Lazos De Sangre

Medianoche errante.

— No sé cuándo empezó todo esto, llevo desde la madrugada encerrado aquí, no me he atrevido a salir desde entonces. —Le dijo sentado al borde de la camilla.

— ¿Ni siquiera a explorar? ¿Por qué no saliste? —Respondió él, parado frente a los pies de la cama.

— ¿Estás loco? Esa puerta por la que entraste retumbaba con los golpes que daban esas cosas, no sé si es porque encontraron una presa más fácil o algo, pero abandonaron la idea de querer asesinarme, durante la madrugada he visto un montón de cosas por la ventana, —suspiró— Créeme, sea lo que sea lo que sucede, no está controlado.

—Espera...esas cosas están por todos lados ¿No? —se llevó ambas manos a la cabeza— ¡Eso significa que mi familia está en grave peligro! ¡Tengo que rescatarlos!

— ¿Estás loco? —lo miró serio— Si sales, te matarán, sobre todo porque está anocheciendo y esas bestias te tendrán ventaja, piénsalo.

— Si, me lo pensé bien, y no los dejare morir, de todas formas, de alguna u otra forma hay que salir de este edificio, vamos a morir de hambre, así que si quieres acompáñame o muere solo.

El Uber se lo pensó, tampoco tenían mucha esperanza de vida si se quedaban en la habitación, y estando solo sus probabilidades de morir (por si no eran lo suficientemente altas) aumentaban.

Lanzó un gran suspiro, miro a la ventana, y luego miró a Diego— Está bien, vamos a salir de este condenado edificio, si logramos salir vivos, buscaremos a tu familia, si no, bueno, un gusto conocerte...uh, ¿Cuál era tu nombre?

Sonrió levemente— Diego, Diego García, un gusto también, Lautaro Martínez.

El hombre se sobresaltó.

— ¿Y tú como sabes mi nombre?

— Leí tu ficha médica, tuvimos el mismo accidente ¿Recuerdas?

— ¿Eras mi pasajero? ¡Juraba que habías muerto!
— Lo mismo pensé de ti, pero mira que cuea, ninguno de los dos se fue al cielo, ahora, deberíamos enfocarnos en salir y buscar tu vehículo, el cual por cierto está en el estacionamiento del hospital.

— ¿Qué hace acá? Debería estar en algún garaje de un mecánico o algo, lo vi bastante dañado...—Pensó un poco— aunque puede que supieran que mis heridas no eran tan graves y que me despertaría pronto, así que probablemente lo dejaron ahí para que yo lo llevara personalmente, los conchesumadres no quieren llevarse ni una responsabilidad, flojos de mierda.

— Mira el lado bueno, al menos tenemos transporte cuando salgamos de aquí, —Se dirigió a la puerta y puso su mano en el pomo— claro, si es que salimos con vida.

El dúo se dirigió al pasillo, seguía tan desierto como cuando el joven llegó, parece que no había presencia de esas cosas por los alrededores, Diego probo suerte en el ascensor que anteriormente había visto, para su sorpresa y suerte, este funciono, el edificio de alguna manera u otra aún tenía electricidad, ''Bueno'' pensó Diego ''Tenemos que aprovechar mientras podamos''. Ambos ingresaron y el joven se tomó un segundo para bromear.

— ¿A qué planta va caballero? —Dijo haciendo una pequeña reverencia.

— Voy a la primera planta, gracias.

— Marchando. —Presiono el botón con el numero ''1''.

El ascensor comenzó su descenso, bajaba a una velocidad normal, nada fuera de lo común, parecía que habían tenido la mejor de las suertes, sin embargo, el ascensor comenzó a bajar su velocidad de descenso, haciendo sonidos extraños en el proceso, luego iba muy lento, hasta que repentinamente se detuvo, cesando los sonidos metálicos.

— Uh...parece que esta cosa no va a bajar más, ya decía yo que todo iba demasiado bien —se lamentó Diego.

— Diablos ¿ahora qué? No tenemos como seguir bajando, ¿acaso vamos a llamar por el interfono?

— Hm... quizás podríamos abrir por esa escotilla que está en el techo, no parece estar muy bien ajustada. —Dijo diego apuntando a una escotilla bastante desgastada en el techo del ascensor.

— ¿De verdad crees que funcionara? —Dudó Lautaro.

— Al menos funciona en todos los libros y películas que he leído hasta ahora...

— ¡Esto no es una película o libro!

— Confiemos en la ficción por un momento, —Miró a Lautaro— ¿me elevas?

— Ugh...está bien.

Lautaro levantó a Diego con sus brazos para ayudarlo a alcanzar la escotilla, el joven la examinó y la empujó con gran fuerza hacia fuera, el objeto cedió, dejando un espacio perfecto para que el muchacho pudiera subir y examinar su ambiente.

— Bueno... frente a mi tengo una puerta de ascensor, no puedo saber con claridad en que piso estamos, pero contando las otras puertas arriba, diría que estamos frente a la planta 2.

— ¿En serio? ¡No nos faltaba nada para llegar a la planta base! ¡Por la chucha!

— Quizás si subieras y me ayudaras a saber cómo chucha salir de acá, te lo agradecería —Estiró su brazo hacia Lautaro.

El tipo se quejó antes de tomar la mano del joven y llegar al techo del ascensor, el joven tenía razón, había una puerta de ascensor frente a ellos, pero nada para subir o bajar, la única salida era esa puerta, ''quizás debimos haber bajado por la escalera de emergencia'' pensó el joven.

— Entonces... ¿Qué hacemos? No veo cómo podemos salir de esta situación, a menos que pudiéramos abrir la puerta a la fuerza, si fuéramos Hulk. —Dijo el joven.

— De hecho...—Lautaro examinó la puerta con más atención— esta puerta está ligeramente abierta, podemos forzarla si cada uno la abre desde un lado.

— ¿En serio esta ligeramente abierta? No sé si debería agradecer o maldecir por la falta de mantención, pero dada la situación, gracias.

Ambos abrieron la puerta con mucha fuerza, quedaron agotados, pero al menos podían seguir su trayecto, se encontraban en la recepción de maternidad por lo que alcanzaba a leer en los carteles, la zona estaba cubierta por el manto de la noche, si no fuera por la luz de la luna llena no podrían ver nada, aunque sí podían ver el enorme desorden en la sala, la pareja caminó por la planta para poder encontrar las escaleras de emergencia, entonces...




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