El cielo era de un azul tan brillante que casi hería los ojos, la pradera parecía una alfombra de verde césped decorada con flores de relucientes y vívidos colores, y más allá podía verse una extensión de agua lisa y en calma. Los sonidos del viento y el canto de las aves se percibían con mucha nitidez, una suave brisa mecía sus cabellos y acariciaba su piel.
Louis sonrió y pensó que no estaba tan mal morir, su sonrisa se hizo más amplia al recordar las muchas veces que lo mandaron al infierno a causa de su desquiciado comportamiento, pero al parecer o el tal infierno no existía, o no había sido lo suficientemente malo como para merecer ir a él.
Luego pensó en la cara que pondrían sus primos cuando… de pronto se detuvo y recordó que ya no podría decirles nada, pero curiosamente no sentía ningún dolor por ello. Siguió andando, y aunque no tenía un lugar a dónde ir, sintió que estaba en casa. Pensó en sus padres y si bien pensaba que le apenaba lo que posiblemente estarían sufriendo, él mismo no sentía ningún dolor especial. Mientras seguía su camino a dónde quiera que este lo llevase, recordó a sus hermanas, a sus primos y al resto de sus parientes, pero del mismo modo no logró sentir nada especial.
Louis arrugó el entrecejo, porque definitivamente aquella linda señorita independientemente de quién fuese, y de hecho sabía quién era, no tenía idea de lo que decía, porque él que podía sentir o no era él, y estaba segurísimo de lo que no sentía.
Si de algo había carecido Louis durante toda su vida, era de vergüenza, y ahora en este nuevo estatus no sería muy diferente, porque, aunque no esperaba que ella supiese lo que estaba pensando, eso no le causó ni la más mínima incomodidad. Lo que sí hizo fue darles otra dirección a sus pensamientos y sonrió con picardía.
Elaine volvió a sonreír y pensó que con razón aquel pequeño demonio con cara de ángel había causado tantos estragos a su alrededor, pero también le hizo gracia que se esforzara en ocultar sus pensamientos justamente a ella.
Después de eso no fueron necesarias más aclaraciones, y con su habitual sentido práctico, Louis dejó de interesarse por el asunto que de hecho no le preocupaba gran cosa, y pasó a otro asunto.
Pero vivo o muerto Louis no había perdido su habilidad de registrar con exactitud lo que veía o escuchaba, de modo que inmediatamente les dio un sentido a esas palabras.
Elaine rio para sus adentros y pensó que, si Morgana pensaba que Jason era problemático, ya deseaba verla discutiendo con aquel obstinado y hábil jovencito, porque ciertamente no tendría oportunidad de extrañar al otro.
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Editado: 09.02.2023