Lazos de Sangre

Capítulo 2

Cuartel General de los Cazadores: Pennsilvania.
 

Jace.
 

Observe con calma la vista ofrecida a mi del paisaje detrás del vidrio de la ventana de mi habitación. Siempre me había gustado estar rodeado de árboles, y como el viento mecía las ramas y las hojas, la suavidad y la tranquilidad que traía con ello ese pequeño movimiento me hacía sentir en paz, al menos sólo por un momento.
 

El paisaje detrás de mi era totalmente diferente.
 

Todo el lugar era un desastre y tenía al principal culpable frente a mi. 
 

—¿Cómo piensas explicarte?
 

—Pregunté, mirándolo a los ojos.
 

—No vas a decir nada —Seguía sin respuestas. 
 

Suspirando, me lleve ambas manos y las frote por mi cara, tratando de calmarme y no tirar al perro por la ventana de mi habitación.
 

—Nunca más voy a ofrecerme a cuidarte —Murmure para mi. 
 

El can frente a mi me miraba como si yo fuera el desastre. 
 

Sus pequeñas orejitas se movían atentos a cada palabra que salía de mi boca. Su lengua se encontraba afuera y su cola se movía con una velocidad increíble. Un segundo después se encontraba saltando como un loquito por todo mi piso. 
 

Solté una risita cuando lo vi corriendo hacia el montón de ropa sucia amontonada en una esquina de la habitación. Perdíendose entre las prendas. Tome el montón de ropa y las puse en el canasto para llevarlo a lavar más tarde mientras tomaba al cachorro entre mis manos para que no fuera por equivocación. 
 

Solté al perro en el suelo para que siga correteando y camine hasta la cocina para prepararme una taza de  café, pero el sonido de mi celular me detuvo. 
 

Corrí hasta este antes de que terminará la llamada y presione el botón para contestar, mirando el número de Valerie Osborn en la pantalla.
 

—Jefa —Respondí.
 

—Necesito que vengas de inmediato a mi oficina, tenemos trabajo.
 

Sin siquiera dejarme pronunciar palabra corto la llamada.
 

Comencé a escribirle a Cole para que viniera por su cachorro porque no quería dejarlo sólo por mucho tiempo. 
 

Tome todo lo que necesitaba y camine hasta la puerta dejándolo sin llave para que mi mejor amigo pudiera ingresar.
 

La oficina de Valerie se encontraba en el otro edificio, donde los estudiantes tenían sus clases y sus prácticas. El cuartel era una especie de institucion para los futuros cazadores donde le enseñaban todo tipo de aprendizajes; comprendían las materias normales como en cualquier otra institución, pero también le enseñaban el entrenamiento adecuado para capacitarlos como cazadores. 
 

En el ala Este se encontraba el otro edificio con las residencias para los alumnos y algunos cazadores que custodiaban la escuela. 
 

El edificio Oeste era el lugar en el cual yo habitaba, en donde vivían los cazadores que ejercían el trabajo afuera, es decir, los que nos encargamos de las misiones fuera del complejo estudiantil: Como salir a cazar Lycans o Vampiros que frecuentaba a los humanos. 
Nosotros, a su vez, también nos encargabamos de eliminar cualquier rastro de evidencia que los llevará a los humanos a descubrir de la existencia de seres sobrenaturales.
Debíamos mantenerlo en secreto para no alarmar a los ciudadanos de este país.
 

Este trabajo definitivamente era un dolor de cabeza. Pero no había algo más gratificante que poder eliminar a esos monstruos para poder mantener a salvo a la humanidad.
 

Observe el cielo por unos instantes, los últimos rayos de luz ocupaban el cielo volviendolo en tonos naranjas y violetas. Algunas de las nubes surcaban el cielo haciendo un verdadero paisaje para apreciar.
Me encantaba estar al aire libre, me hacia sentir en paz conmigo mismo. 
 

Era lindo sentirse humano después de ver tantos horrores en el mundo. 
 

Matar a esos monstruos que algunas ver fueron personas normales no era fácil. Te llevaba a preguntar si alguna vez todo volvería a ser normal.
 

Finalmente, llegue al edificio de estudiantes y camine hasta uno de los guardias custodios de las puertas. 
 

Bred Finigan, un viejo amigo me recibió en la entrada.
 

—¿Jace? ¿Como estas?
 

Estreche su mano y respondí a su saludo con un movímiento de cabeza.
 

—Bien, bien ¿Tienes idea de porque Valerie me mando a llamar?
—Pregunté. 
 

Si había algo que pasará en todo el cuartel Bred era el indicado. Era como un chismoso; siempre sabía todo lo que pasaba en este lugar, incluso con los estudiantes. 
 

—No lo sé realmente, pero parece que es algo malo —Respondió.
 

Su expresión me dijo que era algo grave y me pregunté que tan malo sería la sitúacion. 
Me despedí de el con otro apretón y me apresure a entrar. 
 

Dentro era igual que todos los demás edificios. Excepto por las innumerables pinturas y retratos de los antiguos directores del cuartel. 
 

Observe con admiración el rostro de Irina De Vilier, la primera cazadora de monstruos en la historia, procedída de Francia. A esta le seguían Alaina Bosjkov, de Alemania y Francis Ivanov de Rusia. Que eran algunos de los cazadores más importantes de la historia.
 

En este mundo sangriento lleno de batallas innumerables con estos monstruos, eran pocas las mujeres que elegían está vida llena de riesgos y sacrificios. Por eso los hombres desistian de agregar a más mujeres a nuestras filas. Sonaba machista, pero era la realidad. 
 

Incluso algunos hombres olvidaban de quienes proveníamos, la primera cazadora fue una mujer después de todo. 
 

En mi clase sólo tres mujeres eligieron la vida que conlleva ser un cazador. Una de mis mejores amigas Elena Freeman, era una cazadora, pero se especializada más en el área tecnológica, le encantaba todas esas cosas relacionada con las computadoras.
 




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