefacción, sin embargo, y aunque no podía estar más feliz, también decidió que aquel soberano arrogante necesitaba una lección.

• ¿Cómo que tu esposa?  --  le preguntó  --  Nunca me has pedido que me case contigo
• ¿Acaso dudabas que lo haría?  --  preguntó él sorprendido
• Teniendo en cuenta la clase de sujeto que eres, cabía la posibilidad
• ¡Nena!
• Además  --  dijo ella ignorando olímpicamente su expresión de horror  --  ¿Qué te hace pensar que yo quiera casarme contigo?

Si Jason se hubiese molestado en ver un poco más allá, se habría ahorrado la dolorosa punzada que sintió en el pecho. Por su rostro desfilaron una variedad de expresiones que iban desde la sorpresa hasta el franco terror. Sus ojos cambiaron de color a la velocidad de la luz, desde el gris habitual hasta el azul traslucido. Intentó decir algo, pero las palabras se negaban a salir de su boca. Finalmente, la veloz variación de su rostro se había estacionado en una expresión tormentosa y sus ojos brillaban en forma peligrosa mientras la sujetaba por los hombros.

• Escúchame bien muchachita, la única manera de que eso no suceda…
• ¿Piensas obligarme?  --  lo interrumpió ella, pero Jason la soltó, dio un paso atrás y extrajo su varita
• No, pero como dije, la única manera de que eso no suceda es que me mates, así que adelante Nena, hazlo  --  dijo dándole vuelta a su varita y ofreciéndosela
• ¿Sabes algo, Jey?  Eres un mago extremadamente poderoso y eso ha quedado demostrado, pero eres terriblemente necio
• Estoy absolutamente de acuerdo