Legión

C A I S H A

Salgo de mi casa a las 4:45 a.m. como es de costumbre y me dispongo a correr en el bosque que queda a una cuadra. Cuando llego a la entrada saludo al guardabosque de turno este día, si no me equivoco su nombre es Brandon; este me saluda con un asentimiento de cabeza y vuelve su vista a lo que me imagino es una revista.

Me coloco los audífonos a un volumen lo suficientemente equilibrado para perderme en la música y seguir escuchando lo que sucede a mi alrededor, llevo 3 años corriendo por el bosque, se me hizo costumbre después que mi padre murió y mi madre en un intento desesperado de que yo no me sumergiera en la depresión me insistió en que me anotara en alguna actividad extracurricular y elegí atletismo, un día me desperté a las cuatro de la madrugada y decidí tomar el reto de correr por el bosque sin rumbo fijo y aquí estoy tres años después.

Llego a mi casa, abro la puerta y me dirijo a la cocina a tomar un poco de agua y desayunar; me sirvo cereal de chocolate y me hago un rápido emparedado de queso, cuando al fin decido sentarme escucho pasos bajando la escalera. Mi madre.

  • Hola, mi amor desayuna rápido que ya van a ser las siete.

 

  • ¿Cómo estas madre? Yo estoy estupendo – comento sarcásticamente, lo cual ella ignora por prepararse un café negro, como le gustaban a mi padre.

 

  • Hoy no vendré a cenar hijo, tengo una reunión en la alcaldía – la miro después de unos minutos, ella se ha hecho cargo de mantener la casa y a mi desde que mi padre murió y ya casi nunca nos vemos, ella por estar trabajando como alcaldesa de la ciudad y yo por estar toda la tarde en prácticas de atletismo.

 

  • Está bien madre, te dejare la cena en el micro – le contesto y me levanto para darme una ducha fría y dirigirme al instituto.

 

A mi madre la eligieron alcaldesa un año después que mi padre murió, él era el alcalde y que mejor remplazo que su esposa, la mujer con los mismo valores y principios que el tenia era la indicada, esto según votaciones hechas por el pueblo. Nunca hemos tenido una relación muy estrecha sino más bien cordial, ella no se mete en mi vida y yo no en la de ella.

Me considero un chico honesto, aplicado y caballeroso; no aspiro a ser alcalde como mis padres aspiro a ser un gran profesor de literatura en alguna universidad buena del país. Mi familia siempre ha sido adinerada nunca me ha hecho falta nada, mi padre en vida me dio todo lo que nunca poseyó de niño, él es mi mayor pilar de vida, cuando murió caí en tal tristeza que un día en el instituto me desmayé por deshidratación, llevaba cinco días sin beber el agua necesaria y solo comía una vez al día, pero a quien no se le va el apetito cuando su padre muere.

Recién llego al instituto, bajo del auto y como todos los días se me acercan mis amigos para decirme a que chica de tercer año se han llevado a la cama.

  • Vieras Frederick la chica que me he tirado anoche – comenta Lucas, mi mejor amigo de la infancia.

 

  • A ver que yo también me he tirado a una que estaba como quería y no es de tercer año como la de Lucas – se acerca Felipe, mi otro mejor amigo, a él lo conocí en el primer año del instituto, que rápido se ha pasado el tiempo ya solo en seis meses nos graduaremos.

 

 

  • Soy todo oídos pipe ¿qué chica te has tirado?

 

  • Bueno, ayer estaba en el bar de mi padre y se me acerco cierta rubia moviendo sus caderas y a pesar de que me robo cincuenta billetes me la lleve a mi cama, pero estaba tan borracho que no sé qué tal estuvo el polvo.

 

  • Te robo cincuenta dólares viejo ¿enserio eres tan estúpido? Por eso las de tercero son la mejor presa, no te piden nada a cambio solo que las lleves a cenar o al cine antes de llevarlas a tu cama- contesto Lucas, los observo y me hecho a reír porque no sé cuál de los dos es más idiota, si el que se tira a las de 15-16 años o el que se tira a las ladronas.

 

Llegamos a la primera clase y nos sentamos en el medio, no somos los típicos chicos populares que se sientan atrás para hacer desorden, primero porque sufro de miopía y atrás aun con lentes no vería, Lucas y Felipe no son miopes, pero soy aplicado y ellos no, necesitan que les pase las respuestas.

Todos guardan silencio al ver el profesor de matemáticas entrar, pero no viene solo con el entra un chico alto y delgado, de tez blanca y cabello negro, este se coloca a un lado del profesor como esperando que lo presente a la clase, pero no mira nadie en específico, su mirada es negra y vacía. El profesor termina de colocar sus materiales de trabajo y mira a la clase para hablar – buenos días, chicos, hoy se ingresa al curso el estudiante… - este lo mira para que diga su nombre

  • Shennio Shame – este se presenta y le pregunta al profesor donde se debe sentar, el profesor le señala un asiento en el fondo y sin mirar a nadie se dirige ahí.

 

La clase empieza y decido prestar atención, mientras mis dos amigos a ambos lados usan sus celulares, lo más probable es que estén conversando con alguna chica de primero. El profesor habla toda la clase intentando que todas las chicas le presten atención, pero estas están más ocupadas intentando que el chico nuevo las mire o tan siquiera saber de dónde viene y si tiene novia.



#35821 en Novela romántica
#9763 en Thriller

En el texto hay: sangre, sangre amor confuso

Editado: 06.05.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.