Lazos Oscuros [libro 1]

8.- Una conversación profunda.

AMELIE 💥

Me quede atónita al escuchar las palabras de Rainer, ¿Cómo era posible que recordara todo?, solo existían dos formas de no caer en la compulsión de un vampiro, pero Rainer no huele a verbena y, hasta lo que sé, él no es un sobrenatural. Hay algo extraño aquí.

— ¿Director? — dije saliendo de mi confusión, el parecía tan sorprendido como yo.

—Que interesante— dijo él mirando a Rainer —. ¿Recuerda todo lo que vio en el bosque?

—Absolutamente, y creo que jamás podre olvidar como casi me calcinan.

El director y el profesor Russell se miraron, para después salir de la habitación sin emitir palabra. Me giré hacia Rainer.

—Sé que no comprendo nada sobre tu mundo, pero ¿no se supone que debería haber olvidado todo?

—Así es— miré por la ventana —. No entiendo que paso.

—Yo menos — miro en la misma dirección que yo—. Pero me alegra.

— ¿Por qué?, otros desearían olvidar este tipo de cosas tan traumáticas— a pesar de no estar mirándolo podía sentir sus ojos sobre mí —. Estuviste a unos metros de ser calcinado y te noqueé con un hechizo.

—Puede ser, pero también pase parte de la noche con la chica que me beso y desapareció sin dejar rastro.

Lo miré.

Él recordaba el día del festival, ¡Oh Dioses!, ¿Qué mierdas me está pasando con este chico?, mi estomago comenzo a revolotear al saber que recordaba nuestro gran momento en San Gabriel.

— ¿Lo recuerdas? — ahora sentí la magia recorrerme el cuerpo.

No es el momento, ¡no es el jodido momento!, pensé.

Antes de que Rainer pudiera contestarme, Warburn y Russell entraron en la enfermería.

—Venga con nosotros, señor Sanderson— el director nos miró —. Y usted también señorita Fields.

** ** **

—De verdad lamento haberte metido en todo esto— dije mirando al castaño.

—No es tu culpa.

—Si lo es—caminé de un lado a otro —. Sabía que la ida a la fiesta era una misión, no debí acercarme a ti.

—Pero lo hiciste— Rainer se sentó en suelo.

—Y mira como termino.

El director Warburn consideró que había que mantener a Rainer en Silverstone por dos razones, la primera porque sabía quiénes éramos, sabia de la existencia de seres sobrenaturales, y segundo, saber porque la compulsión no funciono en él.

Pero lo que no me esperaba es que lo trajeran a las celdas de los intrusos. Rainer estaba encerrado en el subterráneo de la escuela, en una celda que se utiliza para encerrar personas que intrusean en la escuela para después borrarles la memoria. Me senté en suelo junto a él, aunque estábamos separados por los barrotes de acero.

—Sí, podría estar mejor, pero— dijo él tratando de alivianar mi ánimo —. Esto me tocó.

—Aún no lo entiendo, ¿Cómo es que puedes ser inmune a la compulsión?

—No lo sé, apenas estoy descubriendo este mundo, pero tengo curiosidad.

Apoyo su cabeza en la pared, su cara girada hacia mí.

— ¿De verdad quieres conocer sobre mi mundo? — mis ojos estaban fijo en los suyos

A pesar de estar oscuro, brillaban de curiosidad e intriga.

—Claro que quiero— respondió.

Me levanté del suelo y el castaño imité mi acto. Miré la cerradura y en menos de un segundo la celda se abrió. Escuche un "wow" de parte del castaño. Salimos del subterráneo y nos dirigimos a la biblioteca en completo silencio, si se enteraban de que había sacado a Rainer de la celda me llegaría un buen regaño y un posible castigo, pero la verdad, no me importaba en lo más mínimo.

Al llegar a la biblioteca cerré la puerta detrás de nosotros y hechicé la habitación para que nadie nos viera dentro de ella.

—El mundo sobrenatural existe desde hace siglos— comencé mientras caminábamos por el lugar —. Los Dioses otorgaron dones a algunas familias y ellas se encargarían de expandir el regalo divino, pero estos dones trajeron varios enemigos consigo, peleas entre especies, incluyendo a los humanos, y peleas por territorios.

—Suena muy parecida a la historia humana— comentó.

Nos acercamos a un podio que tenía el libro más antiguo de la biblioteca: "la historia de las familias originales"

—Y como en toda historia, hay buenos y malos— me enfoqué en el libro —. Las familias originales son las fundadoras de las razas sobrenaturales, las más antiguas y poderosas de su especie— comencé a pasar las páginas, hasta llegar a la lista de las familias —. Pero una de ellas destacó más que el resto.

—Imagino que ellos— apunto al primer nombre en la lista, el cual tenía una tacha roja —. Steinfield.

—Los Steinfield fueron la familia que tenía tres razas originales: vampiros, brujas y un hibrido.

— ¿Un hibrido?

—Una criatura con dos tipos de razas, la primera rareza creada en el mundo— continúe mientras pasaba las páginas —. Los Steinfield eran tan poderosos que se vieron cegados por ello, eran capaces de arrasar con todo y todos los que se interponían en su camino. Su poder y dominio fue tan grande que se convirtieron en la única familia original que queda hasta el día de hoy.

—Eso no suena del todo bien para el mundo sobrenatural.

—No lo fue, debido a ese incidente se creó una nueva especie, por así decirlo, los cazadores, personas que aprendieron a conocer todos los puntos débiles de las distintas especies sobrenaturales— le mostré una ilustración de los primeros cazadores —. Los años pasaron y los sobrenaturales aprendieron a adaptarse a los humanos, prefirieron mantener su existencia en secreto, aunque siempre hubo excepciones.

— ¿Cuántos seres sobrenaturales existen? — Rainer levantó su mirada del libro.

—Bastantes para nombrarlas— suspiré —. Pero aquí en la escuela tenemos brujas, vampiros, licántropos, médiums, druidas, sacerdotisas, y hechiceros, pero también existen las sirenas, banshees, dríadas, fantasmas y demonios, por nombrar algunos.




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