El solar hervía de actividad cuando llegó Chanyeol. Habían empezado las excavaciones porque querían iniciar el proyecto en serio antes de fin de año, pues ya llevaban tres meses de retraso. Y tenía que agradecer que el proyecto le consumiera tanto tiempo, porque evitaba que pensara demasiado en Baekhyun.
Se apoyó en la puerta del coche y miró la grúa que colgaba sobre el solar. Hacía más de un mes que él se había ido y aún no había conseguido aceptar lo ocurrido, pero sabía que no lo quería y que no podía hacer nada para cambiar eso. La atracción de lo inalcanzable era para él más fuerte que la posibilidad de un futuro con un hombre que tenía al lado.
-Pensé que te encontraría aquí.
Chanyeol se volvió hacia su padre, que se acercaba con un casco en la mano. Se lo tendió a su hijo.
-La seguridad ante todo -bromeó.
-Te dije que vendría yo, que no hacía falta que vinieras tú.
-Quería hablarte fuera del despacho.
-¿Qué pasa ahora? Porque te advierto que no estoy de humor para otra pelea.
-Pues me parece que vas a necesitar tapones además del casco, porque no te va a gustar lo que voy a decir -Jungsoo Park hizo una pausa-. No creo que sea buena idea que te cases con ese chico. Su padre es amable, pero no podría pasar otra festividad con su madre. Y esto de la Navidad... Si se casan, su madre no puede decidir dónde tiene que pasarla. Baekhyun y tú no estuvieron juntos en Nochebuena.
Chanyeol soltó una risita.
-No tienes de qué preocuparte, papá. Baekhyun me dejó el día después de Acción de Gracias y no he vuelto a verlo.
-¿Te dejó hace más de un mes y no has dicho nada?
-Sí. Supongo que no quería oír el sermón de siempre sobre que arruino mi vida. Jungsoo frunció el ceño.
-Lo siento. Pero puede que sea para bien. Dicen que un hombre acaba pareciéndose a su madre -se estremeció-. Y dentro de veinte años, Baekhyun sería igual que la suya.
Chanyeol lo miró con rabia.
-¿Por qué hablas así de él si no lo conoces? Es bueno y sensible. Y es lo mejor que me ha pasado en la vida.
-Puede que lo creas así, pero...
-Me da igual lo que tú pienses, así que déjame en paz. Jungsoo movió la cabeza.
-Estaba equivocado. No debo presionarte en un tema tan importante como el matrimonio. Esta mañana he hablado con Kangin y le he dicho que te nombraré presidente ejecutivo en abril. Lo ha entendido y me ha asegurado que cuentas con todo su apoyo.
Chanyeol miró a su padre con la boca abierta.
-¿Así sin más? ¿Sin ataduras ni exigencias?
-Así sin más. Mañana empezaremos a planear la transición. El proyecto de Daegu es tuyo.
Chanyeol levantó la mano.
-Espera, no sé si quiero el puesto.
-¿Qué?
-He estado pensando en montar algo por mi cuenta. -¿Y por qué? Yo te doy todo lo que he pasado mi vida construyendo -le dio una palmada en el hombro-. Acéptalo antes de que cambie de idea y luego sigue adelante con tu vida. El pasado es el pasado.
Chanyeol pensó que su padre tenía razón. No podía pasarse la vida lamentando lo que no podía tener. Era preciso seguir adelante.
-¿Seguro que deberíamos estar aquí? -susurró Sehun.
-Tengo que recoger el resto de mis cosas -Baekhyun metió la llave en la cerradura-.
¿Quieres que lo haga con él aquí?
-¿Y por qué no las dejas? ¿Qué es eso tan importante sin lo que no puedes pasar?
-Mis plantas -respiró hondo-. Tengo que desactivar la alarma. Espero que no haya cambiado la clave.
-¿Y si lo ha hecho?
-Entonces corremos -abrió la puerta, introdujo rápidamente los números que le había dado Chanyeol la noche que llegó allí y comprobó con alivio que seguían siendo válidos-. Ya está.
-Esto no me gusta nada.
-No hacemos nada ilegal, tengo llave -tiró de Sehun hacia las escaleras-. Pero Thurgood tiene que estar por aquí y suele venir a la puerta cuando oye a alguien fuera.
Subió rápidamente las escaleras.
-Vamos a buscar las plantas y nos marchamos.
Cuando llegó a su antigua habitación, se detuvo de repente, con la atención fija en un ruido sordo.
-¿Qué es eso?
Se volvió y vio a Thurgood en la puerta del cuarto de Chanyeol, cuya jamba golpeaba con la cola. Se acercó a ella y Baekhyun le rascó las orejas.
-Buen perro.
-Deja de jugar con el perro -susurró Sehun. Abrió la puerta.
Baekhyun entró en la estancia. Sus plantas estaban exactamente donde las había dejado.
-Están vivas -comentó. Introdujo un dedo en la tierra de Anya-. La ha regado, tienen buen aspecto -reprimió una emoción repentina-. Las ha cuidado bien.
Sehun sacó unas bolsas de plástico del bolsillo del abrigo y se las pasó.