Lazos Oscuros [libro 1]

31.- La sed insaciable

AMELIE 💥

—Así que... tienes en tu poder EL GRIMORIO más poderoso de magia negra que existe, y era de tu abuela— sintetizó Jackson mientras caminaba por mi habitación —. Y el profesor Russell planea usar uno de los hechizos de este para detener a la criatura.  

—En palabras simples, si— sonreí sin mostrar los dientes.

—No creo que sea buena idea— expresó Rainer.

Sabía que dirías eso, chico ángel.

Después de nuestro entrenamiento y un descanso sobre el césped lleno de risas, volvimos a la escuela para asearnos antes de que fuera la hora de la cena. Cuando estuve lista, fui por ambos chicos a su habitación, para que viera mi nueva adquisición.

—Estaré bien— tomé su mano —, solo necesito que estés conmigo cuando acabe el hechizo. Serás mi ancla a tierra.

—Puaj, tanta miel me va a dar diabetes— el comentario del médium nos hizo mirarlo—. No me vean así, ustedes son los que comen frente a los pobres y amargados.

—Sonaste igual que Cam en su cumpleaños— comenté.

—Pero él tiene un lazo que lo une a el amor de su vida, yo no— se quejó, no pude evitar reír—. Eres mala, Steinfield.

Lo miré sorprendida —. Es la primera vez que me llamas así.

—No te molesta, ¿verdad?

—Claro que no. Es lindo, de hecho.

Salimos de mi habitación y caminamos al comedor; en el pasillo nos encontramos con el resto del grupo. Nos sentamos en nuestra mesa típica, solo que esta vez estamos acompañados de más gente, decidimos invitar a Anthony, Joshua y Brianda; vampira y amiga de Diana.

—¿Cómo vas con tus evoluciones de dones y habilidades, Rai? —le preguntó Kendrick al castaño.

Cada uno estaba metido en distintas conversaciones en la mesa; algo muy normal entre nosotros, pero con mi audición mejorada lograba captar todas las conversaciones, y a pesar de que suene invasivo, siempre escucho todo lo que se relacione a mi chico.

—Excelentes, con Janett, Cam y Diana he aprendido mucho y he avanzado más rápido de lo que creía— y con Russell, pensé —, pero aún no me faltan un par de cosas.

Llevé mi cabeza a su hombro, apoyándome. Su mano acarició mi espalda.

—Lo está haciendo increíble— le dije al hechicero—. Hasta he llegado a pensar que, tal vez, podrá vencerme en un tiempo más.

­—Uff, una pelea de ustedes dos sería épico; sería como ver pelear a Superman y la Mujer Maravilla— soltó Cam, añadiéndose a la conversación—. Si llegará a pasar, quiero estar en primera fila para verlo.

Todos pusieron atención en nuestra conversación.

—Tenias que salir con tus comparaciones— Leah rodó los ojos.

Rainer me miró con una sonrisa ladeada. —Acabas de decir que podré vencerte, ¿tan poca fe te tienes, preciosa?

—Uuhhhh— vociferó el licántropo.

Oh, así que con esas estamos. Muy bien, bonito, empecemos con esto.

Le di una sonrisa socarrona. —Dije tal vez, tontito, pero solo te estoy dando falsas esperanzas.

Todos exclamaron antes mi respuesta, metiendo más cizaña a la situación. Seremos sobrenaturales y toda la cosa, pero el drama es algo que todas las especies existentes en este plano compartimos, y en ocasiones, disfrutamos.

—¿Qué te hace pensar que las necesito, bonita?, puedo hacerte caer— acercó su rostro al mío, su sonrisa ladeada seguía presente.

—Yo no estaría tan seguro si fuera tu— lo miré desafiante.

—Y yo no dudaría de mis palabras si fuera tu.

—Ah, ¿sí?, ¿de verdad crees que lograras vencerme? — me acerqué más a él, nuestras narices rozándose.

—Claro que sí, solo necesito unas buenas distracciones— me guiñó el ojo.

¡Rainer Sanderson, agradece a los Dioses que no estamos solos!

—¿soy solo yo, o se puso tensa esta conversación? — soltó Kendrick, sacándome del momento intenso que tenía con Rainer.

—¿Bromeas?, creo que quede embarazada con esa conversación— comentó Leah.

—Si, como que hace calor, ¿no? —Diana hizo un abanico con su mano, molestando.

—Mamá y papá estaban pensando en la palabra con S, o F, como prefieran llamarle — chilló Cam.

—Mejor consigan una habitación, estamos en horario infantil — Janett rió mientras hablaba.

—¿Terminaron ya, pervertidos y malpensados amigos? — pregunté mirándolos a todos.

—Sí, eso creo— dijo Jay-Jay conteniendo la risa —. Solo controlen las hormonas, tortolitos.

—Claro, como si alguna vez alguno de nosotros lo hubiera logrado— soltó Kendrick, atrayendo la mirada de todo —. Acabo de pensar en voz alta, ¿verdad?

Todos comenzaron a reír; adoro a estos pervertidos malpensados.

Miré a Josh; que estaba sentado en la esquina de la mesa, más alejado. Su semblante está muy serio y es fácil adivinar el por qué: imagino que no debe ser nada cómodo para él todo esto. Nunca le di esperanzas de nada, pero él no vio las cosas del mismo modo, y eso me hace sentir mal. La verdad, nunca pensé que podría querer a alguien de la forma que quiero a Rainer y, sobre todo, que me acepte tal como soy.

—Iré por más pure de papas, está delicioso— Leah se levantó de la mesa.

—Te acompaño, quiero un poco más de este jugo— Diana levantó su vaso.

Ambas chicas se fueron, seguidas de Joshua, Anthony y Brianda, quienes se levantaron sin decir nada. El resto seguimos hablando de distintos temas, Janett me estaba contando que estaba llevando mejor el control del fuego gracias a Rainer, ya que, para los druidas, el fuego es el más difícil de dominar; lo logran en pequeñas partes, pero llegar al dominio que tenemos Rainer y yo les lleva tiempo, incluso muchos declinan de aprender más. Posé la vista en mi novio, se ha esforzado tanto en las últimas semanas, entrenando todos los días para aprovechar al máximo su capacidad y potencial, verlo sonreír con sus logros. Me gusta mucho ver que es feliz siendo lo que es.




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