Enero 1, 2024
Un poema: Sangre Escarlata
Zacarías 9:11 NTV
Debido al pacto que hice contigo,
sellado con sangre, yo liberaré a tus prisioneros
de morir en un calabozo sin agua.
Majestuosa sangre carmesí, escarlata y brillante.
Poderosa e imponente que abrió camino a la luz.
Por ella, lo muerto tomó vida, mis huesos ya no están secos.
Noble sangre real de magnanimidad, sacrificio que curó mi espíritu.
Preciosa sangre que perfuma los huecos más hondos de mi soledad.
Sublime sangre que me libero de la profunda oscuridad.
Valerosa sangre que venció al maligno, ¡aleluya!.
En el valle de sombras me encontré, no había luz, ¡cuan desesperante!
La luz del mundo, nació, que bendición, ya no hay más oscuridad.
Venciste a la muerte, los ojos de los muertos fueron abiertos.
Volviste a la vida, mi sendero está alumbrado con tu sangre.
Prometiste estar hasta el final, ¡amén!, ¡aleluya!
Tierno, cálido, honorable, consolador y amigo fiel,
No hay tormento, no hay acusamiento, no hay desvelo.
En ti hay descanso, en ti hay consejo, contigo todo es posible.
Espíritu santo, eres amable, que tu abrazo, nunca abandoné mi ser.
La honra, la gloria y el poder son de Dios y para él.
El es bueno, padre de las luces, padre de poder y veracidad.
El permanece, su palabra es viva, en él no hay mudanza.
El es santo, justo, la luz eterna y magnífica del universo.
Soberano, rey del universo, rey de los ejércitos celestiales.
Gratitud, alabanzas, adoración y obediencia son para ti.
Dios, todo lo creaste, el respeto es para ti, a ti amamos con desespero.
Jesus, te damos las gracias por morir por nosotros, tu amor atesoramos.
Espíritu santo, guíanos siempre a toda verdad y justicia. ¡Amén!, ¡gloria a Dios!.