ARI
Todas las noches llego tarde, incluso aunque Night me regañara. Lo único que hago es quedarme en la colina que llevaba hacia el pueblo, estaba ahí toda la tarde hasta que oscureciera. La esperaba a ella porque sentía que en cualquier momento volvería y que cuando lo hiciera yo estaría ahí para recibirla con un abrazo, voy todas las tardes porque hace tres años ella se fue, cuando yo tenía diez.
--¿Ari?
A juzgar por su tono de voz se debe estar preguntando porque no me he escapado de casa.
--Me siento enferma—mentí.
Mi hermano, quien es cinco años mayor que yo, se me acercó para medir mi temperatura con su mano.
--Estás un poco caliente, de seguro te vas a enfermar—esto me lo dijo reprochándome.
Night no sabe por qué salgo todos los días a la misma hora, pero creo que tiene sospechas.
--Ari, saldré con Sandra esta noche.
Hoy es el día.
--Okay—dije desinteresada.
--Sigue sin agradarte, ¿cierto?
--Hemos tenido esta conversación muchas veces—lo miré y sin decirme nada más, se fue de la sala.
Supuestamente ella es una amiga de mi hermano, pero a juzgar por como se tratan y por cuanto tiempo pasan juntos puedo decir que son algo más, pero me imagino que si mi hermano no me ha dicho nada entonces no debo suponer que son novios.
Esperé unos minutos después de que él se fuera para levantarme de mi cama y alistarme; me puse un overol de mezclilla, una blusa azul marino con mangas largas, busqué entre las cosas de Night una de sus suetas, como encontré una navaja decidí llevármela, después de todo ya sabía utilizarla gracias a mi hermano mayor. Cerrando la puerta detrás de mi espalda sentí una emoción nueva, no sé si es miedo o tristeza, pero sé que tiene que ver con dejar atrás la tranquilidad de mi hogar.
La única pista que tengo para encontrar a mamá es mi papá, quien vive en El bosque de las Inquietudes, lastimosamente eso es todo lo que sé. La nieve que envolvía nuestro reino era delgada pero una vez puse un pie en el bosque éste se me hundió haciéndome caer al suelo, al levantarme tuve mas cuidado al caminar; a pesar de tener ropa para el frio aun así éste podría traspasar mis ropas, me abracé a mí misma mientras mis manos frotaban mis brazos. Al entrar al bosque tuve que encender mi lámpara de incienso, no esperaba que fuera tan oscuro, pero estoy feliz de prepárame. No estoy segura de cómo será mi padre, no sé si podré encontrarlo, pero, aunque dure treinta años, voy a hacer todo lo posible para encontrar a mamá, me cansé de esperar, ya no soy una niña como para no hacer nada al respecto.
Al mirar a lo lejos me encontré con una cabaña e inmediatamente mi corazón comenzó a latir fuertemente, estoy bastante nerviosa, éste podría ser nuestro primer reencuentro; me acerqué hacia la puerta, respiré hondo y toqué la puerta, por un momento pensé que nadie abriría ya que sentí que había pasado muchísimo tiempo.
--¿Qué quieres? —dijo un hombre como de la edad de mamá y con el físico de Night.
--Soy Ari.
--¿La hija de Shi? —frunció el ceño.
--Sí, yo vine a...
--Largo de aquí—me interrumpió sobresaltándome.
--¡Espere! —detuve la puerta que iba a ser cerraba en mi cara—Necesito hacerle unas preguntas.
--¿Tu madre no les dijo que no me buscaran? —realmente se ve muy molesto.
--Quiero...
--Toma tu navaja—una voz en mi interior me interrumpió.
--Niña, ya es algo tarde y tengo mucho sueño.
--Necesito que me diga si sabe algo de mamá.
Por alguna razón todo está oscuro. Estoy confundida mirando a todas partes, pero lo único que hay es una oscuridad absoluta; poco me voy sintiendo agitada, escucho una risa que me eriza la piel, ¿es mía? Tengo un dolor de cabeza insoportable, me la agarro con ambas manos y cierro los ojos como si con esto pudiera quitarme esa molestia; el lugar se comienza a iluminar gracias a mi lámpara que se encuentra en la fría nieve, miro mis manos cuando las bajo y el miedo me paraliza. Mis manos están llenas de sangre, también mi abrigo lo está, además, papá está tirado en el suelo; cierro los ojos para no seguir viendo y así salgo corriendo bosque adentro con el miedo a tope.
Una espiral azul en medio bosque hizo que me detuviera, lo miré con curiosidad olvidando por completo la masacre pasada; como un gato curioso acerqué mi mano para sentir la textura de la espiral, pero éste me aspiró.
ALLY
Pronto mis exámenes llegarían así que no saldría de mi habitación hasta que terminara de leer todos mis apuntes del día, es una suerte no tener compañera de cuarto o no podría estudiar tan bien como suelo hacerlo, una vez me tocó compartir habitación y aunque a veces era lindo tener con quien hablar la verdad es que cuando de estudiar se trata prefería no tener una, pero por suerte hace dos años mi compañera se había graduado así que yo estaba sola, por una extraña pero maravillosa razón.
Abrí la puerta de mi habitación y me sobre salté al ver a una chica en el suelo, me le acerqué para asegurarme de que estuviera bien; me relajé al saber que respiraba, cuando quise acostarla en mi cama agradecí que no pesara tanto porque sino no lo hubiera logrado. La comencé a analizar de arriba abajo, así es como noté que su manera de vestir era diferente a la de mi pueblo, está completamente envuelta en ropa. Mi siguiente acción fue revisar el suelo, me asusté al encontrarme con un puñal lleno de sangre.
--Ay mi cabeza.
Miré a la chica sentarse en mi cama. Estoy muda por la sorpresa.
--¿En dónde estoy? —no sé si se lo preguntó o si me lo preguntó.
--Bienvenida a la academia de magia Moebios.
--¿Academia de magia? ¿No estoy en Elemen?
--¿Elemen? No sé qué sea eso, pero apareciste en mi habitación.
--Así se llama mi planeta.
¿Su planeta? Ahora estoy más confundida.