Habían pasado 5 años desde que dejaron California. La pareja se instaló al norte de la ciudad de México, en donde con alianza con un médico amigo de don Gerardo, iniciaron su propio negocio con un pequeño hospital.
Se casaron un par de años después y continuaron sus estudios de especialidad en esa ciudad, él en pediatría y ella en ginecología y su hospital, aunque no muy grande, era un negocio lo suficientemente redituable para tener una vida muy holgada. Compraron casa a unas calles de su clínica, lugar en donde Milagros abrió una farmacia naturista y se estabilizaron en esa nueva vida de tranquilidad.
Milagros fue con la laboratorista para que le diera los resultados de un análisis de sangre que se hizo a sí misma y sonrió al ver los resultados. De inmediato fue a su consultorio en donde hizo una llamada a don Gerardo.
―¿Cómo estás, mi niña? ―habló el chamán.
―Muy feliz, apá. Tengo buenas noticias, voy a ser mamá.
―¿En verdad? ―el chamán dejó salir una carcajada―. Muchas felicidades, bebé. ¿Ya le diste la noticia a Xuan?
―Aún no. Voy a preparar todo para darle la sorpresa hoy por la noche.
Atendió a sus pacientes como todos los días y a las 5 de la tarde fue a casa para dejar el resultado de los análisis en una pequeña caja de regalo la cual colocó en la mesa del comedor, a un lado de un pequeño pastel con una vela con la figura de un bebé.
Poco después llegó Xuan, frunciendo el entrecejo al ver el pastel en la mesa. Rápidamente tomó la caja y al abrirla, una sonrisa espontánea emergió en su rostro. Buscó a Milagros con la mirada y ella le devolvió la sonrisa.
―Felicidades, papá.
Él no le dijo nada, simplemente la tomó de la mano y la llevó de regreso al hospital. Entró al consultorio de ella y preparó el ultrasonido para revisarla. Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver al pequeño feto respingando en el vientre de Milagros.
―¡No puede ser! ―su sonrisa se amplió―. Ya sé que no lo recomiendan, pero no me importa, quiero ser el pediatra que atienda en tu parto. Yo seré quien dé las primeras atenciones a este bebé.
―Yo me sentiré muy tranquila si es así.
―Le hablaré a papá para darle la noticia ―dijo ayudándola a limpiar el gel en su vientre―. Estará feliz al saber que viene su primer nieto.
―Todos estaremos felices ―ella sonrió conmovida―. Al fin tendremos la familia que nos fue negada en la niñez. ―Las lágrimas en los ojos de Xuan salieron al fin, asintió con la cabeza y abrazó a su mujer con fuerza.
―Vuelve a vestirte en lo que voy por el auto, iremos a cenar para celebrarlo.
Xuan salió de la clínica mientras ella se vestía. Milagros vio un retrato en su escritorio, donde ella estaba con su padre y su abuela. Una sonrisa amarga emergió de su rostro.
―No sé qué es lo que hacen en ese mundo donde están ahora ―les dijo―, pero si quieren revertir el karma que dejaron en el mundo, ayúdenme a guiarnos siempre por el camino correcto, que esa sea la penitencia que necesitan para terminar de limpiar su conciencia.
Dicho esto, salió de la clínica en donde esperó a su marido para celebrar esa nueva oportunidad de tener una familia común, como debía ser.
FIN
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