26.- El lobo solitario

SEBASTIÁN

—¿Y qué dice esa historia familiar? — preguntó Amelie sin quitarle la mirada.

¿Acaso acabo de escuchar bien sus palabras?, ¿Aún tengo oportunidad de encontrar a mi compañera?, ¿y esto ya había pasado en mi familia?

—Desconozco la mayoría de los detalles, mis señores, pues para la mayoría de los nuestros es una simple leyenda— contestó con voz leve, mirándonos con ojos cansados a los tres —, pero para la familia Kenner, es una historia que pasó de generación en generación, y que revela mucho de su linaje.

Amelie se giró un poco para mirarme, y quedó a la espera de mi respuesta.

—Creo que es momento de hablar con nuestros padres, prima.

Con esas palabras dimos fin a nuestra conversación con Achernar. Subimos al piso principal de la cabaña, donde mamá junto a tío Aaron y mis hermanos estaban en la cocina, los mellizos observando algo sobre la mesa del comedor mientras los dos adultos hablaban con unas copas en las manos. Papá y tía Gen entraron por el ventanal del patio, parte de sus ropas estaban cubiertas de tierra y sangre.

—¿Todo bien, cariñito? — preguntó el híbrido a su mejor amiga.

—Todo bien, gruñón.

Esperamos a que se bañaran y cambiaran para poder preguntarles sobre lo que el sobreviviente del consejo nos había revelado. En lo que ellos se alistaban, mamá y los mellizos prepararon algunos aperitivos para celebrar nuestra “victoria”, Rainer y tío Aaron salieron a hablar a la terraza del jardín, y Amelie se quedó junto a mí en los sillones de la sala de estar.

—Tal vez ya es un poco tarde para preguntarte, pero ¿Cómo te sientes ahora? — los ojos de Amelie cayeron en mí.

—Siento que al fin puedo respirar en paz después de años— me sinceré —, no puedo creer que llegaras con semejante plan, Fiera.

—De hecho, fue idea de Rainer— sonrió de lado—. Somos una dupla muy peligrosa cuando nos lo proponemos.

—Nunca lo he dudado.

Si de por si ambos por separado son armas mortales, juntos son un equipo imparable de peligrosidad y letalidad sobrenatural.

—Gracias por no rendirte— solté.

—Nuestras promesas no son en vano, Bestia— me recordó con una mirada sincera —. Si tú recibes un golpe, yo les daré el doble, la deuda está saldada.

Reí. —Creo que te pasaste un poco con lo de devolverles el doble.

—Soy una Steinfield y una Kenner— la vanidad de su voz me hizo sonreír —, me gusta hacer las cosas a lo grande.

Le empujé levemente el hombro con el mío. Ella solo rió en respuesta para después devolverme el gesto. Escuché como Rainer y tío Aaron entraban en la cocina.

—Seb, ¿De verdad quieres averiguar si lo que dijo Achernar es verdad?

Su pregunta me agarró por sorpresa y no logré responder por unos largos segundos.

Cuando el licántropo nos dijo eso, mi cerebro automáticamente dio una respuesta, pero al subir las escaleras no había parado de pensar en si era una buena idea averiguar sobre esa supuesta historia/leyenda.

En nuestra especie, conocer a tu compañero es uno de los sucesos más hermosos y especiales que los licántropos viven; poder conocer a la persona que complementa tu alma, la que te acompañará en lo que resta de vida, y que desearás cuidar, mimar y admirar a cada instante, pero yo ya había perdido eso. Hasta ahora.

Tenía una enorme intriga por saber quién es ella, en como es. ¿Será pelinegra o rubia, tal vez pelirroja?, ¿De qué color serán sus ojos?, ¿Cómo será su aroma?, ¿Será humana o sobrenatural?, ¿Seremos conocidos o desconocidos?, esas y más preguntas circulan por mi cabeza en pensar en esa imagen desconocida de la chica que es mi compañera.

¿Será que debería intentar contactarla, si es que la historia es real?

La imagen de la hermosa chica rubia, con ojos oscuros y aroma a vainilla apareció en mi mente. Hallie. Lo que siento por ella es real, más de lo que alguna vez sentí por alguien, y saber que ella siente lo mismo, como también que podemos estar juntos es increíble, pero ¿Y si hago el intento de contactar a mi compañera, y sucede lo que ella temió durante mi cumpleaños?, ¿Será que mis sentimientos cambien de manera radical cuando la conozca, a pesar de no estar el lazo que nos une?

No quiero lastimarla, no puedo hacerlo…

—Quiero saber si es verdad lo que dijo— respondí finalmente.

—¿Y qué harás si sus palabras son ciertas?

—Yo…

Genevieve y Andrew Kenner entraron en la sala, ya completamente limpios y renovados. Podrá sonar como una locura, pero pareciera que ambos se hubieran quitado años de encima después de la masacre, como si hubieran rejuvenecido con ese acto.

—Veo que les sentó de maravilla torturar a esos bastardos— soltó tío Aaron al verlos.

—No estoy orgulloso, pero lo necesitamos— contestó papá caminando hacia la cocina—. Quién diría que lo que me dijiste hace años resulto ser tan real.

Tía Gen los miró a ambos. —¿Qué fue lo que le dijiste a mi hermano menor?

El híbrido le dio un sorbo a su copa de vino, la comisura de sus labios se curvó hacia arriba. —Él quería saber cómo nos podíamos mantener tan bien a pesar de los años que llevábamos en la tierra.

—Como si la inmortalidad no los ayudara con eso— murmuró mamá.

—¿Y cuál fue tu respuesta? — quiso saber la híbrida.

—Que una buena masacre te quita como cien años de encima— sonrió.

Vi como Amelie se llevaba la mano a la frente en señal de incredulidad. A veces olvido lo normales que sueles ser estos tipos de temas de conversación para nuestra peculiar familia.

—De verdad que eres todo un caso, Aaron Steinfield— le soltó la alfa mientras negaba con la cabeza.

—Y bien que decidiste quedarte conmigo— se burló.

¿Alguna vez han visto a dos personas y pensar en por que mierda no son pareja?, eso me suele pasar muchas veces cuando miro a los padres de Amelie. Tía Gen y tío Aaron son la perfecta definición de que no todas las almas gemelas están juntas, a veces solo son amigos y ya.