Después de que la abuela se fue, Xuan se dio cuenta de que al fin conocía a la verdadera Milagros. Era mucho más abierta con él, y sin esa constante espada desenvainada, resultaba una joven muy divertida quien bromeaba casi con todo. Él esperaba el momento idóneo para hablar al fin de formalizar un noviazgo cuando surgió algo inesperado.
Él salía de su trabajo cuando encontró a Xi-Meng, la chica que tanto lo acosaba. Lo quiso cuestionar, pero él no estaba muy interesado en darle explicaciones así que de manera cortante se despidió de ella.
―Encontraron a Geyang ―dijo ella logrando captar completamente su atención―. No son buenas noticias, ¿sabes? Lo asesinaron. Su cuerpo fue hallado en estado de descomposición…
―¿Quién te lo dijo? ―preguntó Xuan de inmediato―. ¿Sabes a dónde llevaron su cuerpo?
―Supongo que aún está en la morgue. Su hermano mayor vendrá desde Shanghai para reclamar el cadáver. Dime, Xuan, ¿acaso piensas dejarlo así? Los muchachos me dicen que buscarán al culpable para…
―El culpable es Bowen ―dijo Xuan con un gesto de ira―. Di a los chicos que, si no quieren terminar igual que Geyang, mejor se alejen de él.
―¿No sabes? ―Xi-Meng habló con gesto sombrío.
―¿Saber qué?
―Asesinaron a Bowen también. Sólo hay rumores, pero parece que lo encontraron flotando en un río con signos de tortura.
Xuan sintió que se le helaba la sangre. Sabía que eso pasaría, Milagros le había dicho que la muerte se iba con él, pero corroborarlo era difícil, después de todo, lo vio como un hermano por mucho tiempo.
―Oye mi consejo, Xi-Xi ―dijo Xuan―, aléjate de la pandilla. No termines como ellos.
―Es por esa mocosita, ¿verdad? Te estás alejando de todos nosotros por esa niñita boba. Tiene aspecto fino, debe ser rica, ¿o no? ¿En verdad es el tipo de persona…
―Xi-Meng ―Xuan habló en tono severo―, no te metas en mi vida. ―Se alejó de ella y regresó a casa.
Al día siguiente, a mitad de las clases, ambos fueron llamados a la dirección, en donde los esperaba el director del colegio y un par de prefectos.
―Se nos ha dado aviso ―dijo el director―, de que están viviendo juntos. ¿Es eso cierto?
―Sí ―Milagro contestó de inmediato.
―Ya tenemos 18 ―dijo Xuan de inmediato―, somos libres de…
―Lo siento ―interrumpió uno de los prefectos con un gesto severo―, las reglas son claras: está prohibido que alumnos del planten vivan juntos en condiciones de concubinato.
―No estamos en concubinato ―dijo Milagros―, fue un acuerdo de nuestra familia.
―En ese caso, necesitamos que mañana vengan sus padres a hablar con nosotros.
―Mi papá vive en México ―dijo Milagros―, pero puedo acordar una llamada…
―Llamaré a mi abuela ―interrumpió Xuan―, ella quizá pueda venir hoy mismo.
La abuela Kasumi llegó un par de horas después, la cual fue interrogada por las autoridades escolares. Ella corroboró la versión de los jóvenes diciendo que la familia de Milagros había pedido que ella viviera protegida por su familia.
―Pero no hay ningún padre viviendo en ese departamento, ¿o sí? ―El prefecto sonaba enfadado―. Eso lo…
―El departamento es de uno de los amigos de mi hijo mayor ―interrumpió la mujer―, trabaja en la política y se ve forzado a ausentarse, sin embargo, sigue estando al pendiente de ellos dos. Si gusta, puedo llamarlo.
―Está bien, no será necesario ―dijo el director―, no serán expulsados, pero tendrán que vivir separados. Entiendo que fue un acuerdo familiar, sin embargo, las reglas no pueden tener excepciones.
―Pero, señor director…
―Están a un mes de terminar sus estudios ―el director interrumpió al prefecto―, no vamos a quitarles la oportunidad por un acuerdo familiar. Señora, temo que alguno de los dos tendrá que dejar el departamento hoy mismo.
―No se preocupe, me encargaré de eso.
Xuan salió realmente enfadado, seguramente Xi-Meng los había delatado. Pero su enojo se transformó en asombro cuando salieron al patio escolar.
―No irán a ningún lado ―dijo la abuela Kasumi―. Falta solamente un mes y seguro estos metiches estarán visitando el departamento. Xuan, tú les dirás que tu jefe accedió a que te quedaras a dormir en la cafetería, así que tendrás que hacer un poco de tiempo extra y saldrás por la noche de regreso a casa. No vas a entrar por la puerta principal a la unidad, sino por la zona de estacionamientos.
―Por mí está bien, pero ¿por qué? ―preguntó Xuan.
―Ustedes hacen un muy buen trabajo cuidándose mutuamente, no voy a permitir que los separen esos puritanos, ¡por todos los cielos!, ¡es sólo un mes!
Xuan y Milagros quedaron conformes con la decisión de la abuela. Armaron rápidamente un plan de contingencia para el caso de que alguien llegara a revisar el departamento. Xuan dejaría preparada una caja con algunas pertenencias, en caso de encontrarlo entrando, él simplemente diría que asistió por sus cosas. Además, crearon un escondite detrás de un armario para que Xuan pudiera ocultarse de ser necesario.