Lazos Malignos [libro 2] (en Edicion)

EXTRA 1: Una inocente apuesta.

Advertencia: capítulo con contenido explicito (+18), si lees es bajo tu propia responsabilidad;)

FAITH.

*Dos meses después*

–Otra vez– dijo mi novio desde el otro lado del salón de entrenamiento.

Es la ultima vez que accedo a entrenar con mi novio, lo juro.

Colin había estado empeñado este ultimo mes a que entrenáramos juntos, según el para perfeccionar más mis habilidades con las armas. No es ningún secreto que tanto los médiums como las sacerdotisas tenemos que dominar las luchas con armas, en cierto aspecto somos humanos, no tenemos garras, colmillos y magia de cualquier tipo para defendernos, asi que el dominio de armas y luchas es esencial.

Pero al parecer mi chico cree que estoy apenas aprendiendo a utilizar armas filosas. Era ya la tercera vez que quería seguir con el tema de los bastones, según él, dominar el arma es importante para después pasar a las armas de filo y corte.

–Esto es aburrido, cariño, ¿Por qué no peleamos con las espadas?

–No has logrado vencerme con los bastones, hermosa, cuando lo logres, pasaremos a las espadas.

Hice un puchero, Colin sonrió y me rodeo la cintura con los brazos.

–Por hacer esa cara no me vas a convencer, belleza pelirroja.

Levanté los brazos, rodeándole el cuello mientras inclinaba la cabeza con una sonrisa inocente. –Pero puedo convencerte de otra forma, cazador arrogante.

Me paré de puntillas para besarlo, entreabriendo los labios para hacer el beso más pasional. Colin rápidamente me acepto el beso, apretándome más contra su cuerpo, dejándome sentir sus duros músculos contra mi piel. Mordí su labio inferior mientras sonreía, desde que aprendí a tentar a mi cazador, utilizo mis encantos sobre él cada vez que puedo, viendo como su mirada se vuelve más profunda y oscura, viendo como cae.

–¿Estas es tu forma de convencerme, pequeña médium? – esta vez él mordió mi labio inferior.

–Nop, pero moría por besarte– mis mejillas se calentaron–, luces bastante sexy en modo entrenamiento.

–Siempre me veo sexy, nena– sus besos bajaron a mi cuello –. Y tu siempre eres jodidamente hermosa.

Ahogué un gemido cuando sus labios chuparon con fuerza mi piel, aferré mis manos a sus bíceps.

–¿Qué te parece una apuesta?

El rubio se despego de mi cuello con la mirada entrecerrada, intentando descubrir mis planes.

–¿Qué clase de apuesta?

–Pelea con espadas entre tu y yo, el ganador escoge el castigo del perdedor.

–No crees que es una apuesta un tanto infantil.

–No me digas que el gran cazador de su generación, Colin James Hartford Hayward tiene miedo de una simple apuesta– lo reté con diversión.

Me apretó con sí. –No le temo a una simple apuesta, hermosa. Prepárate para perder.

Colin se alejó de mi para caminar a uno de los tantos estantes que tenían en la salón de entrenamiento, tomó dos espadas iguales y me tendió una con la mirada divertida.

–No te vayas a lastimar, Faith.

Tomé la espada y con movimientos agiles comencé a jugar con ella, alardeando de mi habilidad con el arma. Colin sonrió de lado viéndome fijamente.

–Presumida– susurró.

–Le hago honores a mi novio– le guiñe el ojo.

Colin sonrió negando y camino con paso decidido y relajado al centro del salón. Imité su acto y paré frente a él mientras empuñaba mejor la espada.

Tengo que aceptar que pelear con Colin me ponía nerviosa, el tiene efectos sobre mí, de la misma forma que yo tengo sobre él y pienso que eso nos puede jugar en contra, sobretodo que no puedo sacar de mi cabeza su forma de tomarme o tocarme. Yo y mi maldita idea de apostar.

Colin se puso en posición de pelea, a la espera del ataque, respiré profundamente y traté de recordar todos los movimientos de ataque que mamá y papá me enseñaron. Ataqué primero y el rechinar de las espadas no se hizo esperar, Colin evadía cada ataque que intentaba brindarle mientras yo concentraba todo de mi para aunque sea darle un golpe.

Rechinar de metal contra metal, pequeñas risas y una que otra palabras ofensiva en susurro era todo lo que se escuchaba en el salón de entrenamiento, Colin lucia bastante tranquilo mientras manejaba la espada con tal soltura y determinación que me hacía querer golpearlo, definitivamente mi novio es un arrogante de primera. En un movimiento rápido, Colin me hizo botar mi espada, esta se deslizó por el suelo a unos metros de distancia, apuntó el arma hacia mi pecho.

–¿Aun no te rindes, hermosa?

–No soy alguien que se rinde tan fácil.

Con una patada logre que la espada volara de su mano, cayendo más cerca de mi que de él. Sonreí.

–Bien, si asi lo quieres.

Colin dio una voltereta hacia atrás, dejándome sorprendida por su acto y tomó mi espada del suelo. Rápidamente tomé la suya y volvimos a la pelea, el chirrear de las espaldas era más fuerte que antes y nuestros movimientos más rápidos y decididos, estaba claro que ninguno de los dos quería perder.

Con toda mi determinación intente desarmar al rubio, una vez que no tuviera el arma al alcance lo lograra tener acorralado ganaría la bendita apuesta. En un momento, colin tomó mi mano libre y me hizo girar, haciéndome chocar con su torso, vi como su espada subía hacia mí, pero en un rápido movimiento subí la mia, hacía de escudo.

–Nada mal, hermosa, no tan rápida como yo pero si das buena pelea.

–Nunca dejaras de presumir, ¿verdad?

–Te enamoraste de mi asi, es parte de mi encanto– me guiñó el ojo.

Me hizo volver a girar, pero esta vez para alejarme de él. Nuestra espadas volvieron a chocas, chirreando con fuerza, con decisión comencé a atacar, intentando a toda costa quitarle la espada. Colin se defendía con tal rapidez y simpleza que parecia estar en su salsa, de hecho parecia estar disfrutando pelear conmigo.



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En el texto hay: medium, cazadores, hechiceros

Editado: 06.03.2023

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